Blanco y Negro

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«Hay días que pasan en silencio; en los que te detienes y miras parte del camino, como tratando de reconstruir los hechos para saber por qué o cómo es que estás aquí.

Días en los que te haces preguntas como: ¿Y si las distancias dejaran de importar? ¿Si todo se detuviera de repente? ¿Si, así sin más, me tocara partir sin aviso? ¿Haría falta de verdad?

A veces la oscuridad se hace parte hasta de la respiración y salen a flote los pensamientos que atacan sin piedad a un alma que no sabe bien cómo sobrellevarlos.

Sé que no soy la única persona que lo ha pensado, e incluso son más los que lo piensan que los que tienen el valor de admitir haberlo hecho.

Esos días te das cuenta que en el fondo todo va a depender del cristal con que se mire; que a veces nos podemos sentir a oscuras por dentro y los demás verán todo lo contrario: una luz que los guíe; que todos estamos aquí por una razón, sea cual sea.

Pero otras tantas solo salen los colores más puros y brillantes; sin importar lo difícil que haya sido la noche anterior salen y le dan ese toque de esperanza a los pensamientos, que te hace querer ver un poco más allá de lo que ya has visto.

Es válido pasar por ambos estados, no es nada que alguien deba ver como un chiste o como una escena sobreactuada, siempre que sea verdad.

Pero poco a poco voy aprendiendo que se trata de algo más profundo, algo que no debería quitarnos el sueño; aunque muchas veces no sepamos como hacerle frente.

Solo quien está jugando las fichas sabe el cómo, cuándo y porqué lo hace de esa manera.

Solo quien está metido en el hoyo sabe lo que tiene que pasar para salir de él y una vez que lo hace, cuando parece subir en globo y este explota, buscar la manera de mantenerse de pie en medio de la cuerda flotante que tiene bajo sus pies.

Se trata de ver los matices, no solo el blanco y negro; de darle valor a cada pequeño trazo de luz que se cuela tras la rendija de la puerta y que te hace sentir que ahí afuera de tu soledad hay un nuevo paso que dar y que deberías hacerle frente a todo un mundo, como si fueses un caballero de armadura algo oxidada y con heridas de guerra enfrentando un dragón.

Cuando sabes que te tienes a ti, que con eso es suficiente para emprender la batalla te das de nuevo contra la realidad y aprendes a buscar el valor dentro del bolsillo de las ilusiones. Allí, justo en ese momento, es que tú viaje realmente comienza.

P.D: si un día mi viaje terminay no me llego a despedir, solo quiero una sonrisa como recuerdo en la memoriade los que aprecio.»

DesnudaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora