CAPÍTULO 33

51 9 0
                                    

SARAHÍ

Una vez que logro controlar el llanto me doy cuenta que ya no somos nada más Dorek y yo, ahora también estoy rodeada por mis otros dos hermanos, Edric está aferrado a mi espalda llorando junto conmigo, mi hermano mayor acaricia mi cabello una y otra vez.

Me separo del abrazo de Dorek y mis otros hermanos hacen lo mismo conmigo —¿En qué momento llegaron ustedes?

—¿Porqué no preguntas lo que realmente quieres saber? —dice Nathan con una sonrisa melancólica.

Giro mi rostro hacia la motocicleta y la observo con dolor —¿Cómo llego aquí?

—Yo la traje hace hace dos semanas, cuando fuí a Guadalajara hablar con Ezra.

Giro mi rostro rápidamente hacia Dorek y este hace un gesto hacia Edric así que lo volteo a ver —el día que me llamaste para que te recogiera en el aeropuerto Ezra se comunicó conmigo —Edric sorbe su nariz y me vuelve abrazar— él me dijo lo que sucedió.

—Por eso fuí a Guadalajara para saber realmente que había sucedido, él se veía igual que tú de roto.

No puedo evitar contener las lágrimas y estás corren por mi rostro bañándolo aún más —yo mate a su hijo.

Nathan se pone sobre sus rodillas frente a mi y toma mi rostro en sus manos para después besar mi frente —nada de eso fue tu culpa cara de sapo aplastado —no puedo evitar reír porque efectivamente eso mismo he de estar pareciendo en estos momentos— Dorek te puede explicar lo que realmente sucedió.

Dorek se acerca más a mí —antes que nada yo ya tenía mis sospechas.

—¿Porqué no dijiste nada? —dice Edric fingiendo molestia.

—Por que le correspondía a ella decirnos, en fin, lo que tú viviste le pasa a varias mujeres, la presión alta en el embarazo si no es controlada puede causar la muerte de la madre, de ambos o en tu caso la del bebé, cuando leí tu expediente este decía que el aborto se había producido antes del accidente.

Lo observo fijamente y comienzo a recordar cómo dolía mi espalda antes de que chocará —¿Entonces no fue mi culpa?

Mi hermano niega con la cabeza —no preciosa, solo debes tener más cuidado en tu próximo embarazo.

—Claro que eso pasara después de que se case —dice Nathan de forma tajante.

—Como tú te esperaste para tener a Ada —dice Edric de forma sarcástica.

—No pienso volver a enamorarme.

—No me digas eso, ahora como le explico Ezra que ya no quieres nada con los hombres.

—¿De qué hablas Edric?

Edric me sonríe —tu noviecito me habla todos los días para preguntar cómo estás.

—¿Ezra habla contigo?

—En realidad con todos —dice Nathan torciendo los ojos— Edric le dió el número de todos.

No puedo creer lo que estoy escuchando, Ezra aún se preocupa por mi.

—¿Ya puedo pasar?

Levanto mi rostro y ahí está mi cuñada Hadassah, se ve hermosa con su pancita prominente, ella ha tener cinco meses cumplidos y su embarazo ya parece de unos siete meses o tal vez se deba a que está esperando gemelos, verla así me recuerda que a mí muy apenas se me comenzaba a notar.
Noto la inseguridad en su rostro así que me pongo de pie con ayuda de Dorek y corro hacia a ella para abrazarla.

—Te ves hermosa.

—Gracias, ¿Pero tú estás bien con que este aquí?

Me separo de ella —claro que si eres mi segunda cuñada favorita y la madre de mis sobrinos.

Ella comienza a llorar y me vuelve abrazar —lo siento tanto, quise venir en cuanto lo supe pero Nathan y yo supusimos que no sería nada fácil verme así —se separa de mi y señala su vientre abultado— créeme que quise ir a verte un sin fin de veces pero en lugar de eso me he dedicado a reparar tu motocicleta.

—Ahora entiendo porque se ve también.

Veo detrás de Hadassah a mis padres y mi labio inferior comienza a temblar, no puedo creer que todo esté tiempo todos sabían lo que realmente me sucedía y aún así se mantuvieron al margen esperando que fuera yo la que hablará, rodeo a Hadassah y corro hacia a ellos, ambos me reciben con brazos abiertos, es la primera vez que escucho a mi papá llorar, me aferro fuertemente a ellos mientras les digo una y otra vez cuanto lo siento.

—Siento haberlos decepcionado tanto.

Mi padre me separa de ellos y puedo notar que los tres somos un desastre —tú jamás nos decepcionarías, ninguno de ustedes jamás podrán hacerlo, y por el contrario somos nosotros quienes debemos pedirte perdón.

—Claro que no papá.

—Tú padre tiene razón, si nos ocultaste tanto tiempo lo de tu embarazo debió ser porque temías a nuestra reacción.

Giró mi rostro y veo a Nathan abrazando a mi cuñada —en realidad no dije nada por orgullosa, yo fuí yo quien más molestó a Nathan cuando la inombrable salió embarazada.

Edric se comienza a reír —se los dijimos, así que Dorek y yo ganamos la apuesta.

—Yo jamás te diría nada por el contrario me compadezco de ti ya que Ezra no sabe usar un condón —Hadassah le da un manotazo en el pecho y el finge que le dolió— Chucky es la verdad.

—A todo esto, ¿dónde está mi sobrina?

—Con el abuelo —dice Dorek moviendo sus cejas de arriba hacia abajo.

Eso solo quiere decir que todavía falta el sermón de mi abuelo, no temo a lo que él pueda decirme ya que es un amor de persona, pero la verdad es que en este momento me siento tan cansada por tanto llorar, pero soy feliz, siempre supe que tenía una gran familia pero hoy me demostraron que realmente soy afortunada de tenerlos en mi vida.

Al final del día mi abuelo solo me abrazo y me dijo que todo estaría bien claro que eso fue después de decirme que Nathan no había sido ochomecino como siempre nos habían dicho, resulta que cuando mis padres se cansaron mi madre ya tenía un mes de embarazo, mi madre no sabía ni dónde esconder la cara y mi padre nos amenazó a todos de que no debíamos molestarla con lo de Nathan, pero eso solo sirvió para que todos comenzarán a molestarlos a ambos.

Estoy en mi recamara alistándome para irme a dormir cuando Dorek se asoma por el marco de la puerta.

—¿Se puede?

—Adelante.

Él entra y cierra la puerta detrás de él —¿Cómo te sientes?

—Me quitaron un gran peso de encima.

Él asiente con la cabeza —vine porque creo que necesitas ayuda profesional.

—¿No entiendo?

—Te haría muy bien ver a un psicólogo.

—No lo sé.

Dorek toma mis manos entre las de él —por lo que me di cuenta y escuché hoy, sientes mucha culpa por lo que sucedió con tu bebé, así que te recomiendo que busques un psicólogo —Dorek me abraza y después besa mi frente— si quieres volver a intentar tener algo con Ezra necesitas sanar para ofrecerle lo mejor de ti.

—Entiendo, te prometo buscar ayuda.

—Se que lo harás.

—Gracias por todo hermano.

—También deberías conseguir un nuevo celular para que Ezra deje de enviarnos mensajes.

No puedo evitar reírme a carcajadas —creo que eso puede esperar, tal vez se cansé Edric y me regale un nuevo celular.

Ahora es Dorek el que se ríe —también podría funcionar.

Después de eso Dorek me cuenta como está Vielka y lo felices que son de haber vuelto, la verdad me alegro mucho por ellos ya que ambos se merecen ser felices, así como también Ezra y yo merecemos ser felices aún si eso significa que tengamos que buscar nuestra felicidad por separado.

Viveza adoración (Saga #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora