Capítulo - 30 - ¿Estás así por lo de hace un rato?

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Ahora Anna se puso a pensar en eso como le iban hacer ahora, tendría que hablar con Agustín sobre ello más tarde.
Como sofia había dicho la sirvienta de la casa, la llevo a la habitación de Agustin. Anna se sintió incomoda al pensar que estarían en la misma habitación, solos los dos durante una semana y media.
Agustin llego mientras Anna seguia pensativa en como hacerle.

—¿Anna en que piensas? — Anna se sobresalto al escucharlo, estaba tan perdida en sus pensamientos, que ko lo escucho entrar.

— En... Bueno — Anna tartamudeo un par de veces, antes de decir lo que quería. Agustín sonrió al verla de esa manera, pues él ya sabía en lo que ella estaba pensando, aún así espero hasta que ella dijera lo que quería.

— Estaba pensando, que esta es tu habitación, y pues, crees que yo pueda quedarme en otra — dijo nerviosa y Agustín suspiro, aunque sabía que no debía apresurar las cosas, esa decisión de Anna, le daría una muy buena oportunidad para estar cerca de ella.

— Sabes que eso no podemos hacerlo, no estamos en casa, estamos en casa de mis padres, que crees que pensaran si dormimos en habitaciones separadas. — dijo Agustín y Anna pensó que él tenía un muy buen punto.

— Si, eso lo se pero..

— No te preocupes Anna, tranqulizate no haré nada que tu no quieras, puedo dormir en el sofa y tu duerme en mi cama, te parece bien. — Agustín la interrumpió, pero Anna se sorprendió al escucharlo

— Si eso me parece bien, gracias. —
Anna se sintio mas tranquila al escuchar a Agustin, pero aun asi seguia nerviosa por estar los dos en la misma habitación.

Mientras, Agustin entro al baño a darse una ducha, Anna salio de la habitación y se dirigió a la cocina, para ver si podía ayudar en algo.

— Hola ¿Puedo ayudarle en algo? — preguntó Anna, espantado a la señora Joanna, quien era la encargada de la cocina.

— Oh sra Anna, que susto me ha dado, no se preocupa ya esta todo listo, solo subire la cena de la sra sofia.

— Por favor, no me diga señora, solo llámame por mi nombre. — Joanna se sorprendió un poco.

— Está bien, mejor solo le digo niña Anna ¿Le parece? — preguntó Joanna y Anna asintió.

— Me parece muy bien, ahora de la charola, con la cena, yo la subiré. — para Anna era mejor hacer eso, que estar en la habitación con Agustín.

— No se preocupe, ese es mi trabajo servirles a ustedes. — Anna negó con la cabeza.

— Yo  puedo hacerlo, a mi me gusta ayudar.  hágame caso si por favor. — suplico Anna y Joanna se resignó, pero le cayó muy bien la chica.

— Usted gana, iré a preparar la bandeja. — dijo Joanna sonriendo.

Joanna le sorprendió de la sencillez de la chica había trabajado tantos años en lugares como ese  pero jamás había conocido a una persona como ella.

El joven Agustin se saco la loteria con ella, no solo es bonita si no que tambien es muy sencilla y amable.

Pensó Joanna, sacudió sus pensamientos y se dispuso a preparar la cena de Sofía. Después de unos minutos le  entregó a Anna la bandeja, ella agradeció y subió a la habitación de Sofía.

—  Le traje su cena, coma para que pueda descansar después. — dijo Anna cuando soria la vio.

— Anna no tienes que hacer esto, ya es suficiente con que estés aquí conmigo y me hagas compañía. — dijo Sofía, con esto ella creía firmemente que Anna, era la mujer indicada para su hijo.

— No es ninguna molestia para mi ayudarle, además ni tengo mucho que hacer y me aburro co que facilidad, así que mientras pueda ayudar, para mi mejor. — respondió Anna con una sonrisa.

— ¿y Agustín? ¿Dónde esta Anna?

— Él , está dándose un baño, en un rato viene a verla. — Sofía asintió.

— Bueno, ve a descansar Anna has hecho mucho por hoy. — dijo Sofía.

— Está bien, si necesita algo no dude en llamarme. — respondió ella y Sofía sonrió.

— No te preocupes, anda ve a descansar. — Anna asintió, se despidió de ella, y salio de la habitación de Sofía y se fue a la suya  y cuando iba entrando,  Agustín iba saliendo del baño con una toalla al rededor de su cintura Anna al verlo, trago saliba y se puso roja de la vergüenzas y se volteo rápidamente para no verlo.

— Yo... Yo  lo siento, creí que ya habías salido del baño y te habías cambiado. — esta era la primera vez que Anna veía aún hombre semi desnudo.

Anna tartamudeo al decir eso, ella se puso super nerviosa al ver a Agustín de esa manera, nunca se imagino que el tuviera un cuerpo bien esculpido.
Agustin sonrió al ver la cara roja de Anna. Ella salio y se quedo afuera tratando de calmar a su corazón que latia muy rápidamente. Con las palmas de sus manos, sacudió su cara, ya que sentía que la tenía

Anna eres una tonta, pero a decir verdad no esta tan mal. No, no Anna en que diablos estas pensando ahora, será mejor que salga a tomar aire fresco.

Se dijo a sí misma y salio al jardín para tratar de calmarse.
Agustín salió de la habitación y fue a ver a su madre, pero no vio a Anna, estuvo un rato con ella y después salio abuscar Anna. Después de un rato la encontro en el jardín.

— Anna por fin te encuentro. — dijo él, poniéndose aún lado de ella.

— Yo quería salir a distraerme un rato. — dijo ella, viendo la hermosa fuente.

— ¿Estás así por lo de hace rato? — preguntó él, aunque sabía que era así, pues ella salio rápido en cuanto lo vio.

— Yo no vi nada. — dijo ella y el. Sonrió porque su cara se estaba poniendo como un tomate de nuevo.

— Anna...

— No, no digas nada Agustín por favor, fue mi culpa por haber entrado sin tocar primero. — dijo ella y él, la tomó por los hombros y la hizo girar para quedar frente a frente.

— No tienes por que tocar, también es tu habitación. — dijo él, ella no quería mirarlo a los ojos, así que agachó la cabeza, pero Agustín no se lo permitió

— Yo... — Anna se quedó muda, se estaba poniendo nerviosa, Agustín la estaba poniendo nerviosa — lo sé, pero...

Agustín la abrazó. No dejo que dijera más, a Anna le empezo a latir el corazón de nuevo muy rápido, pues recordó lo que había visto en la habitación, e intento alejarse pero Agustin se aferro a ella y no la dejo ir.

— Anna, no te alejes de mi, solo quiero abrazarte. — dijo él, y ella se quedó quieta por un momento.

EL CONTRATODonde viven las historias. Descúbrelo ahora