Capítulo - 84 -

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Narra Maximiliano.

Ya han pasado tres semanas y se me ocurrió una gran idea, la verdad ya extraño mucho a mi bonita y no aguanto ni un día más sin ella, se que ya se encuentra sola, hace una semana su familia regresó a París y ella ya no tarda en regresar pero yo iré por ella, me encuentro en el aeropuerto esperando mi jet privado, ella no sabe nada aún, así que le dare una gran sorpresa.

•••

Seis horas despues ya me encuentro aquí, Carolina me dio los datos del hotel en el que se hospeda. He pedido una suite, y le he dicho a la recepcionista que cuando ella llegue la mande para allá, con una escusa perfecta, se que no se negara en ir.
Me meto a dar un baño y trataré de descansar un rato en lo que ella llega.

Narra Alexandra.

Después de este día puedo escoger cualquiera para regresar, y muero de ganas de hacerlo, extraño mucho a mi italiano, aquí todo esta marchando de maravilla. Estoy tan cansada que un baño me relajara, entro al lobby y la chica de recepción me llama.

- señorita Alexandra, la esperan en esta habitación, su amiga Carolina digo que le tiene una sorpresa, tome aquí esta la llave.

La chica me da las instrucciones para llegar a una suite, voy en camino con la llave en la mano, preguntándome que sorpresa puede ser, la verdad no tengo ni la más mínima idea de que sea, pero bueno.

Después de unos minutos me encuentro afuera de la suite pensando en si entrar o no entrar muerdo mi labio inferior y me decido, paso la tarjeta y la puerta hace un sonido que indica que esta abierta, trago saliva y entro volteo a ver por todos lados, pero no veo a nadie, me encuentro en medio de esta gran suite y no hay nadie, estoy a punto de girarme y salir de ahí, pero alguien se pone detrás de mi tapandome los ojos, en un instante me asusto, pero al sentir esas manos que tapan mis ojos, al sentir ese aroma que no he sentido desde hace tres semanas se de quien se trata, es el hombre que he extrañado todo este tiempo y no puedo creer que este aquí. Sonrío y él, al escucharme me gira quedando frente a frente.

- amor no puedo creer que estés aquí conmigo te he extrañado mucho- le digo saltando a sus brazos el me alza haciendo que mis piernas rodeen su cintura.

- yo te extrañe mucho más, amor no sabes cuanta falta me han hecho tus besos, tus caricias, toda tú, me hiciste mucha falta y no pude esperar un solo día más si ti - me dice con una voz ronca, pegando su frente con la mia dándome besos en todo mi rostro hasta llegar a mis labios.

Seguimos con nuestro beso, de pronto desliza sus manos por mi espalda y empieza a bajar el cierre de mi vestido yo empiezo a sacarle el saco y aflojarle la corbata, desabotonarle la camisa, mientras seguimos besándonos me baja, haciendo que mi vestido caiga a mis pies, me quedo en ropa interior, él me mira, me coge de la cintura de nuevo haciendo que rodee mis piernas al rededor de su cintura y me lleva a la cama.
Se sienta en ella, quedando yo a horcajadas sobre él, juega con mis pechos mientras yo suelto un jadeo, sube a mi cuello llenándolo de besos hasta llegar de nuevo a mi boca, nos despojamos del resto de nuestras ropas mientras él juega con mi intimidad continuamos con las caricias y los besos el uno en el cuerpo del otro, cuando ambos estamos más que excitados me penetra y nuestros cuerpos y almas se funden en uno solo, disfrutando de llegar ambos al orgasmo al mismo tiempo diciéndonos nuestros nombres y cuanto nos amamos.

****

Me despierto, y no veo por ningún lado a mi italiano, me levanto y escucho que está hablando por teléfono en el balcón, suspiro por un momento creí que había tenido un sueño, pero no, él esta aquí conmigo.

Voy al baño, pero en el camino recuerdo que mis cosas siguen en mi habitación, volteo a ver hacia un sillón que se encuentra frente a la cama y veo mi maleta, mis cosas estan aquí.

EL CONTRATODonde viven las historias. Descúbrelo ahora