Capítulo - 65 - Tiene unos ojos tan cautivadores

3.1K 171 27
                                        


Agustín se fue a descansar y retomar fuerzas para el siguiente día, pues tenía planeado ir a primera hora a la universidad, con la esperanza de encontrar algún indicio de Anna, no se daria por vencido hasta encontrarla, sin saber que ese nombre y la mujer que había conocido en ese tiempo ya no existía, pues la chica no solo se había cambiado su nombre, si no, a ella misma.

En el aeropuerto de Milán.

Las dos chicas llegaron pronto a su destino, ambas estaban emocionadas, pues emprenderian una nueva meta para sus vidas.

Bajaron del avión, se dirigieron a recoger su equipaje, ambas iban distraidamente, pues llevaban algo de prisa tenian una cita dentro de dos horas.

— Alexandra tenemos que apurarnos y llegar al apartamento, para arreglarnos no quiero llegar tarde a nuestra reunión.

— Lo sé Carolina, esto definira si conseguimos el lugar, que quiero para empezar mi empresa, es muy importante, para mi, bueno para ambas.

— Si, vamos hay que correr, que nos gana el tiempo.

Las dos mujeres iban tan a prisa, que sin querer Alexandra choco con otra persona, él igual iba distraído con su teléfono, pero al momento de chocar, se percató que la mujer iba a caer, así que por inercia dejo caer el teléfono, para poder tomar a la chica entre sus brazos, y evitar que cayera al suelo y se lastimará.
Alexandra se apenó mucho ante la situación, estaba muy incómoda porque el hombre la tenía entre sus brazos. Debido a que Agustín era el único hombre que la había tomado antes.
Por un momento sus mejillas cambiaron de color, él se percató ante ese hecho, sonrió porque sabía que ella se había apenado. Con delicadeza la ayudo a pararse de nuevo.
Ella lo miró a los ojos, vio que tenía un hermoso color avellana. Por un instante se miraron fijamente a los ojos.

Carolina, miro reloj y vio que ya era demasiado tarde. Toco del hombro a Alex y dijo. — Tenemos que irnos, se nos hace demasiado tarde.

La mujer volteó a ver a la chica, luego regreso su mirada al hombre que estaba parado frente a ella. Y sin más preámbulo dijo. - Gracias. - En ese momento ella levanta el teléfono del suelo, y se da cuenta que está roto, porque tiene la pantalla quebrada. En ese instante ella se lo entrega.

— Disculpe lo de su teléfono, prometo reponérselo en otro momento, por ahora tengo prisa. Le dejo mi tarjeta de presentación. —  La chica saca de su bolso, una pequeña tarjeta que contiene sus datos.
Después de decir eso, salen a toda prisa hacía la salida del aeropuerto.

El hombre solo ve como esas dos mujeres se alejan del lugar.

— Señor D' Lucca se nos hace tarde, tiene que abordar el Jet. Tiene que llegar a Londres, lo mas rápido posible.

— Carlo investiga todo de esa mujer.

— Si Señor, pero se nos hace tarde tenemos que irnos. — El mira el reloj en su mano y lo señala.
El hombre voltea por última vez, pero la mujer ya ha desaparecido de su vista.

Aquel hombre, subió a su Jet, pensando en la mujer, que había tenido entre sus brazos, y por un instante sonrió, al recordar la cara sonrojada de la chica. Miró su mano, y pensó "Necesito saber quien es esa mujer, tiene unos ojos tan cautivadores" Era una sensación extraña que sentía, su corazón por un momento se agitó. Su asistente Carlo observaba a su jefe, no lo podía creer, sin duda esa mujer había dejado una gran impresión a ese hombre.

Aquel hombre seguía pensando en la chica, miraba su teléfono roto y la tarjeta de presentación que ella le dio y pensó " Alexandra, es un hermoso nombre, al igual que ella". Y así él fue pensando en la hermosa chica durante todo el trayecto hasta que llego a su destino.

En el apartamento.

Alexandra y Carolina, llegaron a toda prisa, tenían el tiempo medido, para llegar a su cita, las dos se arreglaron formalmente.
Llegaron gusto a tiempo al lugar y el corredor de bienes raíces ya las estaba esperando.

— Buenos días señor firegtti, disculpe la demora, acabamos de llegar, y se nos hizo tarde.

— No hay de que preocuparse señoritas, yo tambien acabo de llegar. Se que quieren conseguir el mejor lugar, para empezar su nueva empresa, tengo tres prospectos muy buenos, para ustedes.

— Muchas gracias señor firegtti. — Las dos chicas siguieron al corredor de bienes raíces,

Él las llevo a tres lugares, el primero era un poco pequeño, para el gusto de las chicas, después llegaron al segundo, este estaba situdo un poco legos del centro de la ciudad al igual que el primero, y por fin llegaron al ultimo, este estaba situado en el Centro, era lo que las chicas buscaban.

— Nos quedamos con este señor firegtti, tiene un muy buen espacio, y situado en un excelente lugar.

— Estan seguras señoritas, debido a que esta en el centro de la ciudad, el precio es mas elevado

— Señor firegtti, no se preocupe por eso, nos gusta este sitio y podemos pagarlo.

— De acuerdo entonces hare el trato con el vendedor, las llamare cuando todo este listo.

Ambas chicas se despidieron de señor firegtti, y debido a que habían estado toda la tarde caminando estaban exhausta, decidieron regresar al apartamento para descansar. Alexandra se sentía emocionada pues por fin comenzaría a realizar su sueño ella sabia que el camino no seria sencillo, pero estaba lista y orgullosa de si misma.

Pues emprender tu propia empresa no es nada fácil de lograr, pero dice un dicho muy bien dicho, el que persevera alcanza y Alexandra era una mujer perseverante que no tenia planeado rendirse ante nada y empezaría justo como su padre había empezado la suya, desde abajo hasta forjar un imperio como muchos le dicen, sin imaginar que en poco tiempo seria una de las magnates de la ciudad. Pues la chica no solo era hermosa si no tambien muy inteligente, y amaba ser diseñadora, y cada diseño que ella hacia, era único e impresionante, por que no solo daba lo mejor de si, si no tambien ponía, alma y corazón en cada trabajo que ella hacia.





P. D quiero agradecer a mi gran amiga clarita ella siempre me anda ayudando y a Alexandra gracias por su ayuda chicas y gracias a todas las personitas que me siguen.

EL CONTRATODonde viven las historias. Descúbrelo ahora