En casa hay completa soledad. Cada rincón es equivalente a silencio, e incluso el sonido en las calles afuera se vuelve sordo aquí. El hecho de que mi familia no esté aquí me hace sentir bien y al mismo tiempo mal, no sé si soportaría verlos sufriendo, llorando o gritando por mí como Roger lo hacía.
Tomo un profundo suspiro y recorro cada sitio, observo cada mueble, recuerdo cada detalle antes de que sea demasiado tarde y me tenga que ir de manera definitiva.
-Justin lo hizo, yo lo hice, miles lo han hecho. Tú también puedes.
Aquella voz masculina llega clara a mis oídos e inmediatamente la reconozco. No dudo ni un segundo, ha venido de arriba. Subo rápidamente las escaleras siendo consciente de que nadie puede oír mis pasos ni verme.
- ¿Prometes que ellos estarán bien?
¡Johnny! Me apresuro velozmente hasta que paro en la puerta de su habitación. Le doy vuelta a la perilla pero ésta no se abre. Cerrado.
-Una promesa es una promesa. Debes confiar ciegamente en mí como todos lo hicimos antes de convertirnos en lo que somos.
Silencio. El suficiente para cerrar mis ojos y adentrarme mentalmente a la habitación. No sé como lo hago, pero al abrirlos estoy ahí. Me mantengo de pie y agradezco que no puedan verme, pero lo que veo me perturba bastante. Johnny está sentado frente a su pequeño escritorio de tareas con una pluma y una hoja en las manos. Escribe en aquél papel con suma concentración y lentitud mientras Aaron Coleman lo observa atentamente. ¿Qué es esto?
-He terminado. -anuncia Johnny dejando la pluma sobre el escritorio.
Aaron lee un momento la hoja, después de unos segundos sonríe y después asiente. El rostro de mi hermano es de preocupación, miedo e inseguridad, mientras el de Aaron es todo lo contrario. Confianza. Felicidad. Orgullo.
-Hagámoslo.
Un segundo después de esa orden me encuentro sola en la habitación de mi hermano. Han desaparecido frente a mis ojos. Me atraganto de la sorpresa con una enorme bocanada de aire y volteo a todos lados. No están. Esto que acabo de ver sólo puede significar una cosa. Aaron o Johnny son...
No puedo razonar las cosas. No tengo tiempo de pensar en ello. Me doy la vuelta, y cuando estoy dispuesta a encontrarlos, mi cuerpo es jalado y hundido hacia abajo por una fuerza potente y poderosa. Intento gritar pero mi voz se pierde en una caída libre que me carga la piel de adrenalina, me acelera los latidos y me hace sentir viva otra vez.
Oscuridad, giros, profundidad... esto lo he vivido antes, y el nombre llega parpadeante a mi mente: JUSTIN.
-
Una descarga de electricidad de pies a cabeza.
Golpecitos similares a latidos del corazón.
Movilidad y tacto.
Ritmo cardiaco acelerado y pupilas dilatadas.
Es como el despertar de una larga y frustrante pesadilla. Esa sensación de caer y no estar cayendo. Labios entreabiertos liberando todo el aire extra cargado en los pulmones.
Así es como me siento al abrir los ojos y darme cuenta de que estoy acostada sobre un suave colchón con la mirada expectante de mi hermano Johnny. Me tarda unos segundos reaccionar, pero mientras lo hago noto una de sus manos puesta sobre mi pecho con firmeza, justo en mi corazón, y en cuanto ve que recobro la compostura la aparta como si no quisiese que lo viera.
Abre sus ojos como platos mientras yo respiro aceleradamente y siento cada organismo revivir en mi interior, las sensaciones llegan explosivamente otra vez, mi sangre bombea paseándose por mis venas con rapidez y mis huesos recuperan su movilidad.
Un cuarto de hospital es donde estoy. Hay muchos aparatos a mi alrededor que me lo dicen. Por la expresión de mi hermano deduzco que está tan asustado y confundido como yo de lo que sea que acaba de ver o hacer.
-Johnny. -susurro estupefacta.
No obtengo su respuesta. Él se aleja unos pasos de mí y observa su mano derecha con extrañeza, como si sostuviera algo en ella. Algo que no se puede ver a simple vista. Noto su pecho subir y bajar rápidamente, incluso más rápido que el mío, mientras lucha por mantener su cuerpo rígido sin titubear demasiado.
-Johnny. -repito en voz alta. Alza su cabeza y dirige su mirada hacia mí. Sus ojos azules destellan confusión y brillo al mismo tiempo. Mucha luz. Misma que me recuerda a Justin... es justo como sus ojos lucían-. ¿Estoy viva? ¿Puedes verme?
Estoy desesperada por saberlo. Necesito regresar. Ruego a Dios que me diga que sí, y efectivamente, no lo dice pero asiente con la cabeza lentamente. Mis ojos se llenan de lágrimas cuando lo hace.
¡Volví! Pero... ¿Cómo? Voy a preguntarle pero no me deja.
Llega hasta mí y sin esperármelo me toma con fuerza entre sus brazos. Es probablemente el abrazo más fuerte que nadie me haya dado jamás. Lo recibo con gusto, alegría y nostalgia. Beso su mejilla y acaricio su cabello rubio, pero la emoción no me dura mucho. Se aparta de mí y me besa en la frente prolongadamente. Es un gesto tan tierno que nunca me había dado.
Acaricia mi pelo y me observa cauteloso, después toma mis dos manos y las aprieta contra las suyas. ¿Qué hace? Me observa detenidamente un momento, la luz no se ha ido de sus ojos, pero ahora está acompañada de agua. Lágrimas.
-Hice lo que tenía que hacer. -presiona más fuerte mis manos-. Espero que mis padres y tú, especialmente tú, entiendan esto algún día. Los amo y nunca los olvidaré.
Después suelta mis manos. Se aleja de mí y se dirige hacia la puerta.
- ¡Johnny! ¿De qué estás hablando? ¿A dónde vas?
Pero no responde. Con una sonrisa triste y las lágrimas a punto de derrotarlo, sale de la habitación y me deja sola. Sola y viva otra vez.
Twitter: @fuckbizzlefuck
Gracias por leer y votar, alguien comento que eran 42 leídos así que tienen nuevo capítulo, gracias de nuevo los quiero muchísimo <3.