Una Decisión

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- ¿Qué opinas del amor? - me pregunta la psicóloga

- ¿En qué sentido?

- En el que sea, sin limitarse.

- Creo que es algo que no tiene una única manera de describirlo. Lo veo como algo que de una u otra forma llevamos dentro.

- ¿Y qué más? - me mira bastante seria.

- Creo también que hay gente que no lo sabe expresar, y tal vez no sea su culpa sino del ambiente que lo rodea.

- ¿Qué tal ha sido tu experiencia?

Sabía que corría el riesgo de tocar ese tema, pero no sabría cómo ni cuándo sería.

- Bueeeeno, no ha sido lo mejor.

- Te escucho- dice mientras mueve lo que parece ser té con una pequeña cuchara.

- Nunca he sido la más apta en estos temas y tampoco me lo han sabido expresar bien.

- Pero tú, ¿cómo has expresado tu amor?

- Soy más del tipo que escucha, presto atención, que quiero estar ahí, que haya confianza.

- Eso es un buen modo de expresarlo

- Sí, pero quizás para la otra parte eso no es lo prioritario. Incluso puede verse como algo tan básico que esperan algo más.

- ¿Algo más? ¿Cómo qué?

- Como caricias, besos, usted sabe, ese tipo de "contacto"

- ¿Y lo han hablado contigo?

- Mmm... no exactamente. Más bien se quedan esperando que actúe de la manera en que piensan.

- A ver... te explico. Hay múltiples maneras de ver el amor, de tratar de explicar, ya sea de alguna u otra manera.

Pero lo cierto es que más allá de todas esas teorías, de esos libros, folletos, videos, y hasta conferencias, el amor es un acto de entrega, una mera construcción producto de la decisión de la persona para tratar, a su modo, de darle un espacio a la persona que considera apta para recibirlo.

- ¿Me está diciendo que yo decido a quien amar? ¿No que eso no se podía?

- Lo que digo es que cuando amas a alguien, tú decides darle esa parte tuya, más allá del deseo de placer con el que muchos lo confunden.

Tú decides, a pesar de todo, darle tu amor a esa persona y si es correspondido

¿Pero qué pasa? Que la gente tiende a vivir el amor de acuerdo a sus experiencias y en base a la idea que tenga del mismo.

- ¿Como así? - pregunto con una curiosidad que parece de niños.

- Fácil, digamos que en tu familia has visto que tus padres se llevan bien. Eso de alguna u otra manera influye en tu manera futura de amar. Si a esto le agregas que ellos te daban mimos y cariño, eso mismo vas a reflejar y cuando tengas una pareja vas a imitar esas acciones para buscar llenar esa necesidad.

Si en cambio, tus padres no son cariñosos y se la pasan todo el día peleando, puede que cuando crezcas pases el tiempo buscando conflictos o que no sepas como demostrar cariño ante los demás.

- ¿Pero pasa así siempre?

- De hecho, no. Cada regla tiene su excepción. He visto gente que demuestra más amor del que le dieron cuando eran pequeños y lo contrario también.

Todo eso va a depender de la decisión que tú tomes más allá de las situaciones que se te presenten.

- ¿Y si la otra persona no lo demuestra igual?

- Ahí el asunto sería aprender a comunicarse, eso les dará la confianza y las herramientas para que sus "formas" de amar se complemente.

- ¿Qué pasa con esa gente que no dura mucho tiempo con otro?

- Que simplemente no ha logrado encontrar la manera de amoldar la amplia gama de tipos de amor para o quizás no encontrado a alguien que haga el esfuerzo por estar a su lado como se merece.

- ¿Y la persona que dice amar, pero no lo sabe expresar?

- Bueno, ahí pasa algo...

Tocan la puerta y ella mira el reloj, como por instinto.

- Esa respuesta te la debo para la próxima sesión. Nuestro tiempo por hoy ha terminado y debo atender otras cosas.

- Vale, lo tendré pendiente.

DesnudaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora