Sarahi
Ha pasado una semana desde que cumplí los tres meses y parece que por obra de arte las náuseas desaparecieron por lo que ahora me siento súper bien.
Ezra ha estado raro desde ese día en qué le dije a Darío que éramos pareja, he tratado de saber que es lo que le ocurre pero él simplemente dice que todo está bien, de hecho hoy espero poder sacarle la sopa aprovechando que le toca quedarse con nosotros y es que acordamos en qué los fines de semana se quedaría conmigo y los domingos vamos ya sea a desayunar o a comer con sus padres, aunque normalmente vamos a comer ya que por más que lo intentamos nunca podemos levantarnos temprano.
Al salir de la oficina noto que Ezra está aún más serio pero algo llama mi atención y es que no trae la pequeña maletita que acostumbra a traer cada fin de semana.
Víctor palmea su espalda —¿Listos para irnos?
—Hoy no me iré con ustedes.
Víctor voltea a verme y asiente con la cabeza —sea lo que esté ocurriendo entre ustedes tienen que resolverlo, recuerden que van a ser padres —la última palabra la susurra para que solo nosotros escuchemos.
No soy de las que llora por un hombre pero en este momento siento una fuerte presión en mi pecho además de que las lágrimas amenazan con salir de mis ojos, la verdad no sé que le ocurre pero no voy a permitir que me haga sentir así más cuando yo no soy de ese tipo de mujeres, lo rodeo y entrelazo mi brazo con el de Víctor.
—Déjalo cuando quiera hablar lo hará.
Jalo el brazo de Víctor para que comience a caminar pero me detengo al ver que Yolanda y Darío nos observan.
—Parece que hay problemas en el paraíso.
—¡Cállate bruja!
—Parece que tú galán se te está yendo.
El nudo en mi garganta incrementa y jalo a Víctor nuevamente hacia su auto, una vez que llegamos me subo al auto e intento controlar las ganas de llorar y por suerte lo logro.
Al llegar a la casa soy la primera en bajarme del auto para después entrar corriendo a la casa por suerte no está Isaí para hacer preguntas incómodas, así que me dirijo a mi habitación para después tomar un baño.
El baño definitivamente me ayudó a tranquilizarme estoy por recostarme en mi cama cuando una notificación de mensaje llega a mi celular, siento gran desilusión al ver que se trata de Darío y no de Ezra, abro el mensaje y dice que está fuera de la casa esperándome.Lo que me faltaba, no pensaba salir pero lo más seguro es que llegara Isaí y le dijera algo a Ezra, de por si las cosas ya están muy tensas entre él y yo como para agregarle otra, salgo de habitación y me encuentro con Víctor que trae una cerveza en la mano.
—Te daría una pero en tu estado no es muy recomendable.
—No te preocupes estoy bien, estaré afuera.
Él asiente con la cabeza y se va hacia su habitación en cambio yo salgo de la casa y me topo con que Ezra y Darío están discutiendo, ninguno de ellos se ha dado cuenta de mi presencia.
—Ella jamás podrá olvidarme —la confianza y seguridad con que salen esas palabras de su boca me hacen detestarlo—, son años los que estuvimos juntos y se que cuando ella se cansé del jueguito que ustedes dos se traen ella regresará a mi lado.
Observo como Ezra hace sus manos en puño y de lo fuerte que está apretando sus nudillos estos se ven blancos.
—No se de donde sacas tanta seguridad —me acerco hasta ellos—, jamás regresaría contigo.
—Amor ya perdóname y regresa conmigo a nuestro hogar.
—El único hogar que tengo es la casa de mis padres —me cruzo de brazos realmente molesta—, ahora sí ya se cansaron de ver quién es mejor que el otro se pueden marchar los dos —Ezra gira su rostro hacia mí y se ve realmente sorprendido pero estoy tan molesta que lo ignoro y me doy la vuelta para irme.
Al entrar a la casa Ezra detiene la puerta antes de que yo la cierre, él se ve muy molesto pero lo estoy más yo pero no puede impedirle el paso a la casa de su primo así que suelto la puerta y camino rápidamente hacia mi habitación pero él me alcanza a medio camino y me abraza fuertemente.
—Hablemos por favor.
Doy un gran suspiro y retiro sus brazos de mi cintura, me giro hacia él y ahora ya no se ve molesto sino preocupado —hablemos en la cocina —me hago a un lado y me dirijo hacia la cocina.
Al llegar me siento en la barra y lo observo esperando a saber que es lo tiene que decirme, él se coloca entre mis piernas y apoya sus manos en la barra, no voy a negar que mi corazón está como loco.
—Lamento ser un imbécil, el día que les dijiste que éramos novios lo sentí como si trataras de justificarte, eso me estuvo molestando todos estos días.
—¿Por eso decidiste no quedarte conmigo este fin de semana?
Ezra niega con la cabeza —estuva molesto porque parecía importarte lo que la demás gente dice.
—No es justo y lo sabes...
Ezra coloca su dedo sobre mis labios para hacerme callar —déjame terminar por favor, hoy que nos topamos con tu ex me enojo aumento más pero lo que realmente me hizo explotar fue darme cuenta que te estoy lastimando con mi actitud, por eso me fuí —él acaricia mi mejilla con ternura y me sonríe— cuando te conocí me demostraste que eres una mujer fuerte que no llora por ningún idiota y fue eso lo primero que me atrajo de ti —deja un pequeño beso en mi frente y ya no se que es lo que está pasando, si está tratando de pedir disculpas o está rompiendo conmigo—. Cuando llegue a casa mis padres se sorprendieron de verme ahí así que me preguntaron que era lo que estaba ocurriendo, les conté todo —Ezra sonríe con nerviosismo y eso comienza a preocuparme cada vez más—, mi madre me hizo entender que al ser tu mujer no va ser nada fácil enfrentar un embarazo fuera del matrimonio y menos si tenías poco de haber terminado una relación cuando quedaste embarazada —Ezra toma mi rostro en sus manos y me mira fijamente—, lo siento princesa, prometo ser más comprensivo contigo.
—Por un momento pensé que ibas a terminar conmigo.
Ezra sonríe y después me besa haciendo que todos mis miedos se disipen, su beso es cuidadoso pero a la vez apasionado por lo que no puedo evitar enredar mis piernas en su cintura por lo que ahora nuestros pechos están pegados y puedo sentir el palpitar desenfrenado de su corazón, escuchamos que alguien se aclara la garganta por lo que dejamos de besarnos.
—Vayanse a su cuarto en lugar de estar sabroseandose en la barra de la cocina.
Ezra estalla en carcajadas al escuchar a Víctor —lo sentimos en un momento más nos iremos solo necesito terminar de aclarar unas cosas y te dejaremos la cocina libre.
Víctor asiente con la cabeza —vendre en 5 minutos para evitar que hagan el delicioso en la cocina.
La verdad no puedo evitar reírme de la situación.
—Así quiero verte siempre, si vuelvo a comportarme como un idiota por favor golpeame.
—De acuerdo, ahora llévame a la habitación y termina lo que empezaste.
Ezra se ríe y me toma en brazos para llevarme a mi habitación.
—¡Pondré la música muy fuerte! —grita Víctor desde su habitación.
Y mejor que si lo haga porque parece que hoy será una noche muy larga.
A la mañana siguiente después de bañarnos y desayunar decidimos quedarnos en casa por lo que nos sentamos en la sala para ver una película, al final se nos une Isaí y Víctor.
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Viveza adoración (Saga #3)
RomanceSarahi siempre se ha caracterizado por ser una mujer fuerte pero la vida intentará patearle el trasero, solo que ella es una luchadora y no se dejará vencer. Ezra Santiesteban conocerá la otra cara de Sarahi, la mujer frágil y educada que en realid...