CAPÍTULO 20

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SARAHÍ

Ha pasado una semana en donde Edric y yo hemos intentado hacer reír a Vielka pero nada funciona, pero el que si se ha reído bastante de mi ha sido Ezra, el domingo tenemos pensado regresar a Guadalajara, mi incapacidad termina el día de mañana y para mí suerte es sábado por lo que aún hay tiempo de regresar y está vez si lo haremos en avión, el doctor me autorizó el viaje hace dos días no sin antes mandarme hacer unos estudios que me tuve que realizar a escondidas de mi familia, no es que sea cobarde pero no creo que esté sea el momento indicado de decirle a mis padres de que fuí lo suficientemente estúpida para no usar algún anticonceptivo.

Estamos desayunando en la cocina o más bien esperando que Vielka termine de desayunar, aprovecho que Ezra se fue a bañar para fastidiara mi mamá e intentar hacer reír a Vielka.

—Ya no te quiero escuchar decir que tú hermano es un promiscuo.

—Yo nunca digo eso  —le sonrío maliciosamente— yo solo digo que tiene el gusanin muy inquieto —mi madre se cubre el rostro avergonzada— mamá no finjas inocencia me vas a decir que nos tuviste a todos por obra del espíritu Santo —no puedo evitar reírme a carcajadas por la reacción de mi madre.

—Parece que tú novio no conocía esta parte de ti —Vielka me hace un gesto con la cabeza y me giro lentamente para encontrar a Ezra apoyado en el marco de la entreda de la cocina.

—Vaya, esto si que es interesante —dice él en tono burlón, ya no puedo más, nunca he dejado que nadie aparte de mi familia me conozca realmente, me pongo de pie y paso a su lado para salir de la cocina, salgo de la casa y me dirijo a la playa.

—¿Porqué ocultas quién realmente eres?

Me giro y ahí está Ezra observándome —es solo que soy un desastre y no creo que ningún hombre le guste como realmente soy, pero también me gusta como soy por eso disfruto estar con mi familia porque con ellos puedo ser realmente yo.

Ezra se acerca a mi y coloca su mano en mi rostro —a mi me gusta esta Sarahí, eres desvergonzada, atrevida y divertida, conmigo no necesitas fingir ser algo que no eres.

—¿De verdad?

Él asiente con la cabeza y besa mi frente —entiendo que en el trabajo tengas que ser sería y profesional pero no puedes seguir ocultando a la verdadera Sarahí todo el tiempo.

No puedo evitar abrazarlo —gracias —me separo de él y le sonrío— eso quiere decir que ya puedo molestar a mi familia sin ningún filtro.

—Me da miedo decirte que si y que deje de ser uno de los consentidos.

No puedo evitar reírme pero él me acerca a su cuerpo y me sorprende con un beso, coloco mis brazos detrás de su cuello y comienzo a seguirle el juego.

—Hay niños presentes.

Me separo de Ezra y ambos volteamos a ver a Nathan junto a mi cuñada y mi sobrina la cual trae su utensilios para hacer castillos.

—No creo que eso te importe mucho cuando te comes demasiado seguido a la madre de mi sobrina.

Mi sobrina se gira hacia su papá y luego a mi —mi papá no se come a mi mamá solo le da besos.

No puedo evitar reírme ya que Hadassah está totalmente roja de la vergüenza mientras que Nathan parece realmente molesto, tomo la mano de Ezra y comenzamos a caminar hacia la casa, pasamos a lado de mi hermano y le susurro en el oído —lo que no has de querer en tú casa lo has de tener.

Al entrar en la casa noto que Vielka está en la sala con mi hermano Edric y al parecer están viendo una película, Ezra y yo nos les unimos, es una película romántica y el motivo por el cual me quedé a verla es porque el protagonista está como el quiere.

Viveza adoración (Saga #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora