Desnuda

Paradigmas

- ¿Qué crees que es lo que más nos limita a través de la vida? - me pregunta la psicóloga.

- Creo que nosotros mismos. Tenemos potencial, pero no lo sabemos aprovechar.

- ¿Sientes que te ha pasado así alguna vez?

- Sí, pero nunca he sabido bien a qué se deba.

- La razón son las creencias limitantes.

- ¿Y esas cuáles son?

- Las creencias limitantes son todos aquellos pensamientos que se transforman en un modo de vivir y que en el camino te limitan.

Muchas nacen como informaciones que recibimos desde pequeños que no son debidamente analizadas y que se asumen como ciertas y se vuelven parte de la vida del ser humano. También son conocidas como 'paradigmas'.

Las más comunes son: "Necesito a alguien para estar bien", "La soledad es mala", "Los hombres deben tener muchas mujeres para ser hombres", "Una mujer sin hijos no es una mujer completa", "Hay que pegarles a los niños para que aprendan", "Tienes que ser fuerte siempre", "Ningún hombre es fiel", "Todas las mujeres son celosas".

El problema con estas creencias es que realmente limitan el desarrollo del ser humano, ya que funcionan como un grillete o cadena que impide a la persona avanzar en su vida de forma más tranquila y funcional.

Además de esto te pueden hacer estancar en una situación que "necesita de ti" una acción inmediata de tu parte, para que puedas estar en mayor tranquilidad.

Muchas veces las creencias limitantes son las encargadas de destruir la posibilidad de una persona de ser feliz; ya que se encuentran arraigadas en la mente controlando así el modo en que perciben la vida y por ende sus distintos eventos.

- ¿Y qué hacemos con esas creencias?

- La única manera que tenemos como seres humanos de luchar contra las creencias limitantes, es cambiándolas por unas nuevas que no limiten. Lograr identificarlas, determinar su daño y el poder que estas tienen en tu vida; te ayudará a poder eliminarlas para emprender una vida más funcional sin creencias que te limiten.

- ¿Pero y si el entorno te obliga a pensar así?

- Bueno, en cierto modo el ambiente que nos rodea influye en la manera que pensamos. Pero es solo cuestión de aprender a enfocar tus pensamientos y darte la oportunidad de sentir como tienes la capacidad de hacer valer tu modo de actuar más allá de una conducta implantada por otras personas que no necesariamente te conocen.