De acuerdo al plan

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A la mañana siguiente todos estaban desayunando mientras Gabriel les decía exactamente qué era lo que tenían que hacer.

- escuchen... primero iremos por la pistola y luego los trajes de conserjes... 

- una duda - Peter alzó la mano.

- ¿qué quieres? - lo miró.

- ¿al final sí vamos a comprar los trajes en una sex shop? es que... en realidad dudo que exista alguien en el mundo a quien le exciten los conserjes...

- oh querido - dijo Kitty como si nada - el mundo es tan grande...

Chris miró a otro lado muy molesto de que ella le dijera "querido" a Peter.

- regresando con el tema de la pistola... vamos a ir todos a Walmart, y una vez ahí nos vamos a separar para que nadie sospeche. Muñeco - señaló a Tanner, lo llamó así ya que muchas veces Ambra lo hacía y a ellos le parecía gracioso - será el encargado de conseguir la pistola.

- para que te vendan un arma necesitas una licencia - dijo Tanner - no me había percatado de ese problema hasta ahora.

- por un demonio - Kitty negó con la cabeza.

- suena mal - dijo Hugo - pero... ¿por qué no usas tus poderes de seducción para que un hombre te preste su licencia para portar armas y luego se la das a Tanner?

- ¿por qué no usas los tuyos? - Chris se cruzó de brazos.

- ¿bromeas? - casi ríe - ¿mis poderes de seducción?

- algo se te tiene que ocurrir, doctor IQ - se alzó de hombros y Hugo suspiró sin remedio.

- Betty sigue dormida - dijo Juan - vayan a despertar a la mocosa.

Ester fue por ella y cuando ya estuvieron todos listos se fueron a Walmart, donde todo fue de acuerdo al plan, y tal como Tanner había previsto, sí necesitaba una licencia para comprar armas.

- oye hermanito - Tanner llamó a Hugo ya que iba pasando y lo miró a los ojos - ¿podrías decirle a mamá que te de mi licencia de armas?

Hugo iba a protestar, pero era una buena idea el plan de Tanner, así que le siguió la corriente.

- claro... - se fue, en el camino chocó con una niña de unos doce años que iba corriendo y que hizo que él cayera sentado al piso.

- oh! - dijo ella - perdona, ¿estás bien?

- eh... - se quedó pensando - auch... - fingió que le había dolido y se hizo pasar por un niño, ser pequeño tenía sus ventajas.

- pobre amiguito! - se preocupó y lo ayudó a levantarse - ¿puedo hacer algo para que te sientas mejor?

- en realidad... - se puso a pensar - sí... necesito que vayas por la billetera de tu papá.

- ¿para qué? - se extrañó.

- tú solo hazle caso o le diré a nuestra mamá que botaste a mi hermano - dijo Betty a sus espaldas. La otra niña volteó sorprendida y fue a quitarle la billetera a su papá sin que el hombre se diera cuenta, luego corrió con ellos y se las mostró.

- dame - Hugo extendió la mano, la niña hizo como si se la iba a dar pero después la alejó.

- solo si me das un beso - dijo como si nada.

- no! - dijo asqueado - podría ir a la cárcel!

- solo bésala! - dijo Betty.

Hugo suspiró y le dio un besito en la mejilla sin remedio.

12 ángeles, 1 amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora