CAPÍTULO 25

52 8 0
                                    

SARAHÍ

El lunes al llegar a la oficina me encuentro con que hay un arreglo de flores en mi escritorio, Ezra al venir a mi lado puedo percibir la tensión en él, ambos sabemos de quién proviene el arreglo.

—Tienes que aclararle muy bien las cosas —dicho eso me abraza y besa la coronilla de mi cabeza.

—Ustedes dos son tan adorables —dice Norma.

El día de hoy Ezra y yo nos dimos cuenta que ya se comienza a notar un poco mi embarazo y es que al ser muy delgada hace que se note aún más la pequeña protuberancia en mi vientre, ese el motivo por el cual el día de hoy traigo puesto un saco para ocultar un poco mi vientre pero Ezra tiene razón con respecto a Darío por lo que me quito el saco y se lo entrego a él, camino hacia mi escritorio y tomo en mis manos el arreglo de flores para después respirar hondo y salir de la oficina, camino hasta donde está la oficina de Darío y para mí buena suerte se encuentra en su escritorio hablando con Yolanda, esto no podría salir aún mejor.

Dejo el arreglo sobre el escritorio de Darío y este voltea a verme y después a las flores, Yolanda se cruza de brazos y frunce su ceño.

—Te pido por favor que no me mandes flores ni insistas más —coloco mis manos en mi cintura lo que capta la atención de Yolanda y ella agranda sus ojos y puedo notar cierta alegría en su rostro, —lo nuestro terminó definitivamente y ahora estoy muy bien al lado de Ezra.

—Eso se nota —dice Yolanda con malicia—, ¿Qué será primero la boda o el baby shower?

Esas palabras captan la atención de Darío por lo que ahora su vista está clavada en mi pequeño y poco notable vientre, de pronto se pone de pie y se acerca a mi rápidamente me toma por los hombros —¿Cuánto tiempo tienes?

Me zafo de él y retrocedo unos pasos —no es tuyo eso te lo juro.

Se vuelve acercar a mí y toma mi mano y me jala hacia la salida de su oficina —ahorita mismo vamos a ir a comprobar eso.

—Sueltame imbécil.

—Mi novia te ha dicho que la sueltes.

Intento zafarme de Darío pero él sujeta aún más fuerte mi muñeca
—no hasta comprobar que ese hijo no es mío.

—No es tuyo, ella apenas tiene 4 meses y tengo entendido que ustedes tenían tiempo con dificultades en su relación.

Darío afloja su agarré por lo que aprovecho y esta vez logro zafarme y me acerco a Ezra, este me abraza a su cuerpo.

—Eres una zorra —dice Darío en un susurro que alcanzo a escuchar y se que Ezra igual pues me aprieta aún más a su cuerpo.

—Sólo un idiota diría esas palabras después de haberla engañado.

—Al parecer le cuentas todo, ¿verdad?

—Eres un grandísimo idiota, no tenemos porque darte ninguna explicación.

Me separo de Ezra y me dirijo a mi oficina, al llegar a esta me desplomo en mi silla y expulso el aire que estaba conteniendo.

Ezra llega hasta mi y se coloca en cunclillas frente a mi —¿Estás bien princesa? —asiento con mi cabeza— siento que esto es mi culpa por lo que te dije el fin de semana.

Niego con la cabeza y tomo su mano para colocarla en mi mejilla, Ezra me sonríe y me gusta esta sensación —nunca me ha importado lo que piensen de mi y no voy a cambiar eso por él —toco mi vientre con mis manos y él hace lo mismo con su mano que hace unos momentos estaba en mejilla— además frijolín no va poder permanecer oculto más tiempo.

—Tienes 5 meses para pensar un nombre decente para mí bebé.

—Frijolín es un nombre original.

Ezra se ríe a carcajadas y se pone de pie para después dirigirse a su escritorio —no voy a caer en tu juego princesa.

—Aburrido.

El resto del día es súper tranquilo hasta que nuestro jefe llega a la oficina para asignarnos varios casos, por lo que nos los dividimos entre los cuatro, estamos tan concentrados que los cuatro nos asustamos cuando llega Norma riendo a carcajadas.

—Hay un super chisme sobre ustedes dos —nos señala a mi y a Ezra— por ahí andan diciendo que estás embarazada —Norma vuelve a reír y Jayro nos voltea a ver a Ezra y a mi— eso definitivamente es una locura, ya no tienen nada mejor que inventar —Norma deja de reír cuando se da cuenta que no decimos nada al respecto —¡Oh por Dios! ¿Es cierto?

—Al parecer si —dice Jayro con una sonrisa pero está se borra al darse cuenta de que Víctor está igual que nosotros —¿Tú lo sabías?

Víctor se rasca la cabeza y asiente con la cabeza —que clase de roomie sería si no lo supiera, además estos dos parecen recién casados todos los fines de semana.

—Te he dicho que le subas el volumen a la música.

Ezra niega con su cabeza ante nuestra pequeña discusión mientras que norma parece en shock.

—¿Estás embarazada? —asiento con mi cabeza y toco mi pequeño vientre mientras que Ezra me abraza— ¡Es increíble! Va ser un bebé muy bonito.

Norma llega hasta nosotros y nos abraza a los dos, seguido de ella llega Jayro quien nos felicita a cada uno.

—Es un alivio que ya todos sepan ya no iba poder seguir ocultandolo.

—¿A caso a ti se te iba a notar?

—No, pero como iba fingir que no sabía nada cuando tu panza creciera —dice Víctor con una gran sonrisa.

Al finalizar el día todos vamos a cenar a un restaurante para celebrar que ya todos saben sobre el pequeño frijolín, ahora solo falta que mi familia se entere y cómo si Ezra leyera mi mente toma mi mano y me sonríe —ahora solo falta tu familia princesa.

—¿No podemos decirles cuando ya haya nacido?

Todos estallan a carcajadas —yo quiero ver la reacción de tus calientes hermanos cuando se enteren —dice Norma con una sonrisa maliciosa.

—Tienes razón princesa, les diremos cuando ya haya nacido el bebé y yo lo traeré en brazos cuando les digas.

Ezra y yo comenzamos a discutir quien debe de cargar al bebé mientras el otro da la noticia. Al finalizar la cena y después de despedirnos me subo al auto de Víctor mientras que Ezra cierra mi puerta y me da un corto beso en los labios —fuera de broma, tu familia es la siguiente en saber.

Esas palabras no me dejaron dormir bien en toda la noche, la verdad estaba muy aterrada de decirles a mis padres, nunca reaccionaron mal cuando Natanael embarazo a la odiosa de Melissa pero no sé cómo vayan a reaccionar conmigo y mis hermanos van enloquecer tanto que de verdad temo por la seguridad de Ezra, pero él tiene razón ya no puedo seguir postergando las cosas, aunque sigo planteándome la idea de decirles cuando ya haya nacido frijolín.
Y aunque es muy buena idea se que Ezra no me permitiría hacerlo así que iré a casa cuando haya terminado el caso que elegí.

Al día siguiente le comento a Ezra sobre cuando decirle a mis padres y aunque no está muy de acuerdo ya que mi caso puede llegar a alargarse hasta más de un año, pero llegamos a un acuerdo de que si en un mes y medio vemos que el caso se alarga ambos iremos a la Paz y les diremos a mis padres.

Viveza adoración (Saga #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora