El castigo de Dai

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Al día siguiente Dai levantó a todos muy temprano para comenzar a buscar, los reunió en su cuarto.

- Dai - llegó Gabriel con una pijama de cuadritos celestes - son las 4:30 am!

- si - Dai también estaba en pijama acostado en su cama - lo sé.

- buenos días - apareció Ulises ya bañado, cambiado y con su energía de siempre.

- buenos días señor Calderón - apareció Juan y comenzó a reír, Ulises solo movió la cabeza negativamente.

- hola - llegó Peter medio dormido con un short deportivo, sin camisa y descalzo, Danna se sonrojó al verlo.

- hola Peter - dijo Dai - ¿dónde está Hugo?

- todavía dormido - se sentó en la silla del escritorio y se dispuso a dormir allí.

- claro que no - apareció el susodicho con una pijama de Scooby Doo.

- oh! - se acercó - Huguito te ves adorable! déjame tomarte una foto!

- oye - se cruzó de brazos - Pero en Perú también hiciste lo mismo.

- lo sé - le pellizcó la mejilla y le hizo una sesión de fotos.

- a este paso tendrás un álbum llamado "pijamas de Hugo" - comenzó a reír Kitty.

- yo compraría dos - se metió Gregorio.

- en fin - apareció Camilo y fue al grano - ¿para qué nos llamaste?

- ah si - Dai se sentó en la cama - pues, hoy he decidido que buscaremos a mis hijos y los encontraremos!

- esa es la actitud! - Gabriel le dio un codazo.

- iremos a Roma - les explicó Dai - pero... antes pregunto ¿hay alguien de buen corazón que se ofrezca a guiarnos por el camino de nuestra travesía y asuma los riesgos y tenga la responsabilidad de cuidar nuestras vidas que estarán entre sus manos y que penderán de un hilo, cuatro neumáticos, un timón, un motor y voluntad?

- en pocas palabras - suspiró Kitty - ¿quién va a conducir?

- zafo! - dijeron Peter junto con Gabriel.

- lo haré yo - Ulises tomó las llaves.

- no! tú no - se las quitó la chica - conduces muy rápido!

- entonces yo - dijo Hugo.

- tú tampoco - respondió Matroya - cuando lo hiciste se fundió el motor!

- ¿entonces quién?! - comenzó a enfurecerse Gabriel.

- váyanse al carajo todos! - Danna tomó las llaves y se dispuso a conducir.

Todos se prepararon y subieron al auto, la chica conducía y como era de esperarse, Peter aprovechó para sentarse en el asiento delantero, al lado de la chica. Juan al percatarse bufó y se resignó.

- y... - suspiró Hugo - ¿cuánto falta para llegar?

- no sé! - comenzó a estresar a Danna - nunca he venido aquí, así que no sé!!!

- ok - Huguito se asustó un poco por su reacción y se quedó en silencio durante el resto del viaje.

- muy bien - dijo Dai cuando por fin llegaron - vamos a buscarlos al coliseo Romano! - avisó mientras ojeaba fotos de este.

- te lo dije - Kitty se dirigió a Danna y comenzó a reír - era obvio!

- basta de chacoteos! - las regañó el ángel y bajó del auto cuando llegaron al lugar - pongan mucha atención, debemos mantenernos juntos ya que hay mucha gente - se puso una gorra y lentes de sol y embarró toda su piel en protector solar - si alguien llega a perderse, tenga por seguro que no lo buscaremos!

12 ángeles, 1 amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora