Desnuda

Serendipia

«Y pensar que me negaba a sentir. Que estaba centrada en la idea de que todo alrededor de mí parecía girar mientras solo yo estaba detenida.

Sin nada más que hacer que existir, respirar por el simple hecho de que el aire entraba a mis pulmones. Sin más ánimos de querer luchar.

Pero como la vida da tantas vueltas y se torna graciosa en una inflexión el tiempo, apareciste tú. En una foto al lado de alguien que conozco desde hace mucho. Causaste una conmoción en mí y aunque el dolor me hacía su presa cada día, te fuiste volviendo alguien con quien aprendí a contar.

Nadie diría que en tan poco te volverías tanto. Nadie diría que de un cruce casual en otra época terminaría surgiendo lo mejor que tengo actualmente.

Sé que he tenido miles de fallos y que eso ha pesado en ambos lados. Sé que mi condición humana me hará caer una y mil veces. ¿Y por qué no? A ti también.

Sé que tenemos momentos en los que indudablemente chocamos, parece ser producto de nuestro pensamiento tan parecido, que a veces asusta.

Pero lo que mejor sé es que has sido alguien que sin esperarlo ha cambiado mi vida; te has entrecruzado en mis planes y ahora me acompañas hasta los lugares más remotos de mi pensamiento.

Eres como una galaxia guardada dentro de una cajita de algodón y protegida por un caparazón que tuviste que construir para que no te hagan daño.

Y no estoy aquí para hacerte daño; solo busco hacerte recíproco lo mucho que me has llevado a sentir. Busco poder cuidarte y que Dios me permita demostrarte mis sentimientos sin que lo llegues a dudar alguna vez.»