EL CONTRATO

Capítulo - 12 - ¿Tú conoces a Anna?

Mientras tanto Anna llego a casa, saludo a su nana y se fue a su habitación.
María noto el cambio de humor de Anna, ella la conocía como la palma de su mano, al fin María la había criado desde pequeña. Ella fue tras Anna para platicar con ella.

—¿Mi niña puedo pasar?— preguntó María, tocando la puerta de la habitación de Anna, que se encontraba abierta.

— Adelante nana. — respondió la chica y María entro en la habitación.

—¿Qué tienes mi niña?  Últimamente no has sido la niña de siempre, ya no ríes cómo antes, ya no sales, has cambiado mucho. — dijo María. Anna suspiro antes de contestarle.

— Qué te puedo decir nana, con todo esto no me dan ganas de nada. Saber que me voy a casar con un hombre que no conozco y que no amo, no me tiene nada bien, estamos en pleno siglo 21 y a mi padre parece no importarle y hacer conmigo lo que su voluntad dice ¿De verdad crees que con todo esto tengo ganas de salir? — pregunto ella, dejando a su nana muda.

— Pero niña niña, lo vas a conocer, tendrán mucho tiempo para hacerlo, mejor porque no sales con Eva y así te distraes un rato. — dijo María, con la esperanza de convencer a la chica frente a ella.

— Nana, sabes bien que Eva esta ocupada trabajando. No eh podido verla desde hace mucho tiempo. — respondió Anna.

 — ¿Por qué no la llamas entonces? —preguntó nana.

— Nana, hace tiempo ella perdió su teléfono y no había comprado otro, ella dijo que se comunicaría conmigo, cuando se comprara uno, ya sabes lo terca y testaruda que es y no me dejo comprarle uno. — respondió. Ambas mujeres se quedaron calladas.

Anna se quedo pensando por un rato, tal vez María tenía razón, la única persona que podría ayudarla, sería su mejor amiga, solo que Eva, trabajaba mucho para salir adelante. Ella nunca habia dejado que Anna la ayudara.

— Nana, tal vez tengas razón, mañana iré a ver a Eva, a donde trabaja. —  dijo Anna con un poco de entusiasmo.

— Si mi niña, esta bien que salgas a distraerte, veras que te hará bien.

— Tengo una idea nana, haré de comer para ella y la llevaré, para que comamos juntas. Ella siempre dijo que le gusta como cocino. — dijo Anna y María asintió.

— Eso estaría muy bien mi niña, mañana hacemos lo que tu quieras. Ahora si te dejo descansar— dijo maría y se despidió de Anna.

— Gracias nana, hasta mañana, te quiero mucho. — dijo la chica y le dio un beso en la mejilla a la mujer.
Maria salio de la habitación y tambien se fue a descansar.

Al día siguiente, tal como ambas mujeres habían acordado, se pasaron toda la mañan en la cocina. A Anna le encantaba cocinar, porque así pasaba mas tiempo con María y porque le gustaba aprender cada platillo que la anciana hacía.
Cuando terminaron, Anna subió a su habitación, para cambiarse de ropa e ir a ver a su amiga, seria una gran sorpresa para ella.

— Ya  me voy nana, nos vemos mas tarde. — dijo Anna entrando a la cocina y despidiéndose de María.

— cuidate mucho mi niña. — respondió María y la vio salir de la mansión.

Anna salio de su casa, hacia el trabajo de Eva. Ella trabaja en el centro comercial mas grande de la ciudad, le habia costado mucho trabajo conseguir un puesto ahí.

Anna llego al centro comercial. Se fue a la tienda donde trabajaba su amiga.
Eva al verla se emociono ya tenían mucho tiempo sin verse.
Eva se acerco a ella.

— Ann ¿Cómo estás? ¿Gustas que te muestre algún producto? — preguntó Eva y Anna negó con la cabeza.

— No gracias, en realidad vine a verte a ti,  ¿A qué hora sales a comer? — preguntó Anna.