CAPÍTULO 14

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SARAHI

Desde que llegamos de la ciudad de México he tenido un fuerte dolor de cabeza pero el día de hoy es realmente insoportable pero no quiero faltar al trabajo menos ahora que solo faltan dos días para ir a Mazatlán y reunirme con mi familia para participar por primera vez en una competencia de deportes extremos y de motocross.
Me vuelvo a tomar el medicamento para el dolor de cabeza que en mi opinión es una reverenda mentada, no se cuántas veces me he tomado las pastillas y no surte ningún efecto, ya incluso le hablé por teléfono a Dorek y lo único que me dijo fue que fuera al médico, para que demonios quiero un hermano doctor si no me puede recetar algo más fuerte. Y la verdad no veo necesario acudir al médico por un dolor de cabeza, además es muy probable que el dolor se deba al estrés al que he está sometida estos días.

Al llegar a la oficina encuentro a todos reunidos alrededor del escritorio de Jayro, y es que Víctor y él tienen un importante caso por lo que Ezra y yo nos encontramos apoyándolos para construir su caso, este es uno de esos sumamente difíciles y si además le agregamos que nos hicieron hacer un contrato de confidencialidad y obviamente lo tuvimos que firmar.

Acerco una de las sillas al escritorio y Ezra y Víctor me hacen un lugar justo en medio de ellos dos.

—¿Aún sigues con ese dolor de cabeza? —volteo a ver a Jayro que se ve preocupado.

—Yo que sepa tienen tiempo que terminaron —dice Víctor y Jayro en respuesta solo niega con la cabeza.

—Si pero ya se me pasará.

—Tal vez debas ir al médico, hoy te ves sumamente pálida —en eso tiene razón Ezra, yo también lo noté y por más que intente darle color a mi rostro con ayuda del maquillaje por lo visto fracasé— ¿Quieres que alguno de nosotros te acompañe?

Niego con mi cabeza —Gracias Ezra, pero no creo que sea necesario yo creo que el dolor de cabeza es solo debido al estrés de estos días.

Noto cierta molestia en los tres y se que es debido a que se preocupan por mi salud, pero estoy muy segura de que en cuanto llegue el fin de semana mi dolor de cabeza desaparecerá.

Los cuatro llevamos tiempo estudiando el caso y cada uno tiene sus propias opiniones pero Víctor y yo opinamos igual mientras que Jayro y Ezra es lo contrario, motivo por el cual estamos en plena discusión de cual de las dos opciones es la mejor, estamos tan inmersos en la discusión que ni siquiera nos percatamos en qué momento Norma se ha acercado hasta nosotros y no es hasta que ella se aclara la garganta que los cuatro dejamos de hablar para prestarle atención.

—Disculpen que los interrumpa pero ¿acaso no piensan ir a comer?, pasan más de las cinco de la tarde.

—Será mejor que vayamos a comer, sirve que nos despejamos un poco.

Le doy la razón ya que para estos momentos mi dolor de cabeza se ha  vuelto más insoportable y eso se debe a que no he comido nada en todo el día, me pongo de pie y me doy cuenta que algo no anda bien porque mi vista se nubla a tal punto que no veo absolutamente nada, todo es obscuridad y de pronto siento que mi cuerpo pierde toda la fuerza.

Abro mis ojos sintiendo ese maldito dolor de cabeza atormentandome una vez más, pero en cuanto los abro inmediatamente los vuelvo a cerrar ya que la luz me lastima la vista, intento abrirlos nuevamente, solo que está vez coloco mi mano izquierda sobre mis ojos para evitar que me lastime la luz.

—¿Cómo te sientes?

Giro mi cabeza hacia la derecha y encuentro a Ezra sentado muy cerca de mi —¿Qué pasó?

—Te desmayaste y te tuvimos que traer al hospital.

Comienzo a ver todo con más claridad y me doy cuenta que efectivamente estoy sobre una camilla y hay bastante movimiento alrededor, supongo que estoy en el área de emergencias ya que logro ver a más pacientes, toco mi frente queriendo que el dolor se detenga y siento un tirón en cuanto toco lo que parece ser un parche.

Viveza adoración (Saga #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora