Campahri fue el siguiente ángel en emprender su ruta; estaba algo preocupado ya que tenía miedo de perderse buscando "Argentina" en el planeta tierra.
Dai fu claro con sus indicaciones: "Literalmente en la frontera que divide Argentina con Brasil, encontrarás una casa con garaje, el piso es rojo y la casa es la #3, tocas el timbre y preguntas por Paulo Revilla, es un mecánico con nariz grande y que a veces usa chanclas con calcetines, tú también lo haces pero ese no es el punto... le entregas la invitación a la gala Multiversal, puede ir con su esposa si lo desea; luego de que le hayas entregado el pase, cúmplele un deseo, lo que él te pida siempre y cuando esté en manos angelicales, recuerda que tampoco es que podamos cumplir cualquier deseo..."
El ángel viajó hasta allá y afortunadamente no le costó dar con la casa, como elección propia había decidido viajar de día para poder identificar los lugares con mayor facilidad, y una vez ahí tocó la puerta.
- ¿quién es? - respondió una voz de mujer.
- vengo de parte de Daishinkan, el Gran Sacerdote...
Ella reconoció el nombre, Paulo le había hablado mucho de él y hasta había comido en su casa una vez, así que sin dudarlo, Nuria abrió. Lo que no esperaba era encontrarse con un ángel cara a cara, por lo que no pudo ocultar su asombro.
- ¿q-qué necesitás? - lo miraba a los ojos sin poder creer que habían más como Dai.
- preciso hablar con un hombre llamado Paulo Revilla - siguió las indicaciones que su padre le había dado.
- oh, por supuesto, ¡Cami! - lo llamó pero no recibió respuesta, así que fue a buscarlo por toda la casa, aunque no estaba - disculpa, creo que salió y estoy casi segura de dónde fue...
- eh... ¿lo espero aquí?
- te explicaré y así podrás ir a buscarlo - señaló un callejón que estaba al fondo de la cuadra - si bajás por ahí hay un matorral, unos cuántos árboles secos y luego una calle no muy transitada pero de asfalto, siempre se mantiene por ahí.
- perfecto, muchas gracias - sonrió y se dispuso a ir a buscarlo por esa dirección. En el camino, tal vez siguiendo sus pasos, ya que encontró uno que otro fósforo, troncos de árboles calcinados y cenizas.
No se topó con nadie en el camino, pero al llegar a la calle de asfalto estaba un tipo parado del otro lado, viendo un terreno completamente deshabitado donde solo habían ruinas, parecía estar muy pensativo.
- ¿eres Paulo? - se acercó el ángel.
- ¿quién sos? - se extrañó.
- seguro conoces a mi padre - lo miró a los ojos - mi nombre es Campahri.
- oh, ¡sos yo! bueno, no... - recordó que Dai los había comparado más de una vez.
- ¿soy tú?
- más o menos... sí pero no, no sé - sacudió la cabeza - olvidálo, solo yo me entiendo...
- claro - sonrió divertido - linda nariz - elogió, ya que era casi igual a la suya.
- gracias igual - sonrió también.
- mira, mi padre me dijo que te diera esto - le entregó la invitación en un sobre bastante fino, se veía muy linda.
Paulo se limpió las manos con su camisa antes de recibirla y aún así la llenó de cenizas, pero no importaba, al fin y al cabo lo importante era que la leyera.
- ¿qué es esto?
- ¿nunca escuchaste hablar de la Gala Multiversal?
- quizás solo de mención, pero no... no - se alzó de hombros - no tengo idea de qué sea eso.
- pues prepárate, mi padre te envió una invitación especial para ir, puede ir tu esposa si así lo deseas - le explicó.
- ¿en dónde es esto? - miró la invitación - ¿cómo llego?
- yo los llevaré, ese día vendré a tu casa a buscarlos, te bañas - le avisó.
Paulo empezó a reír por eso, el ángel nuevo le agradaba, parecía como si en el fondo eran iguales y podían entenderse.
- sí sí, lo que sea - siguió mirando el terreno en ruinas.
- por cierto, mi padre también me dijo que podías pedirme una cosa que quisieras, solo una...
Paulo miró al cielo pensando, se le hacía agua la boca con solo pensar que podía pedirle la PlayStation 5, era algo muy novedoso y sin duda lo quería, pero luego dejó al lado sus deseos materiales para dar paso a pensar en los demás.
- no sé si vas a poder cumplirme lo que te pida... - lo miró a los ojos.
- ¿de qué se trata?
Paulo lo guio a las ruinas donde antes había una pequeña edificación.
- ¿creés que podás reconstruirla con toda la gente que estaba ahí adentro cuando se quemó?
- ¿qué clase de deseo es ese? imagino que hubo un trágico accidente y algún familiar tuyo se quedó allá adentro, ¿o me equivoco?
- nada que ver, y accidente no fue - se rascó la nuca - yo y mis impulsos de mierda... quemé el edificio sin pensar en que podía haber alguien ahí, habían 13 personas, ¿podés creerlo?
- vaya locura de historia - asintió con la cabeza - por supuesto que puedo cumplirlo - invocó a su báculo y reconstruyó el lugar. Paulo se quedó sin aliento.
- ¿entonces toda esa gente nunca murió?
- pues no - se alzó de hombros con una sonrisa.
De la ventana del edificio se asomó un hombre y sonrió al ver a Paulo.
- ¡eh, Cami! - lo saludó - más tarde dejaré mi carro en tu taller para que revises unas cosas de los frenos.
- e-eh... piola - asintió con la cabeza sin poder creer todavía que estaban vivos.
- ¿enserio te sorprende tanto? - Campahri lo miró raro.
- pues sí, me siento limpio, no he asesinado a nadie - miró sus manos, ya no tenían cenizas.
- pediste un deseo generoso, ¿sabes? no cualquiera haría eso, y como tú fuiste generoso, yo también lo seré contigo, pídeme otro deseo, será un regalo de mi parte.
- ¿seguro? - se extrañó - papá Dai te va a putear - dijo divertido.
- no tiene por qué enterarse - se alzó de hombros - piensa en algo que tú quieras, que te beneficie a ti.
El tipo se quedó en silencio, pensando y reflexionando mucho acerca de lo que iba a pedir, luego de un rato de profunda meditación pensó en el deseo perfecto.
- ayudáme... - lo miró a los ojos y extendió sus manos - hacé magia para que yo ya no pueda manipular fuego, ni siquiera encender un solo fósforo, ni uno solito - recalcó esa parte.
- claro que puedo ayudarte con eso, pero para cambiar no es necesario que use poderes, si en verdad quieres hacerlo, lo lograrás tú mismo.
- quiero que ese sea mi deseo, todos estarán más seguros si hacés lo que te pido pive, ayudáme.
- está bien, pero recuerda que el cambio solo es efectivo si estás determinado a ser diferente - concedió su deseo - ahora con tu permiso, tengo un dios de la destrucción a quien cuidar - se despidió y se fue.
Paulo decidió que era hora de volver a su casa, pero antes de eso sacó su encendedor de su bolsillo, tomó impulso y lo tiró lo más lejos que pudo a manera de despedida de ese viejo hábito, su época del Petiso Orejudo había quedado atrás.
Lo lanzó con tanta fuerza que rompió una lámpara que iluminaba la calle por accidente.
- ¡coño de la madre! - se fue corriendo antes de que lo vieran y tuviera que pagarla.
Continuará...
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12 ángeles, 1 amor
FanficDaishinkan afirma no sentir amor, pero cuando sus 12 hijos están perdidos, 12 personas completamente diferentes estarán dispuestas a entregarlo todo para ayudarlo, incluyendo su amor incondicional, demostrando que el amor esta presente sin importar...