Unos meses después
ya esta todo arreglado, iré a mi país hable con Agustín, para ver si podría ayudarme, por suerte acepto. Pero no hemos venido solos, Javier y Eva junto a Victoria también han venido. Nos encontramos aquí en el aeropuerto después de once horas de vuelo, volver aquí me trae recuerdos buenos y malos también, doy un gran suspiro antes de salir del aeropuerto, Max toma mi mano como siempre, apoyándome en todo momento, le doy una sonrisa y salimos del aeropuerto en compañía de nuestros pequeños.
Llegamos a mi antigua casa, y los recuerdos invaden mi mente hasta que Rosita aparece frente a mi.— Anita, de verdad eres tu — ella uan no puede creerlo que este aquí, no le avise que vendría porque quería que fuera una sorpresa para ella.
— si Rosita soy yo — le digo y ella me da un abrazo muy efusivo — no sabes cuanto te he extrañado Anita, sin ustedes esta casa se siente muy vacía, no es lo mismo, pero yo me quede porque el señor Javier me lo pidio, el tenía... Él digo que un día tu regresarías y no se equivoco — le respondo el abrazo y unas lágrimas escapan de nuestros ojos, estoy tan feliz de estar aquí.
— lo sé Rosita, ese hombre es muy sabio — le digo y ella sonríe —¿quien es ese señor con esos pequeños? — pregunta ella y recuerdo que ella no sabe da Max y de mis bebes yo sonrío y ella conoce muy bien cuando lo hago.
Lleva sus manos a su boca — por dios Anita son tus hijo ¿verdad? — dice está, mujercita me conoce tan bien — así es Rosita, te presento a Alexander y Ariana mis hermosos mellizos y te presento Maximiliano mi esposo — ella abraza a los pequeños y les regala una sonrisa, pero cuando dije mi esposo su cara cambió y Max se sorprende, pues he dicho mi esposo y lo será, en unos meses seremos marido y mujer ante la ley y ante Dios — ¿tu esposo? — si así es Anita — oh, vaya qué sorpresa de verdad pero pasen Anita debiste haberme avisado para arreglar las recamaras — no te preocupes Rosita — bueno, esperen un momento yo ahora arreglo las recamaras para ustedes y los pequeños — yo asiento con la cabeza y Rosita se retira.
— mi amor has dicho que soy tu esposo — dice Max,y yo sonrío sin que se de cuenta y me hago la enojada — estamos comprometidos ya vivimos juntos y tenemos a dos hermosos hijos, o es acaso que no quieres ya ser mi esposo — no mi vida no es eso, no te enojes es solo que me ha sorprendido no creí que me presentaras así, digo sentí muy bonito cuando lo dijiste — lo miró a los ojos — claro, Max te amo y para mi no importa un papel para mi ya eres mi esposo y el amor de mi vida — y tu el mio mi amor, mi dulce y bella esposa.
Los dos sonreímos y uno de nuestros pequeños comienza a llorara lo cual hace que el otro también lo haga, suspiro — es hora de comer — le digo y levanto a uno del porta bebé, Alex es el que come mas, así que Max prepara un biberon para el mientras yo le doy pecho a Ari, es muy bueno con eso y siempre me ayuda gracias a dios si no creo que me volvería un poco loca, pero amo a mis dos bebes, después de que mi pequeña Ari se queda dormida sigue Alex, Max me ayuda con ella mientras yo alimento a Alex.
Rosita llega sorprendiedonos a ambos — de verdad que bonita familia son, se ven tan bien juntos y se ven muy bien ayudándose — gracias — dice Max.
— la habitación ya está lista por si quieren llevar a los pequeños a descansar, en un momento estara lista la comida para que puedan comer algo y descansar.
— gracias Rosita — le digo yo, y subimos para poner a nuestros bebés en la cama y descansen un poco, son las tres de la tarde, así que ellos no dormíran mucho, de regreso a la sala paso por la habitación que era de mi padre y los recuerdos me invaden de nuevo, abro la puerta y llamenme loca pero puedo sentir como si él estuviera aquí, porque todo está exactamente igual, a como él tenía su habitación, después voy a su despacho y ahí ya no aguanto mas y me desmorono.

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EL CONTRATO
DiversosAnna una chica de 18 años que lucha por perseguir sus sueños, pero su padre, prácticamente la obliga a casarse con un hombre que ella no conocia. Agustin director ejecutivo de carter Corp con tan solo 25 años habia hecho muchas cosas, pero se decia...