Un viaje a Cuba y hay trato

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Después de un rato de estar en el hotel, Dai recordó la existencia de los que habían ido al hospital, así que fue, junto con Juan y Gabriel, a recogerlos.

- Dai - se cruzó de brazos Kitty - ya era hora de que aparecieras!

- lo siento - se excusó - es que estaba... resolviendo unos asuntos.

- si claro - se metió Juan - asuntos que implicaban estar dormido en la cama de un hotel por unas horas, vaya asuntos!

- no ayudas ¿sabes? - Dai lo miró con odio y Juan le hizo un corazoncito con las manos.

- oye - Hugo se acercó a él - de casualidad... ¿ese estuche que llevas es de trompeta?

- si! - se emocionó el chico - ¿tocas trompeta en la banda de tu colegio?

- ¿por favor?! - se fastidió Hugo - ¿es que nadie comprende que no soy un niño?!

- ¿no lo eres?! - se sorprendieron Dai y Gabriel a la vez, Hugo se cruzó de brazos.

- hay no - lo molestó Ulises - el niño se enojó.

- cállate! - Danna le dio un codazo y este también se molestó.

- ¿y qué es lo que haces aquí? - le preguntó Gabriel a Hugo.

- soy el líder de los doctores en este hospital y supervisor también - sonrió.

- no te creo - le dijo Juan - eres el hijo de una doctora de seguro!

- no!!! - se enfureció.

- te creería, pero nunca he visto un doctor de 11 años - dijo Daishinkan.

- tengo 26!!

- dime que está bromeando - Gabriel se dirigió a la enfermera y esta negó con la cabeza.

- vaya - Daishinkan se rascó la cabeza - mucho gusto... doctor - le tendió la mano a Hugo y este la estrechó.

- su presión está un poco alta - le dijo al sentir el roce con su palma - por lo visto usted no es de aquí, pero no se preocupe... eso es normal en estos países, ya sabe, Perú, Bolivia, Paraguay, etc - le extendió una hoja de coca - solo debe masticar esto y su presión se regulará.

- Huguito es sorprendente - susurró Kitty para si misma.

- oye - se acercó Juan a él - con respecto a lo de la trompeta - ¿cómo la identificaste tan fácil?

- no sé - le mintió - supongo que fue intuición...

- claaaaro - dijo Juan sarcásticamente y arqueó una ceja.

- mi papá tocaba corneta, es todo - bajó la mirada - y al ver un estuche parecido pero unos cuantos decímetros más largo deduje que se trataba de una trompeta.

- ¿quieres tocarla? - ofreció Gregorio y sacó la trompeta del estuche para entregársela a Hugo.

El muchacho comenzó a tocar lo que recordaba y de la nada un equipo de 8 enfermeras fueron corriendo hacia allá.

- oh, doctor Landaverde, era usted - se aliviaron - creíamos que una mujer estaba dando a luz por el ruido!

- si, gracias por sus críticas constructivas - comenzó a reír y le devolvió la trompeta a Gregorio - por culpa de ustedes, desde ahora cada vez que me toque atender un parto recordaré esto! - rió más fuerte - y lo peor es que quedó grabado en las cámaras del hospital!

- ni se le vaya a ocurrir divulgarlo - dijo una enfermera.

- no puedes obligarme, soy tu jefe después de todo - sonrió malicioso.

- que maldito! - Ulises movió la cabeza negativamente con picardía.

- ¿qué quieres para que nadie sepa de ese vídeo? - preguntó otra enfermera.

- un viaje a Cuba y hay trato - sonrió en broma.

- yo te llevo a Cuba - dijo Dai - con una condición!

- ¿ah si? - Hugo se lo tomó a chiste - ¿cual?

- verás - se acercó a su oído - yo no soy de este planeta, como habrás notado... y, mis hijos se encuentran aquí, pero no tengo ni idea de donde estén, así que ellos - señaló a su equipo - me están ayudando a buscarlos por el mundo... mi trato es el siguiente, si accedes a ayudarnos y los encontramos, con gusto te llevaré a Cuba, lo prometo!

- ¿y por qué me haces el ofrecimiento a mi? - se extrañó Huguito.

- porque eres muy inteligente y astuto, y sé que podremos lograr mucho con eso - le guiñó el ojo - ¿qué dices?

- pero... - se preocupó un poco - no puedo dejar el hospital en manos de cualquier persona!

- el hospital estará bien - le dijo la enfermera que lo acompañó desde el principio - confíe en mi, yo me haré cargo... usted necesita vacaciones!

- pero... - puso más objeciones - ¿y qué si su trato es falso?

- no deberías ser tan desconfiado - le dijo Dai - Hugo Landaverde...

- ¿cómo sabe mi nombre?

Dai miró el nombre de la bata que tenía puesta Hugo y sonrió.

- entonces... ¿quieres tu viaje a Cuba o no?

- ¿y por qué a Cuba? - le preguntó Ulises.

- eh... - le mintió - es un país que siempre he querido visitar! - sonrió nervioso - y... claro que acepto!

- pues bienvenido al club! - Gregorio le estrechó la mano.

- la textura de tu mano es muy extraña y peculiar - Hugo arqueó una ceja - también tienes la presión alta, puedo deducir que vienes del norte, pero no pareces Estadounidense ni Canadiense... ¿eres de México, no?

- increíble - Gregorio abrió los ojos como platos.

- ¿y yo de donde soy? - Matroya le tendió la mano.

- tus facciones denotan que eres Europea, pero tienes las manos frías - sonrió analizando - por lo que me lleva a pensar que eres de Francia, ya que es temporada de invierno allá, y también deduje que llevas poco tiempo por aquí, ya que tu sangre no se ha adaptado a la temperatura promedio de este país.

- vinimos hoy - dijo muy impresionada - y si, soy de Francia.

- no eres tan tonto como pareces - lo molestó Juan.

- mi turno! - se acercó Gabriel y le tendió la mano - ¿de donde soy?

- pues - analizó muy bien - no de muy lejos... ¿Centroamérica? - le sonrió.

- sé específico...

- El Salvador - dijo muy seguro.

- ¿cómo supiste? - se impresionó mucho.

- por la forma de tus uñas, una vez conocí a un Salvadoreño y cuando estreché su mano me percaté de la forma de sus uñas, y bueno.... las tuyas eran similares, así que...

- oye - preguntó Danna - ¿y cuál es tú secreto?

- mi secreto es el hecho de poder fijarme en cada detalle, lo que puede verse como un gran talento a la hora de deducir pero como lo peor que puede haber a la hora de querer disfrutar de las cosas y ver sus imperfecciones...

- pero... de todas maneras nada es perfecto - dijo Daishinkan.

- siempre he pensado que solo existen 2 cosas perfectas en este mundo... ella y mi trabajo, aunque... no estoy muy seguro de la segunda.

- ¿quién es ella? - preguntó Daishinkan.

- Aquella Cubana - sonrió nostálgico.

- ahora comprendo todo - dijo Dai para si mismo.

Continuará...


12 ángeles, 1 amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora