Tomo café, estoy sentada en el sofá, un mensaje de Max aparece en la pantalla del teléfono e interrumpe mi viaje por las redes. Pienso responderlo en un rato, pero mejor lo hago ahora, me conozco y sé que se me puede olvidar y le termino respondiendo mañana.
- Hola, ¿cómo estás? - dice. Nada fuera de lo normal.
- Estoy bien, gracias ¿y tú?
- Todo tranquilo. Solo te escribí para saber de ti y decirte que nos vemos pronto.
No sé cómo simplemente seguir hablando con él sin querer llenarle el chat de frases poéticas o de imágenes que le digan lo que me hace sentir.
A veces siento que estoy luchando con él para poder estar con él mismo, sé que el prejuicio de que yo debo saber lo que voy a hacer le acompaña, me lo ha hecho saber una y otra vez. Pero no es así, lo que pasa es que no soy buena con estos temas y nunca antes me habían motivado a querer como lo quiero a él.
A veces no sé cómo reaccionar ante cosas que me dice y solo opto por callar y analizar para luego, en mi mente, responder en caso de que vuelva a repetirlo.
Mientras tomo el último sorbo de café abro las notas de mi teléfono y me pongo a escribir.
«Me cansé de no tener lo que quiero
de ser una idiota con tan solo un anhelo,
de no saber romper el hielo,
de no poder luchar contra el miedo.
Me cansé de las noches frías,
de las mañanas en agonía,
de tener las manos vacías,
de que solo tu recuerdo inspire mi poesía.
Me cansé de los fracasos,
de las tardes sin tus brazos,
de los besos a retazos,
de que de mí se alejen tus pasos.
Me cansé, de tu "no" como respuesta,
y de que tu boca tan perfecta
junto a tu hermosa silueta,
estén en la distancia incorrecta.»
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Desnuda
Teen FictionA Meredith las cosas no le están saliendo muy bien últimamente. Sin embargo, su mejor amigo le propone hacer algo que ella nunca pensó hacer. Sin saber lo que le espera, decide hacerlo.
