Café con Leche

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- Hola Meredith, ¿cómo estás?

- Tranquila dentro de lo que cabe.

- Eso es bueno. Es un avance de todas maneras- y me sonríe.

- Le tengo una pregunta. ¿Usted cree que la gente puede cambiar?

- A ver, ¿por qué lo preguntas? - y se echa para adelante para poner más atención.

- Lo digo porque a veces la gente actúa de cierta manera y no sé si cambian o es solo una especie de engaño ante los demás para no dar explicaciones.

- ¿Tienes algún ejemplo?

- De hecho, sí. Digamos alguien que es una persona cerrada con algunas de sus cosas y antes no era así, pero pasa que tuvo una relación que le hizo daño y ese tipo de cosas le han hecho ser como es hoy. Entonces ¿esa persona puede volver a ser como antes o ya no vuelve a ser igual?

- Bueno, hay varios puntos en ese caso.

Lo primero es que sí, la gente puede cambiar, siempre y cuando tenga el deseo y la voluntad para hacerlo, además debe tomar acciones para que eso suceda.

- ¿A pesar de lo malo que le pueda pasar en su vida?

Se queda mirando su taza de café y luego me mira para contestar.

- Esto es como un proceso de entropía.

- ¿Entro qué? - le pregunto sin saber qué significa el nuevo término.

- Es una constante evolución o transformación que una vez sucede no se puede revertir.

El ejemplo más claro de esto es una taza de leche a la que le agregas café: la vida es la leche, y una vez que le agregas café (viéndolo como lo más amargo u oscuro del ejemplo), por más que quieras o lo intentes, ya no volverá a ser igual. El aspecto cambiará, su sabor también.

Ya no podrás separar la mezcla y todo será parte de un todo, incluso puedes intentar querer pasarlo por filtros y seguirás teniendo la misma esencia.

Lo mismo pasa con nosotros y los eventos de nuestras vidas. Todo lo que nos pasa nos transforma de alguna manera. No podemos más que adaptarnos al cambio y ser más abiertos ante las experiencias y la manera misma de afrontar las situaciones que vengan.

Además, en el ejemplo de la leche y el café puedes optar por agregarle azúcar, así la mezcla, aunque tenga algo oscuro también puede saber dulce. Claro, cada quien sabrá cómo le gusta la mezcla, si se queda con esa o si prepara otra más a su gusto.

- ¿Así que no sería igual?

- No. Es más, míralo así: quien pretende engañar a los otros diciendo que cambió sin realmente hacerlo, al final termina por volver a repetir las mismas palabras vacías de siempre. Pero si de verdad hubo un cambio, sus acciones lo demostrarán más que sus palabras.

- Siempre he dicho que debería ser así, pero muchas veces nos dejamos llevar de lo que oímos.

- Sí, pero es por un asunto de que nos gusta sentir que lo que pasa va de acuerdo a lo que imaginamos y muchas veces no es así. Y por tanto nos decepcionamos o desilusionamos.

- Pero siempre vamos a vivir así ¿o no?

- No tiene que ser así. Es cuestión de aprender que no siempre tendremos lo que queramos y que lo que más cuenta es hacer el esfuerzo para conseguirlo.

- Pero ¿y si el esfuerzo no es suficiente?

- No quiero sonar como uno de estos conferencistas o uno de estos que te pintan un mundo de arcoíris con unicornios flotando en las nubes, pero lo cierto es que no pasa nada, porque de alguna u otra manera habrás logrado algo.

Ya sea por el simple hecho de expandir tu zona de confort o por haberte acercado más que antes a tu objetivo. Y digo expandir porque en realidad nunca salimos por completo de ella, sino que usamos los recursos que ya tenemos para abrirnos paso a través de lo desconocido y una vez que conocemos algo nuevo lo incorporamos a nuestra vida.

Me encanta con la simplicidad que ella trata de que entienda las cosas, no sé si es porque hasta cierto punto nos parecemos en la actitud, pero siento que son cosas con lógica que antes no me detuve a ver.

La sesión termina y me siento con cosas nuevas en mi mente, pero son positivas.

DesnudaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora