Te amo, Kitty

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- ¿por qué no vamos a tu casa? está cerca... ¿no? - Kitty se acercó más a él.

- claro - la miró profundamente.

- escuchen! - interrumpió Dai - vamos a seguir con el calentamiento!

- me importa una mierda - dijo Chris en voz baja con el fin de que Dai no escuchara.

Tomó la mano de Kitty y se fue con ella de ahí sin que se dieran cuenta de su ausencia.

- ¿dónde me llevas? - preguntó sin soltar su mano. Este no respondió. Se detuvo frente a una casa y entró.

- pasa - le dio el paso.

- tu casa es muy bonita - se asombró.

- igual que tú - la miró a los ojos y después dirigió su mirada a los senos de la chica, ella se sonrojó.

- ¿por qué no me enseñas tu casa? - sonrió.

Él hizo una señal para que lo siguiera y ella así lo hizo, le mostró toda la casa.

- sube - señaló unas escaleras en el tercer piso y ella subió, al llegar arriba se encontró con la habitación del chico, le llamó la atención que tenía varios objetos de brujería y magia negra en su escritorio y regados por el lugar, estaban llenos de cera para velas. Ella en ningún momento se sintió amenazada, así que no le dijo nada.

- ¿qué marca es? - dijo señalando una guitarra que estaba sobre la cama.

Este alzó los hombros y la tomo.

- la encontré enterrada en una playa cuando fui a Estonia.

- wow - Kitty se sorprendió por lo dicho y tomó el instrumento buscando algo con la mirada. Efectivamente esta tenía grabado el nombre "Gregory".

- toca algo - Chris tomó asiento y observó fijamente a Kitty.

- no sé tocar - dijo nerviosa - yo bailo, no ejecuto. Tú toca algo - se la pasó.

- pide una canción - no le quitó los ojos de encima.

- no sé - sonrió - toca la que más te guste.

El tipo se tronó los dedos y se acomodó, comenzó a tocar "People Strange" de "The Doors", a Kitty le encantó.

- todavía soy principiante - le explicó - tengo un maestro privado de guitarra, mi madre me lo contrató... pues, un psicólogo idiota la convenció de que yo necesitaba terapia musical - se burló.

- es un buen maestro por lo que veo! - sonrió - toca otra!

Se lo pensó unos segundos y tocó "solamente una vez" de Andrea Bocelli, a Kitty le fascinó.

- pide una canción - insistió.

- bueno - se puso a pesar - "Je veux" de "Zaz"- sonrió.

Comenzó a tocar y ella cantaba, sonaban muy bien juntos.

- Kitty - preguntó el chico - ¿cuál es tu nombre completo?

- Matroya Benedetta Seriné Kerkouche - se acercó poco a poco a él - ¿y el tuyo?

- Chris - alzó los hombros.

- ese no es! - entrecerró los ojos maliciosa.

- Christopher Alphonsone Zimmermann Queen...

- Zimmermann! - sonrió con dulzura - carpintero en Alemán...

- ¿y qué con eso? - la miró un poco confundido.

- te diré Carpi - le guiñó el ojo.

- ni lo pienses! - comenzó a enojarse.

- no te pongas gruñón! - lo abrazó - Carpi...

- no me llames así! - se soltó.

- que amargado - rodó los ojos - te diré Carpi y punto!

Este bufó.

- que testaruda eres! - se quejó.

- pero así me quieres - se sentó en sus piernas.

- si, te quiero - la miró a los ojos.

- ¿hablas enserio? - se sorprendió mucho, este no le respondió, solo la miró fijamente - hey! Carpi! responde cuando te pregunto algo!

- ¿tú me quieres? - no le puso atención.

- si - sonrió - y mucho - le guiñó el ojo.

- te diré la verdad - tomó valor - estoy loco, muchos me lo han dicho, pero desde que te vi ayer por la noche, no pude dormir pensando en ti - tomó la mano de la chica y la apretó con fuerza - eres una chica hermosa, y me gustaría que lo sepas.

- gracias - sonrió muy sonrojada y puso una mano en su hombro - eres muy lindo! - este solo se sonrojó.

- sé que es muy pronto para que te lo diga pero... me gustas y creo que estoy enamorado de ti - la miró a los ojos - ¿quieres ser mi novia?

- si!!! - no se lo pensó mucho tiempo - Carpi! claro que si!

Este sonrió victorioso y la miró como siempre lo hacía.

- me encantan tus ojos, Christopher, te los voy a robar - se acercó más para mirarlo más de cerca y le dio un beso en la frente. Luego se acercó más y este ni pudo resistir más y le dio un beso en los labios al cual ella correspondió.

- te amo, Kitty - Volvió a besarla, ella se sorprendió.

- ¿cómo puedes amar a alguien que conociste hace menos de un día? - le cuestionó.

Él alzó los hombros.

- simplemente te amo...

- pues - sonrió - déjame decirte algo ¿ok? - se acercó mucho más y rodeó la cadera de él con sus piernas, puso las manos en sus mejillas. Este no dijo nada, solo la miró - ¿vas a dejar que te lo diga? - le preguntó como a un niño y este asintió rápidamente mientras se mordía el labio - yo también te amo, Christopher - sonrió dulcemente. Él se quedó el shock.

Continuará...


12 ángeles, 1 amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora