Capítulo - 10 - La Srta Se Ah Eacapado

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Uno de ellos se comunicó con Agustín, para decirle que Anna se les había escapado.
Al escuchar, lo que estaba pasando Agustín se enojo.

—¿Cómo es posible que una débil chica se les escape? Atrapenla y traiganla de inmediato, no me importa como lo consigan la quiero aquí ya. — dijo Agustín más que molesto, pues nunca se imagino que la chica haría tal cosa.

— Si jefe, cómo usted ordené. — Contesto el hombre, Agustín terminó la llamada.

Aquel hombre le dijo a sus hombres las órdenes de Agustín, de encontrar a Anna a como diera lugar y llevarla con él sin importar que.

Apesar de haberlos perdido, ellos no tardaron mucho en encontarla, ella se defendió hasta donde pudo, pero aun asi lograron atraparla y llevarla ante Agustín apesar de sus protestas.

Cuando Anna se dio cuenta ya estaba en la oficina de Agustín, se sorprendió al ver lo enorme que esta era, pero obvio no lo admitiria.
Agustín no estaba solo, había otro hombre en el lugar, igual de apuesto que Agustín un poco más bajo de estatura, que el antes mencionado, pero también lucia atractivo.

—Rayos que demonios van hacer conmigo. — pensó Anna al ver a ambos hombres y más al ver al hombre que no conocía acercándose a ella.

— Buenas noches Srta, disculpe a mi amigo por la forma en la que la trajo, a veces es un poco tonto. Mi nombre es Javier López Arellano soy amigo y abogado de Agustín. Disculpe si la molesto por lo que voy a decir, pero usted es muy hermosa tiene unos bellos ojos — dijo el hombre, tendiendo su mano hacia ella, Anna se sonrojo por lo que él había dicho.

— Mucho gusto en conocerlo sr Javier y tiene razón en lo que dijo de su amigo. Mi nombre es Anna Leroy Rivera. — respondió ella  estrechado su mano y sonriendo. Agustín se molesto por eso, Anna no era amable con él, pero porque con Javier si. Y era la primera vez que la veía sonreír, se dio cuenta que la chica se veía más hermosa cuando sonreía  

Agustin se sintió molesto, al ver cómo su amigo, estaba charlando animadamente con Anna, como si él no estuviera ahí también, asi que interfirió en la charla.

— Javier ¿A caso no tienes alguna otra cosa que hacer? — preguntó, aunque no pudo esconder su tono molesto cuando hizo la pregunta a su amigo.

— En realidad no, tú me pediste que me quedara Agustín ¿No lo recuerdas? — preguntó ahora Javier. Agustin se quedo mudo, pues javier tenia razón.

Agustin se puso a pensar, porque se sentía molesto, no entendía porque no le gustaba que Anna y javier se llevaran bien, se preguntaba por que él y ella no podían llevarse bien.

" Agustin que demonios te pasa, por que te molesta que ella este hablando con otro hombre ¿Qué es lo que te pasa?"

Se preguntó a sí mismo. Las risas de las otras dos personas lo hizo sacudir sus pensamientos así que se acercó hacia dónde estaban y apartó a Javier de ahí, sentándose frente a la chica.

— ¿Por qué siempre me haces las cosas tan difíciles? — preguntó Agustín, Anna solo volteo los ojos cuando escucho su pregunta.

— Contesta — gruñó Agustín al ver que la chica no le contestaba.

— No estoy a su disposición, tengo cosas que hacer y le dije a su asistente que no tenia tiempo ¿A caso no puede entender eso? Yo también tengo cosas que hacer. Y dígame  ¿Por qué me trajeron a la fuerza? ¿Qué es eso tan importante que no puede  esperar? — respondió Anna, ya un poco cansada por el día que había tenido y la por la situación en la que se encontraba.
Agustin suspiro y le dio un documentó.

— Toma esto y firmalo — dijo él, no queriendo dar más explicaciones.

— ¿Que es esto? No firmaré sin saber que es y para qué es. — dijo ella. Javier sonrió ante lo que estaba viendo y escuchando.

— Es un contrato, es nuestro contrato de matrimonio, ya que nuestros padres quieren que nos casemos, se me ocurrió hacer esto.

— Vaya sr Agustin al parecer tenemos el mismo pensamiento. — respondió ella, tomando el documento en sus manos.

— ¿Por qué lo dice srta Anna? — preguntó Agustín, con mucha curiosidad.

— Yo también planeaba hacer algo cómo esto, pero usted se me ha adelantado. — dijo ella y Agustín sonrió al igual que Javier al escucharla

— Bueno, es bueno saber eso, firmalo entonces. — dijo Agustín, pero ella negó con la cabeza.

— No, aún no hasta que lo lea, no soy una niña tonta cómo usted piensa y en realidad no se que se traiga entre manos, y no pienso caer en su trampa. — respondió ella con seguridad, pero eso molesto a Agustín.

Al escucharla javier se empezo a reir, pues la chica era muy lista y no seria una presa fácil para Agustín, este al ver a su amigo reír le dio una mirada de advertencia.

— ¿De que te ries Javier? ¿A caso estamos contando algún chiste? — preguntó Agustín molesto, y Javier reprimió sus ganas de reírse, abriendo bien el temperamento de su amigo, él sabía que Agustín estaba a nada de perder los estribos.

— No, como crees, no es nada de eso, ustedes prosigan con lo suyo, y hagan como que yo no estoy aquí. — respondió a su amigo tratando de que este se tranquilizara.

Anna solo miro a los dos hombres y no dijo nada, pero le pareció un poco estaño, pues no entendía del todo el comportamiento de ambos hombres y mucho menos el de Agustín, aun así no se dejaría engañar y leería ese dichoso contrato, y si ella podía añadir algo más lo haría, para así dejarle en claro a su futuro marido que con ella tampoco se podía jugar.

EL CONTRATODonde viven las historias. Descúbrelo ahora