Viveza adoración (Saga #3)

CAPÍTULO 13

Sarahí

Ezra y yo salimos de la habitación y bajamos las escaleras para poder irnos ya que ya es muy tarde para siquiera desayunar algo, al llegar a la planta baja Víctor me sonríe.

—¿Adivina quién será tú nuevo roomie?

—Al parecer Isaí le ofreció la otras habitación —dice Ezra pasando por mi lado y se dirige a la puerta —¿Nos vamos?

Asiento con la cabeza —es bueno saber que ya no tendrás que buscar departamento —tomo la mano de Víctor y lo insto a caminar.

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Las semanas siguientes comenzó a correr el rumor de que Víctor había dejado a Jayro por mi y todo se debía a que desde que Víctor se mudo yo había dejado de usar mi motocicleta para venirme en el auto de Víctor.

Jayro había regresado hace unos días y en cuanto escuchó el rumor lejos de enojarse le había dado risa.
En cuanto a Ezra, yo había decidido mantener la distancia después de que a los días de nuestro último encuentro llegara mi período, no podía negar la atracción que había entre los dos pero no podía dejar que mis hormonas afectará mi trabajo, para mí fortuna Jayro pasaba mucho tiempo con él debido a que ellos se habían hecho buenos amigos, así que la mayor parte del tiempo la pasaba con Víctor y Norma.

Darío me había pedido disculpas nuevamente y obviamente otra oportunidad a lo que me negué rotundamente pero si habíamos empezado a salir en plan de amigos.

Faltaban tan solo dos semanas para la competencia de motocross y de deportes extremos en Mazatlán y desgraciadamente este fin de semana no podría practicar debido a que teníamos que ir a la ciudad de México por una capacitación, ese era el verdadero motivo de mi mal humor y obviamente el motivo por el cual Isaí y Víctor solo me observan mientras yo cenaba y despotricaba a la vez.

—¿Crees que es buen momento para decirle lo de la renta? —volteo a ver a Isaí y este levanta las manos en rendición.

—Vamos preciosa nos podemos divertir, además no dijiste que uno de tus hermanos vive allá.

—El muy bestia me dijo que no iba a poderme ver porque tenía mucho trabajo en el hospital.

—Cariño—, dirijo mi mirada hacia Víctor y este tiene el semblante serio—te hace falta tener sexo.

Casi me ahogo con mi cereal y ambos se están riendo —sabes que mi primo estaría feliz de ayudarte.

—Yo tambien te puedo ayudar con tu problema —Víctor me mira fijamente y juro que puedo ver peligro en su mirada.

Me levanto de la mesa aún más enfadada y lavo mi plato rápidamente —no necesito sexo para ser feliz —al decir esto salgo de la cocina realmente molesta.

A la mañana siguiente Víctor prácticamente me saca en peso de la casa y me sube al taxi de Isaí, sigo pensando que esa capacitación es una perdida de tiempo.

Tres malditas semanas evitando a Ezra y el maldito destino estaba empeñado a joderme la vida, en el avión me había tocado en medio de Ezra y de Yolanda, pero Ezra se había apiadado de mi y me había cambiado el lugar por lo que ahora él se encontraba en medio de las dos.

Una vez que el avión aterrizó prácticamente corri para ser de las primeras en salir del avión, me tope con Darío en la salida y veníamos platicando de lo absurdo de este viaje cuando de pronto esté se detiene, lo volteo a ver y este tiene el semblante serio y parece ver algo que le preocupa, dirijo mi mirada hacia donde está su vista y ahí está Dorek viendolo fijamente.

Me acerco a mi hermano y este no quita la mirada de su objetivo —pense que no ibas a tener tiempo para mí.

Dorek relaja su semblante y me sonríe —le cambie el turno a uno de mis colegas para poderte invitar a comer.