La Visita

93 5 0
                                    

El sonido del teléfono me despertó. Me sobresalta y lo tomo de la mesita de noche sin siquiera ver quien estaba llamando.

- ¿Pero por qué no lo tomabas? - dice una voz femenina en tono sonriente.

-Porque dormía- respondo con voz ronca- ¿Qué hora es?

- Es hora de que estés despierta hace rato, haciendo café para que me des

En ese momento abro un ojo y veo el nombre en la pantalla "Madeline". ¡Es mi mejor amiga!

-Oh Dios mío, Madeline- digo con una sonrisa esbozando mis labios.

- Bueno, pues es que te he echado de menos. ¿Sabes lo que eso significa?

- Tan linda tú, pero no tengo idea de lo que me quieres decir.

- ¿Tienes planes para hoy?

- Mmm, no.

- Pues ya los tienes: hoy voy a verte y pasar el día contigo.

- Oh wow, ¿es en serio? - digo con una emoción que no puedo ocultar.

- Sí, así que ya párate, que vamos a pasar el mejor día de esta semana. Y me guardas desayuno. Adiosito.

Me quedo por un momento mirando la pantalla y pienso en lo que haríamos hoy pero no me quedo en la cama; así ocuparía mi tiempo en algo productivo y no en las ideas que ya se asomaban por mi mente.

Pongo música, tomo un baño, busco esa blusa multicolor que tanto me gusta y me dispongo a hacer unos pancakes con chocolate para cuando Madeline llegue.

A los pocos minutos una llamada suya hace que la música se detenga:

- ¿Acaso me vas a dejar afuera?

¡Es ella, que emoción! Ha llegado rápido o al menos así se sintió.

Tomó las llaves y bajo las escaleras sin dejar de sonreír. La alegría en el ambiente era más que obvia.

Subimos y desayunamos mientras nos ponemos al corriente, le cuento, además, de mis sesiones de terapia, entre risas y música. Luego nos vamos a lavar los platos.

- ¿Y qué tal el chico que me dijiste? ¿Max, cierto? - me dice sin siquiera voltear a verme.

En ese momento mi mundo se detuvo por unos segundos.

- Bien- respondo sin mucho ánimo.

- Anda, sabes que te conozco y que no me vas a evadir.

- Bueno- le respondo sabiendo que no tengo escapatoria- las cosas no van bien que digamos.

- Eso lo sé, querida. Tienes esa mirada que habla por ti. Ah, y el ánimo ni se diga.

- ¿Cuál es esa? - pregunto, sin saber que se notaba mi estado actual.

- La que me dice que no estás bien. Dale, cuéntame. Todo, por favor.

- Las cosas se me han ido de las manos. No siento que nada esté en calma y eso me cae pesado.

- A ver...

- Primero, dejé el trabajo. No me estaba sintiendo valorada ni que pudiera avanzar.

- ¿Pero no me habías dicho que te estaba yendo bien? - pregunta con cierto asombro

- Sí, pero de un momento a otro todo comenzó a cambiar.

- Vale. Pero no te sientas así, ya habrá más empleos.

- Y con Max no sé si las cosas funcionen. Es complicado llevar esto- digo mientras siento que mi voz se apaga un poco.

- ¿Por qué lo dices? ¿No te trata bien?

DesnudaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora