Capítulo - 68 - Me llama cada vez más la atención esta chica

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En el consulado Mexicano en Milán.

Maximiliano D' Lucca, esperaba con ansias la información, que había pedido días anteriores, pues no dejaba de pensar en esa mujer que tuvo entre sus brazos por unos segundos, se moría de impaciencia por saber todo de ella.
Maximiliano cerró sus ojos, queria recordar esos hermosos ojos que lo cautivaron, esas mejillas coloradas, que mostraban que la chica estaba apenada. Cada vez que él recoraba, sonreía como un adolescente, se sentía como un chico que apenas iba a la secundaria.

Aquella chica cautivo el corazón de ese hombre, que a pesar de su edad y experiencia, no se deja enredar por juegos del amor. Porque su prioridad han sido defender los derechos de las demás personas.
Pero esta mujer, estaba provocando en su interior cosas que por primera vez, le ponían su mundo al revés.

Ni el mismo, lo podía creer, jamás se había sentido atraído por alguien de esa manera. Y esta chica se había metido en su cabeza, pensaba en ella día y noche.

Maximiliano.

Siempre he pensado en que ayudar a los demás es importante, me cree esa idea que me olvide de mi mismo, y me encerré en un mundo que es mi trabajo, me hace muy feliz ayudar, apoyar a las personas que más lo necesiten. Me enfoqué tanto en eso, debido a que mi madre sufrió tantas injusticias donde no le daban sus derechos. Que me juré que algún día yo sería alguien importante, para poder ayudar a la gente. A mi gente.

Ser embajador del consulado Mexicano, es una de las cosas que más me enorgullece. Soy italiano por mi padre, es un país lleno de cosas hermosas, me encanta tener el toque italiano en todo lo que hago. Pero ser mexicano es un privilegio que no todos tienen. Es un país lleno de culturas, tradiciones y muchos colores. Su gente, su sangre corre por mis venas. Es por eso que he llegado hasta aquí, por ellos. Para defender sus derechos como seres humanos. Sin olvidar que también soy italiano.
He crecido a lo largo de estos 31 años, en ambos países. Y creo que debido a mis metas, deje a un lado cosas más importantes, y una en especial, es lo sentimental.

Pero hace unos días atrás, iba a Londres, era uno de esos días donde tenía demasiada prisa, no podía perder un minuto de mi tiempo, porque tenía una reunión muy importante, con la UNESCO. Cuando mis manos dejaron caer mi teléfono. Para poder sostener a una hermosa mujer, y evitar que cayera al suelo.

No he de negar, que he convivido con muchas mujeres. Y no es que no sean de mi agrado, pero nunca le tomé la importancia, para una relación. Pero...
Esa mujer, esa hermosa mujer que cayo entre mis brazos, por ella he sentido mi corazón cálido, nunca he sentido que la dopamina recorra por mi ser. Pero creo que esa mujer ha provocado, que ésta despierte.

Pienso en ella, en esos hermosos ojos, en esas mejillas coloradas y mi corazón se acelera.

Maximiliano seguía pensando en la hermosa chica cuando su asistente interrumpió sus pensamientos.

— Señor D' Lucca, aquí traigo la información que me pidió.

— Carlo, por fin traes lo que te pedí hace días. — Carlo era un hombre muy eficiente, pero esta vez sentía que le fallaba a su jefe.

— Lo siento señor, pero es que no fue tan fácil conseguir esta información.

— Carlo, a que te refieres desde cuando, a ti te cuesta hacer bien tu trabajo. — preguntó Maximiliano extrañado, pues sabía que Carlo era muy bueno, excelente en su trabajo.

— Bueno señor, la chica no es tan fácil de investigar. — dijo Carlo con pesar.

— Haber dame eso, yo mismo lo leeré gracias, puedes retirarte.

Maximiliano abrio la carpeta y comenzó a leer la informacion de la chica.

Alexandra Thompson de nacionalidad  mexicana edad 21 años, ha vivido éstos ultimos dos años y medio en París, junto a su madre, el esposo de su madre y media hermana, estudió y se graduó con honores en la universidad  IFA.

Vaya la chica es interesante, me llama cada vez mas la atención, aunque no se porqué no esta la información completa, bueno ya veré como le hago para saber todo de ella. Y vino aquí a probar suerte, para abrir su propia casa de modas. Esto empieza a interesarme cada vez mas.

Los días pasaron y a pesar que ya sabia una parte de la vida de Alexandra, aun le intrigaba, y queria saber todo, absolutamente todo lo que tuviera que ver con ella.

Un mes después.

Alexandra y Carolina estaban un poco ocupadas, habían conseguido el lugar, para empezar la casa de modas que Alex quería y cómo todo y humildemente Alexandra quería empezar desde abajo, se había prometido así misma nunca olvidar de donde provenía, pues aveces el dinero cambia a las personas, por suerte para ella, eso no le importaba mucho, pero si quería ser reconocida, no por querer ser millonaria, si no por demostrar qué con esfuerzo y dedicación se pueden lograr tus sueños. Lo único que no le gustaba era que como siempre en algunos lugares si no es que en casi todos existen injusticias.

— Alexandra que vamos hacer ahora, necesitamos ese papel para poder comenzar a trabajar.

— Lo sé Caro, tendremos que ir a la embajada haber si ahí, si nos pueden ayudar.

— Bueno, si tienes razón ojalá que el embajador que nos toque sea justo, y correcto.

— Eso espero Carolina, eso espero de verdad.

— Bueno ya, dejemos eso a un lado y vamos a comer que muero de hambre

Alexandra sonrió - Carolina tu siempre tienes hambre, pero bueno vamos, creo que a mi también ya me dio hambre.

— Bueno me conoces, no puedo estar sin comer mucho tiempo, y sabes bien qué cuando tengo hambre, pues hay que comer.

—Si lo sé, así que mejor nos vamos o terminaras comiendome a mi y no quiero eso.

— Jaja te freire primero, hasta que quedes crocante jaja....

— Si, no gracias, ya vámonos, que tenemos que regresar para seguir con esto.

Las dos chicas salieron del lugar, para ir a almorzar.

EL CONTRATODonde viven las historias. Descúbrelo ahora