Kitty! Kitty!

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En las calles de Barcelona, Chris y Kitty se besaban, lo cual no era nada nuevo y no les importaba que los vieran.

Siguieron besándose hasta que Ambra pasó por ahí, entonces Chris dejó de besarla. Kitty al notar eso se separó y se fue furiosa. Este se alzó de hombros y comenzó a seguir a la otra chica.

- hola...

- hola - dijo como si nada.

- ¿dónde vas?

- a conocer - miró todo.

- ¿te acompaño? - le extendió la mano.

- si tú quieres... - ella se alzó de hombros.

Este acercó más su mano ya que ella no la había tomado.

- no creo que sea correcto - lo miró - estás con Kitty.

- ah no! tú ya tienes una! - Tanner lo apartó y se puso al lado de Ambra.

La chica lo miró con una pequeña pero sincera sonrisa.

- lo siento por la tardanza - dijo acomodándose el cabello rizado.

- no hay problema...

Chris miró todo y se fue muy molesto no sin antes empujar al otro chico haciendo que su cara se golpeara con un poste de luz.

- da Dio! - dijo la chica en italiano muy preocupada y empezó a revisarlo.

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- ¿qué fue eso? - Danna se limpió las mejillas ya que había soltado un par de lágrimas. Peter no le respondió, solo le ayudó a limpiarlas - ¿qué fue todo lo que dijiste? - lo miró a los ojos.

- la verdad supongo - la miró y se alzó de hombros.

- pero... no soy tu novia - dijo confundida.

- supongo que no - su tono cambió a uno serio.

Hubo una tensión enorme hasta que Peter se recostó en el piso sosteniendo su estómago.

- ¿estás bien? - preguntó ella.

- s-si - asintió, pero ella lo miró preocupada.

Pasaron unos segundos y de la nada este comenzó a vomitar, pero poco a poco el vómito comenzó a salir con sangre.

- Peter! - fue a ayudarlo.

- no t-te preocupes - trató de apartarla como pudo.

- pero... - sacó un pañuelo y comenzó a limpiar su rostro. Este trataba de alejarla a toda costa pero estaba muy débil.

Ella estaba muy preocupada y besó su mejilla donde todavía no había sangre.

- me preocupas... - dijo con la voz apagada.

- no es nada... - se escuchaba muy cansado.

Lo ayudó a levantarse y pidió un taxi con dirección a Madrid.

La mayor parte del camino el chico sostuvo su estómago con fuerza, ella lo abrazó para que se calmara, pero luego de unos pocos minutos fue como si todo regresara a la normalidad y Peter tenía su ánimo de antes, incluso le dijo al taxista que pusiera música.

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Mientras tanto, en Barcelona, todos los otros se habían puesto de acuerdo para almorzar en un mismo lugar.

Kitty entró y no le dirigió la palabra a su novio, solo comía en silencio.

- hey! - este tiró de su brazo para que le hiciera caso. 

12 ángeles, 1 amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora