Por la letrina

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- Fantasmas o no, solo sé una cosa - dijo Dai - tengo hambre...

- está bien - dijo Danna pidiéndole a Peter que la acompañara a algún supermercado - prepararé tacos...

- ¿tacos? - se emocionó Juan.

- ¿qué son tacos? - preguntó Tanner.

- oye, si no te matan los fantasmas lo haré yo mismo - el mexicano negó con la cabeza.

- deberías acompañarlos - le sugirió Gabriel a Paulo - puedes hablar ruso ¿no?

- un poco - alzó los hombros y se fue con Peter y Danna.

Los que quedaban encendieron las luces de sus celulares ya que la oscuridad era total.

- vaya estafa la que te hicieron Dai - rió Gabriel - ¿será verdad que esta casa tiene piscina?

- iré a averiguarlo - dijo Chris saliendo al patio. Kitty lo siguió por si se le ocurría hacer algo inapropiado. Como no podían ver casi nada, caminaron ciegamente por el jardín hasta toparse con la edificación de una piscina que tenía agua verde de todo el moho que se había acumulado.

- que horror - Kitty se alejó un poco.

Chris metió un dedo en el agua y se percató de que estaba muy pero muy fría.

Siguieron caminando hasta toparse con algo parecido a un riachuelo que atravesaba el patio.

- genial - dijo el chico con el tono más serio del mundo - ¿quién no quisiera un río dentro de su propiedad?

Al contrario de toda el agua que había en esa casa, la del río estaba limpia, aunque muy fría. Se veía bastante bien. Así que Chris, si previo aviso, empujó a la chica y esta cayó el el agua.

- Chris!!!! - lo tomó de la pierna y lo haló para que cayera al agua también.

- ¿qué te pasa?! - le salpicó algo de esta en la cara.

- ¿a ti qué te pasa?! - se la devolvió.

Ambos siguieron jugando. Como ya se habían demorado mucho tiempo, Dai mandó a alguien a buscarlos.

Hugo salió al patio y por accidente no vio la piscina, así que se escuchó un chapuzón.

- maldita sea!!!!

- Hugo!! - Kitty reconoció esa vocecita - ¿qué sucede? - salió del río para ayudarlo.

- el agua está fría - salió de allí - me caí por accidente - comenzó a reír.

- hay Dios! - Kitty lo abrazó. Por alguna extraña razón Chris se puso celoso pero no dijo nada.

En eso regresaron a la sala de estar ya que Danna, Peter y Paulo habían regresado.

- ¿no les costó hacer las compras? - preguntó Dai - es decir... el idioma y todo eso.

- no - sonrió Danna - tenemos a un excelente traductor - miró a Paulo.

Ulises le extendió un encendedor a Juan y este encendió la leña que había juntado, ahí Danna comenzó a cocinar sus tacos y todos cenaron.

Esa noche todos pusieron colchones inflables y durmieron juntos en la sala porque alegaban estar muy cansados como para asignar habitaciones, aunque en realidad Dai sospechaba que era por miedo a los fantasmas.

Juan se levantó de madrugada, mientras todos dormían ya que sentía que le picaba un poco la cara, así que fue a lavarse en el lavamanos del baño, pero el piso estaba resbaloso, así que por accidente tropezó y se cayó por el agujero que estaba ahí, que hacía de letrina. 

12 ángeles, 1 amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora