Sarahí
La semana paso rápidamente y estaba sumamente feliz de que hoy era viernes, el día de mañana solo tenía que venir al trabajo hasta el medio día y después de eso me iría descansar para poder ir a practicar el domingo.
—Hola preciosa.
—Hola Víctor.
Este no había parado de coquetear conmigo toda la semana —se que tú no me vas a fallar —este sonreía ampliamente—, nadie me quiere acompañar al nuevo antro —comienzo a negar con la cabeza y este se acerca hasta mi y se pone sobre sus rodillas— de verdad lo necesito, está semana ha sido un asco.
Suspiro con cansancio porque él tiene razón, Jayro había pedido dos semanas de vacaciones y Víctor aún se sentía mal por su ruptura —¿Solo seremos tú y yo?
Víctor sonríe aún más —solo tú y yo preciosa.
Al salir de la oficina me di cuenta que Víctor hablaba enserio, Norma tenía una despedida de soltera motivo por el cual no había podido acompañarnos y Ezra se había ido temprano al parecer por una emergencia familiar, así que efectivamente solo seríamos Víctor y yo.
El antro parecía ser muy exclusivo, pero al entrar nos dimos cuenta que había mucho adolescente y jóvenes, nunca me había sentido tan vieja, al parecer él antro era para otro tipo de población. Al final terminamos saliendo del antro decepcionados de no habernos podido divertir, por lo que invite a Víctor a casa, de camino compramos cervezas y al llegar a la casa note uno de los taxis de Isaí estacionado en la cochera, espero que no le moleste que haya invitado a Víctor.
Al entrar a la casa lo que menos me esperaba era encontrarme a Ezra sentado en la sala, por un lado no debería sorprenderme ya este era primo de mi casero.
—¿Así que tú fuiste la emergencia familiar? —me hago a un lado para que Víctor entre.
—Chocaron uno de mis taxis.
—¿Tú estás bien?
Él asintió —no fue a mi a quien chocaron, sino a uno de mis chóferes.
Asiento con la cabeza —¿Recuerdas a Víctor?
Isaí asiente con la cabeza —bienvenido.
—Gracias —dice Víctor y le extiende una cerveza —creo que la necesitas.
Ezra se pone de pie —será mejor que me vaya.
—No seas agua fiestas y quédate está noche —Ezra volteo a ver a su primo y juro que si sus ojos fueran pistolas este ya le hubiera perforado la cabeza— a mis tíos no les importará que te quedes y socialices.
Víctor se acercó a él y le extendió una cerveza —¿O me dejaras el camino libre?
No entendí bien a que se refería Víctor pero sus palabras funcionaron ya que Ezra volvió a tomar asiento.
Isaí había puesto algo de música y ahora nos encontrábamos Víctor y yo bailando en el centro de la sala, de pronto comenzó un canción de reguetón y las cosas se pusieron más intensas, Víctor tomo mis caderas y me acerco más a él y el baile cada vez era más caliente, de pronto la música dejo de sonar —creo que se acabó la pila de tu celular —le dijo Ezra a Isaí, este lo miraba de una manera extraña pero al final asintió con la cabeza.
—Necesito ir al baño.
Corrí hacia el baño de mi habitación y llegué justo a tiempo, era lo que odiaba de la cerveza, está siempre me hacía ir incontables veces al baño, me lave el rostro y aproveché para quitarme el maquillaje, al salir del baño me tope con Ezra y él me veía fijamente.
—Eres muy bonita sin maquillaje.
Me sentía mareada por el alcohol que corría por mis venas o eso quería creer ya que las palabras de Ezra me habían afectado y no de mala manera —gracias.
Él se acercó más a mí y por instinto retrocedí, casi me caigo de espaldas al topar con el pequeño escalón del baño, pero Ezra me sostuvo de pronto, él me acerco a su pecho y podía sentir como mi corazón se aceleraba aún más, él coloco una de sus mano en mi nuca y acerco su rostro hasta el mío pero se detuvo a unos pocos centímetros de mi boca —no he dejado de pensar en esa noche —acto seguido sentí sus labios sobre los míos, al principio me quedé de piedra pero fue mi cuerpo el que reacciono, automáticamente mis brazos se abrazaron de su cuello y mis labios decidieron también participar, la manera en que Ezra me besaba era con cierta delicadeza y a la vez como si quisiera todo de mi, pronto también nuestras lenguas se unieron a la fiesta y la temperatura comenzó a incrementarse, necesitaba más de él, no sabía el ¿Porqué? Pero lo necesitaba, de pronto su otra mano se presionó sobre una de mis nalgas y me empujó aún más a su cuerpo, pude sentir su erección y no pude evitar que un pequeño gemido escapara de mis labios, esto pareció gustarle ya que subió mi falda hasta la cintura y me cargo, automáticamente mis piernas se enredaron en su cadera.
Sentí cuando él se desabrochó su pantalón, apoyo mi espalda sobre la pared para después hacer a un lado mi tanga y sin previo aviso entro en mi, esto era lo más caliente que había hecho en toda mi vida, sus embestidas eran cada vez más rápidas sentía un pequeño calor correr por todo mi cuerpo y de pronto un escalofrío me sacudió, él siguió embistiendome hasta que finalmente alcanzó su orgasmo, jamás había tenido uno, está era la primera vez que lo experimentaba y había sido la cosa más marivillosa, mi cuerpo lo sentía laxo, él bajo lentamente mis piernas y agradecí que no me soltará por que mis piernas las sentía sin fuerza, abrí mis ojos y me di cuenta que estábamos en mi baño.
Ezra me sonríe —creo que necesitamos un baño.
No pude evitar reírme y decidí que terminaría de pecar está noche, quería más de él mañana me arrepentiría pero hoy pensaba disfrutar de él.
Me muevo y cada parte de mi cuerpo duele, anoche después de bañarnos habíamos tenido sexo de nuevo por lo que tuvimos que bañarnos de nuevo, me levanto dándome cuenta que Ezra no está en mi cama, de pronto la puerta se abre y ahí está él recién bañado y cambiado listo para ir a trabajar, me levanto envuelta en la sábana y me introduzco en el baño, me aseó lo más rápido que puedo y cuando salgo envuelta en mi toalla él aún sigue en mi habitación solo que ahora está sentado sobre mi cama.
Me dirijo hacia el closet y abro la puerta de este para que él no pueda verme mientras me cambio —esto no puede seguir pasando —le digo y no recibo respuesta así que me asomo y él tiene una estúpida sonrisa en el rostro, niego con la cabeza y sigo con lo mío— antes de llegar a la oficina hay que pasar a una farmacia para comprar la pastilla del día siguiente.
—Según hasta donde se, la pastilla pierde su efectividad si la usas seguido.
Asomo mi cabeza una vez y él tiene el ceño fruncido —no la he tomado en mucho tiempo, más porque me ponen muy mal las pastillas anticonceptivas.
Él abre sus ojos con sorpresa y tengo un mal presentimiento —¿Entonces no te estás cuidando?
Niego con la cabeza, salgo de mi escondite a medio vestir ya que solo me he puesto la falda y mi ropa interior —esa noche nos cuidamos, ¿verdad?
Lo veo levantarse y comienza a peinar su cabello una y otra vez —esa noche te dije que no traía condones y tú respondiste que no me preocupará —siento que el piso se mueve y me acerco torpemente a la cama y me siento en ella—, cuando me dijiste eso supuse que te estabas cuidando.
Siento que mi habitación se hace cada vez más pequeña y no puedo creer que esto me este pasando, intento calmarme puesto estoy a punto de entrar en una crisis nerviosa, Ezra se encuentra frente a mi con su espalda recargada en la pared, su rostro refleja la preocupación, la misma que yo siento, me pongo de pie y vuelvo al armario para terminar de cambiarme, una vez que lo hago arreglo mi cabello en un moño alto y me acerco a él, este tiene la mirada perdida hacia la nada, tocó su brazo y él me dirige su mirada.
—Hay que ser positivos, ¿qué posibilidad hay que por una noche quede embarazada?
Él vuelve a peinar su cabello y asiente con la cabeza.
Sería demasiada mala suerte la mía si resulto quedar embarazada, además si no me equivoco en tres días me toca mi periodo así que todo estará bien.
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Viveza adoración (Saga #3)
Roman d'amourSarahi siempre se ha caracterizado por ser una mujer fuerte pero la vida intentará patearle el trasero, solo que ella es una luchadora y no se dejará vencer. Ezra Santiesteban conocerá la otra cara de Sarahi, la mujer frágil y educada que en realid...