Viveza adoración (Saga #3)

CAPÍTULO 23

SARAHÍ

En cuanto llego a mi cuarto lo primero que hago es recostarme en la cama, trato de relajarme y entender a Ezra. No soy ninguna tonta, pude darme cuenta claramente que fuí puesta a prueba, no voy a negar que en un inicio me molesté por lo que solo pensaba en terminar de comer y alegar cansancio por el embarazo para así poderme marchar, pero fue la reacción de su madre la que me hizo darme cuenta lo difícil que ha sido la situación para ella debido a su enfermedad. Pude darme cuenta que esperaban otra reacción de mi parte pero si algo me enseñó mamá es que uno tiene que ser respetuoso y ser considerada con las demás personas.
Después de tanto pensar decido descansar ya que últimamente debido al embarazo me da sueño constantemente.

Siento como si unas manos retiraran mis zapatos lentamente, pero lo que me hace reaccionar es sentir un peso más en la cama, mi corazón comienza a palpitar rápidamente y cierto temor se empieza apoderar de mi, por lo que me armo de valor y abro mis ojos lentamente, estos tardan un poco en acostumbrarse a la oscuridad y una vez que lo hace me doy cuenta que hay alguien más en mi habitación y además se encuentra acostado justo a mi lado, me incorporo rápidamente de la cama provocando un fuerte mareo que me hace tambalear.

Los brazos del extraño me sujetan fuertemente para evitar que caiga —Tranquila princesa, soy yo.

En cuanto me doy cuenta de que se trata de Ezra comienzo a golpearlo en el pecho y él comienza a reírse a carcajadas —¿Cómo te atreves asustar a una mujer embarazada?

—Lamento haberte asustado pero quería estar contigo —y para confirmar lo dicho me abraza más a su cuerpo por lo que nuestros pechos se juntan y puedo distinguir su rostro muy cerca del mío.

—No creas que no me di cuenta de lo de hoy.

Ezra suspira y se separa de mi, a pesar de la oscuridad noto que se aleja rumbo a la puerta, mi intención no era que se fuera pero en último momento me doy cuenta que él no pretendía irse, simplemente quería encender la luz, él me da una sonrisa nerviosa y se acerca hasta la cama donde toma asiento en la orilla de está, así que me acerco y me siento a su lado.

—Mi madre me dijo que tal vez estarías molesta —él gira su rostro hacia a mi—, perdóname es solo que hace años una persona que consideraba el amor de mi vida hizo sentir muy mal a mi madre —no puedo evitar sentir celos—, creo que te he dicho varias veces que realmente me gustas y creo que lo de hoy solo fue una manera de protegerme y también a mi madre.

Doy un gran suspiro —creo que en cierto modo te entiendo, aunque mis hermanos son unos cavernícolas los amo mucho y cualquiera que se atreva a lastimarlos se las vería conmigo —tomo su mano y entrelazo sus dedos con los míos, su mano se siente cálida—, y también me gustas.

Ezra me sorprende dándome un corto beso en los labios —entonces ambos estamos de acuerdo en que ahora estamos en una relación, y no sólo para engañar a nuestras familias, si no algo real.

Asiento con mi cabeza —realmente quiero que esto funcione independientemente de frijolito.

Ezra se ríe y me atrae hacia él —hace un momento dijiste que tus hermanos son unos cavernícolas pero temo decirte que tú eres la cavernícola de tú familia.

Golpeo su pecho y me separó de él y me recuesto en la cama —creo que tú primo se siente muy solo está noche.

Ezra se ríe y me sorprende cuando se coloca sobre mi cuerpo —esta noche solo quiero estar contigo, además no creo que mi primo quiera que le haga lo que tengo pensado hacerte a ti.

Ezra comienza a besarme lentamente y con una de sus manos comienza acariciar mi pierna, su toque comienza alterar mis hormonas y una parte de mi cuerpo que últimamente no tiene algo de diversión, su mano sube lentamente haciendo que la tela de mi vestido suba hasta mi cintura y ahora su mano se encuentra en el elástico de mi ropa interior, nuestros labios y lenguas demuestran cada vez más lo mucho que necesitamos más del uno del otro.
De pronto se las ingenia para retirar mi ropa interior y me hace separar mis piernas para luego con sus dedos hacer magia en mi clítoris que desde hace tiempo pedía algo de atención, siento que la temperatura en la habitación ha incrementado algunos grados y lo siento aún más cuando uno de sus dedos se desliza lentamente en mi interior.