Buscando a Gabo

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Como había pasado mucho tiempo entre cada visita, ahora sí que estaba muy cerca el día de la Gala Multiversal, así que envió a dos de los 4 hijos restantes a buscar a los mortales que les correspondían. Los envió juntos pero a lugares diferentes, aunque las indicaciones que les dio fueron un tanto extrañas.

Para empezar, el mortal que Awamo buscaría estaba muerto, cosa que le pareció sumamente extraña, pero no imposible de resolver para un ángel.

"Gabriel sin duda fue una gran compañía, conozco su dirección y no te será difícil encontrarlo, a mi tampoco me costó el primer día que estuve en la tierra. Fue un gran sujeto, no era perfecto pero merece otra oportunidad.

Traelo de regreso, le entregas la invitación a la Gala Multiversal y le cumples lo que él te pida, solo espero que no desaproveche ese deseo pidiendo algo de comer... en fin, haz eso que te digo."

Awamo asintió y luego de recibir esas indicaciones fue el turno de Tini.

"Tú debes ir en busca de Ester. Ella aún sigue con vida y reside en un país llamado España. Puedes encontrarla en un restaurante muy famoso que... rayos, no recuerdo el nombre pero es uno de los más renombrados de una ciudad llamada San Fernando Coslada, tampoco es un lugar taaan grande y confío en que lograrás dar con ella. Si aún te parece muy difícil y de verdad no tienes pistas suyas comunicate con cualquiera de tus hermanos que ya encontraron a su recluta correspondiente y seguro que ellos te dirán lo que saben.

Su nombre es Ester Villatoro, no lo olvides. Una vez la encuentres le entregarás su respectiva invitación a la Gala y le cumplirás el deseo que ella te pida, confío en ti."

Ambos hermanos se fueron juntos hasta llegar a la tierra, donde tuvieron que separarse y buscar cada quién a su recluta.

Awamo fue el primero en encontrarlo, ya que Dai le dio su dirección exacta y obviamente ahí no estaba Gabriel, sino una de las que habían sido sus esposas.

- me dijeron que Gabriel vivía aquí - explicó el ángel.

- así es - ella al recordar ese nombre hizo mala cara - ¿qué necesitabas?

- necesito por favor saber dónde está actualmente, mi padre me ha enviado a buscarlo.

- espera un momento, ¿eres hijo del ángel que causó todo el revuelo a nivel mundial?

- así es - sonrió - él me dijo que Gabriel había sido una gran compañía y por eso debía devolverle el favor.

- ¿una gran compañía? El tipo era bueno - suspiró - papá ejemplar, muy atento conmigo... todo habría sido perfecto de no ser por un pequeño detalle... tenía otra mujer.

- oh no - parpadeó varias veces - ¿por qué nadie me había comentado sobre esto? A mi que no me hace caso ninguna, imagínese a él con dos...

- no tienes idea de los dolores de cabeza que me causó cuando me enteré, y fue de la peor manera posible - suspiró irritada - en su funeral llegó una mujer diciendo que era su esposa, ¿te imaginas eso? Y no es lo peor del caso, era la ex de su hermano, ¡la ex de su hermano!

- uy doña - Awamo también se indignó - véndale el caso a la doctora Polo, eso sí que suena interesante.

- no es todo... Gabriel tuvo un hijo con esa mujer aparte de la hija que ya tenía conmigo...

- sé que no debería comentarlo pero mi papá quiere volver a ver a ese hombre y darle una oportunidad para reunificar su vida.

- ¿qué significa eso? ¿Lo traerás devuelta?

- sí, en pocas palabras...

- aunque lo tenga frente a frente quiero que sepas que ese hombre está muerto para mi. No quiero volver a verlo, si Ana - se refería a su hija - quiere seguir manteniendo contacto con él pues allá ella, pero yo no. No hay nada que justificar ni quiero que me de excusas tontas, además ya doné todas sus cosas a la caridad, así que no tiene por qué volver aquí.

Awamo suspiró, se compadecía por el pobre tipo pero a la vez se lo tenía merecido.

- entonces... ¿va a decirme dónde encontrarlo?

- está en el cementerio de San Salvador, camino al Rancho Navarra, se llama Jardines del Recuerdo - le mostró en su celular más o menos la dirección - es un lugar muy grande pero creo que no hay dónde perderse. Su tumba es nueva y casualmente tiene una estatua del ángel Gabriel sobre ella.

- ¿el ángel Gabriel? Se refiere al ángel del cielo de la religión cristiana, ¿no?

- ese, o si te cuesta identificarlo pues en la tumba está su nombre, y te deseo mucha suerte. Solo recuerda que no tiene nada que hacer aquí ese tipo. De avisarle a mi hija me encargo yo.

- sí señora, muchas gracias - asintió, en realidad había sido de mucha ayuda, y luego se fue camino al cementerio.

Al encontrar la tumba, luego de una larga búsqueda porque el lugar era enorme, pidió que le ayudaran a sacar el ataúd, por lo que los trabajadores del lugar lo miraron feo, pero al ver que era un ángel obedecieron sin cuestionar.

Como ya llevaba meses enterrado era obvio que no iba a ser una buena idea abrir la caja, así que Awamo solo hizo de las suyas y movió su báculo. A los pocos segundos empezaron a eacucharse golpes viniendo de adentro del ataúd y ahí sí lo abrío.

- ay por Dios - Gabriel estaba más que confundido y no ayudaba en nada que lo primero que vio fue a un ángel asomarse.

- ¿estás bien? - lo sacó de ahí y lo ayudó a quitarse el polvo de encima.

- eh... - miró a todos lados con confusión - ¿sí? ¿Quién eres tú? - se sobó la cabeza ya que le dolía un poco.

- mi nombre es Awamo, fui enviado por mi padre, el Gran Sacerdote, a buscarte.

- oh... eres el hijo de Dai - empezaba a recordar ciertas cosas - lo siento, es que no tengo ni idea de cuánto tiempo he pasado dormido.

- muerto querrás decir - corrigió.

- es lo mismo, no se siente diferente - sacudió un poco la cabeza y miró al ángel - ¿cómo está Dai? ¿sí logró escapar?

- así es, y está muy agradecido con todos ustedes. Es por eso que me envió aquí, quería darte una segunda oportunidad para que arregles tu vida, lo malo que llevabas en ella, y te quedes con lo bueno.

- vaya, no creía en las segundas oportunidades hasta ahora, pero ahora que lo pienso, ¿por qué no vino Dai?

- oh, es que papá está demasiado ocupado organizando todo lo de la Gala Multiversal, a la cual por cierto te ha invitado - le entregó la invitación, Gabriel empezó a leerla minuciosamente.

- Dai siempre hablaba de su planeta pero no tengo ni la más mínima idea de dónde queda eso, ¿cómo se supone que iré? Creo que mis viudas se quedaron con los autos también.

- oh, no te preocupes, yo voy a llevarte. Y es bueno que hayas dicho viudas - lo miró algo apenado - según lo que dijo la mujer con la que yo hablé, estás muerto para ella amigo.

- ya me lo veía venir - suspiró - y estoy seguro de que Chorotega tampoco querrá saber de mi. Al menos me quedan mis hijos.

- claro, ellos son incondicionales y no dudo que eres un buen padre. Por cierto, mi papá te estima mucho, dice que fuiste el primero a quien conoció.

- sí, llevábamos meses conviviendo. Claro que teníamos desacuerdos en algunas cosillas pero Dai es un gran tipo, me gustaría volver a verlo.

- lo harás el día de la Gala, y por cierto, él me encomendó que te cumpliera el favor que me pidas, no importa cuál.

- ¿favor? No tengo nada pensado - se rascó la nuca, aunque como era inteligente sabía que no podía desaprovechar esa oportunidad.

- ¿y bien?

- ya sé - dijo jugando - elimina para siempre Estados Unidos - luego se retractó - es broma, es broma.

- ¿entonces? - prestó atención.

- ¿sabes? Ahora que recuerdo creo que puedo tratar de volver a empezar, hay una mujer muy agradable que conocí gracias a Dai y de quien me gustaría saber más.

- uy - lo molestó - ¿de quién se trata?

- en el camino te explico, ya pensé en mi favor... te solicito amablemente que me lleves a España.

Continuará...





12 ángeles, 1 amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora