Viveza adoración (Saga #3)

CAPÍTULO 34

EZRA

Han pasado dos mese desde que Edric me dijo que hablaron con Sarahí y aún así no he perdido el contacto con ellos, se que Sarahí está llendo a terapia psicológica, lo cual me da mucho gusto, se que para ella fue más doloroso y difícil la perdida de nuestro hijo, y esa es la verdera razón por la cual no he ido a buscarla, se que ella necesita tiempo para sanar, no voy a negar que muero de ganas por estrecharla entre mis brazos y sentir una vez más sus labios e incluso extraño oírla decir un montón de incoherencias.

Mis padres siempre me preguntan por ella, sobre todo mamá, ella se encariño tanto con ella que ya no se quién la extraña más si ella o yo, así que siempre que recibo mensajes de los hermanos de Sarahí ella pide leerlos junto conmigo, no solo yo sufro con la ausencia de mi princesa si no mi madre también lo hace, al igual que Víctor y Jairo.

—Sigo pensando que ya deberías irla a buscar —Victor está sentado en la esquina de mi escritorio y tiene una cara de aburrimiento —nada divertido ha pasado desde que ella se fue.

—Sólo le estoy dando su espacio.

—No temes que después de estos meses ella realmente ya no quiera nada contigo.

Esa idea a pasado por mi cabeza un sin fin de veces, por lo que se ella ya está enterada de que no hay día en que no pregunte por como está a sus hermanos, pero en este tiempo no he recibido ninguna llamada de su parte ni siquiera un mensaje —. Lo he pensado muchas veces.

—Deja de estar desanimandolo —dice Jayro detrás de Víctor.

Víctor se pone de pie y se marcha a su escritorio mientras que Jayro niega con la cabeza —manten la esperanza en alto.

—Gracias.

Jayro intenta salir de la oficina pero Norma lo jala del saco para que vuelva entrar —les traigo un chisme super calientito.

Ahora que ya no está Sarahí somos nosotros las víctimas de Norma.

Jayro se suelta molesto del agarre de Norma —mas te vale que sea bueno.

—Lo es, de verdad que lo es.

Apoyo mis brazos en el escritorio esperando escuchar el gran chisme —pues entonces dilo.

—Darío engañó a Yolanda con la nueva secretaria y Yolanda se puso como loca e incluso le ha enterrado unas tijeras.

Víctor al oír eso se acerca más a nosotros —¿A caso está loca?

—Hace unos minutos se llevaron a Darío al hospital ya que le enterró las tijeras —Norma señala en medio de sus piernas— justo ahí.

—¿Qué ha pasado con Yolanda?

—Se la acaba de llevar la policía.

Víctor peina su cabello hacia atrás —¿Creen que debamos ir a verlo al hospital?

Los cuatro nos volteamos a ver y es Jayro el que habla —nunca fuimos cercanos por el contrario, nunca nos cayó bien así que nuestra presencia no sería bien recibida.

—Creo que la vida le cobro la factura demasiado caro.

Al día siguiente nos enteramos sobre el estado de salud de Darío,al parecer las tijeras solo le habían dañado un testículo y que había levantado una demanda en contra de Yolanda, el dueño del buffet se había negado a prestarle ayuda jurídica a Yolanda por lo que ella estaba sola por su cuenta.

Un mes después nos enteramos que Darío había renunciado al buffet y había otra versión en la que decían que el jefe lo había corrido debido al escándalo que había protagonizado junto a Yolanda, está última había perdido el caso y tenía que cumplir 3 años de condena en la prisión para mujeres.

A la semana siguiente de la renuncia de Darío me enteré por Edric que este había regresado a vivir a la Paz, que incluso había ido a visitar a Sarahí.

Un mes más ha pasado y Sarahí aún no ha intentado contactarme, se por sus hermanos que ella está mejor, también que su cuñada había dado a luz un mes atrás, fue esa la razón por la que decidí no ir en su búsqueda, supe por Nathan que Sarahí les había estado ayudando con los bebés.

Pero hoy he perdido toda esperanza, apenas hace unos minutos recibí un mensaje de Edric en el que me decía que Sarahí está pensando volver con Darío y es que al parecer desde que él volvió han estado saliendo mucho.
Una vez más me asalta el pensamiento de que Sarahí estuvo conmigo solo por el bebé y no porque ella sintiera algo por mi.

Estoy tan molesto conmigo mismo por haber creído en que había una pequeña posibilidad de recuperar a Sarahí, ahora me doy cuenta que solo perdí mi tiempo en una ilusión.

Molesto me incorporo de mi cama y me coloco mi chamarra para después salir de mi habitación, mis padres ya están en la cama así que solo les digo que saldré a beber algo, al salir de mi casa busco un taxi y para ser apenas las ocho de la noche hay muy poco movimiento en la calle, cuando al fin logro subirme a un taxi le pido que me lleve a un bar que suelo ir con Isaí. Veinte minutos después llego al bar y este parece estar bastante lleno aún así entro y me acerco a la barra en donde pido una cerveza.
Voy por mi segunda cerveza cuando mi primo llega a mi lado.

—Mi tía me avisó que saliste a beber —Isaí pide una cerveza y después maldice por lo bajo— ¿Qué ocurrió?

—Sarahí va regresar con su ex.

—Tienes dos opciones.

—Aguantarme y joderme.

Isaí estalla a carcajadas —no, en realidad la primera opción es embriagarte hasta que quedes inconsciente y la otra opción es irte a casa a dormir y el día de mañana comprar un boleto de avión e ir por Sarahí.

Lo volteo a ver unos momentos —de las dos formas es dinero desperdiciado.

—Si pero la última opción es la más sana porque así sabrás lo que ella realmente quiere y podrán darse el cierre que ambos necesitan o en el mejor de los casos tener una mega reconciliación.

Me termino mi cerveza de un solo trago y volteo a ver a mi primo —termina tu cerveza y vámonos.

Anoche después de que Isaí me llevo a casa apenas toque mi cama y caí rendido, al despertar un fuerte dolor de cabeza amenazaba con partirme en dos, así que después de tomarme una pastilla me di un baño rápido para después desayunar con mis padres, tal como lo hacíamos Sarahí y yo cada domingo.

—Llamó Isaí mientras te bañabas.

—¿Qué quería?

—Andrea llegó hoy por la mañana y dijeron que iban a venir en un rato.

Lo que me faltaba, Andrea siempre que viene le gusta salir de parranda y por lo visto yo ya no estoy para aguantar tanta fiesta, pero tal vez me ayude a distraerme un poco y así pueda pensar que es lo que voy hacer con respecto a Sarahí.

Una hora más tarde llegaron a casa Isaí y Andrea, y desde entonces hemos estado platicando de todo un poco, Andrea menciona que desea ir a comer fuera pero yo no estoy de ánimo para ser sincero, así que acompaño a los dos a la puerta. Me despido de Isaí para después recibir un fuerte abrazo de parte de Andrea.

—¿Esa no es Sarahí? —dice Isaí preocupado.

Me separo de Andrea y efectivamente Sarahí está sobre su motocicleta a unos metros de nosotros, parece igual de sorprendida que nosotros pero de pronto se coloca el casco así que corro hasta donde está ella y me coloco frente a ella tomando cada extremo de los manubrios de la motocicleta.

—¿A dónde vas princesa?