Desnuda

Soledad

Esta es una noche de esas que se sienten algo pesadas, tan neutral y serena como mi ánimo ahora mismo pero que a la vez se pasa mejor con buena música. Andrés Cepeda, de fondo, no es mala compañía.

Sé que en parte me siento culpable de que la soledad no se aparte de mí.

La soledad siempre ha sido algo rara conmigo.

Unas veces me asusta, otras, me inspira.

En ella he encontrado mucho y he perdido también; a veces la prefiero y puede ser buena compañía.

Al final creo que es parte de mí, de mis versos y ¿por qué no? de mi vida.

Así que no creo que sea tanto la soledad sino el sentirse sola a pesar de que haya gente alrededor.

La música me hace pensar en Max, tengo par de días sin escribirle, pero no es que lo evada, es solo que a veces todo este proceso me arrastra y apenas tengo ánimos para quedarme aquí tirada solo revisando las redes, aunque no haya novedad.

Por un momento pienso en las cosas que me gustaría lograr con él y en la posibilidad de que todo esto termine pronto para poder demostrarle con hechos y no palabras al menos una parte de lo que me hace sentir.

«Me pasa el tiempo lentamente y me atraviesan las agujas del reloj como si fuesen espadas.

Me ahoga la soledad de tu silencio ante las preguntas, porque no sé ni cómo articularlas.

Me siento terca, obstinada, buscando aliento entre recuerdos nuestros, y brotan solas las lágrimas por no lograr mi cometido.

Me siento inútil porque no puedo expresarte que no quiero que se me vaya la vida sin haber estado contigo.»

Tengo la esperanza de que algún día la fuente de mi inspiración, a quien le dedico tantos pensamientos y con quien quiero pasar el tiempo pueda leer estas palabras y sé que cuando lo haga sabrá que están envueltas en su nombre.

Porque ha sido quien apesar de tanto me ha traído hasta aquí, haciéndome ver que se puede luchar unpoco más si de verdad se quiere algo.