Capítulo - 31 - Yo Me Enamore De Ella

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Anna se empezó a sentir incomoda, así que se apartó de él.

— No Agustin lo siento, yo aun sigo muy confundida. — ella vio la mirada triste de Agustín, pero salio corriedo de ahí. Agustín sintio como su corazon le dolía, ya se habia acercado un poco a ella, pero ella retrosedia de nuevo.
Anna se metió a su habitación se cambio rapidamente, se metio a la cama y se tapo de pies a cabeza. Cuando Agustin llego y la vio solo movio su cabeza lleno de resignación saco unas mantas para taparse y se acosto en el sofa.
Ninguno de los dos podía dormir. Sino bien entrada la madrujada fue que Anna al igual que Agustin los vencio el sueño.

Cuando amanecio Agustin se levanto guardo las mantas con la que se había tapado se alisto y dado que Anna seguia profundamente dormida. El solo le dio un beso en la frente y bajo a desayunar, su padre se encontraba en el comerdor y pregunto por Anna.

— ¿Y tu esposa? ¿Aun sigue dormida? — Agustín asintió.

— así es padre. — dijo él. Joan a estaba sirviéndole su desayuno, así que el le dio una orden.

— Joanna por favor, te rogare que no molestas a la sra, delaja dormir hasta tarde, ella esta muy cansada y sigue dormida. — Joanna asintió.

—  Hijo, porque cansas tanto a tu mujer, como para que siga durmiendo a esta hora. D— dijo Sebastián, incomodando a su hijo

— Papá, no empieces, no es lo que piensas, ella no podía dormir anoche eso es todo. No — dijo Agustín, esta era la primera vez que su padre lo ponía nervioso.

— Parece que tú, seras el primero en darme nietos.

— Papá, por favor ya te dije que no es lo que piensas. Así que deja de pensar en tonterías. — dijo Agustín, pues él sabía que para eso faltaba mucho.

— Esta bien, esta bien ya no insisto con eso. — dijo su padre, al verlo incómodo.

— Por cierto tú, mis hermanos y yo, tenemos que hablar, no es posible que nunca estén en casa y dejen a mi madre sola. — Agustín cambio de tema rápidamente.

—  Si lo sé, tambien es mi culpa por descuidarla.

— Bueno, es bueno saber que estas consiente de eso, Anna no siempre podra cuidar de mi madre, aun esta estudiando y tiene que ir a clases, no dejaré que ella cargue con algo que no le corresponde. — Sebastián, quedo sorprendido al escuchar a su hijo.

— Vaya, si que la quieres mucho, y yo que creí que estábamos, equicocado con ustedes, me alegra saber que no es así. – dijo Sebastián.

— Por supuesto que la quiero, padre yo tampoco imagine esto, pero la verdad es que me enamore de ella como un loco. — respondió Agustín.

— Que bueno hijo, eso me da mucho gustó, ella es una buena chica y tu madre y yo sabiamos que necesitabas a alguien como ella en tu vida. — dijo Sebastián, tocando el hombro de Agustín.

— Papá, tengo que agradecerles que hayan hecho eso, a sido lo mejor que me ha pasado en la vida.

— Pero yo tengo una duda. — dijo, Sebastián,mirando con seriedad a su hijo.

— ¿Cuál es tu duda papá? — preguntó Agustín

— La mujer con la que estabas saliendo, ya te alejaste de ella o aun sigues jugando. — dijo Sebastián y Agustín lo miró sorprendido.

— No me mires así, tu madre y yo sabíamos todo, es por eso que hicimos lo que hicimos — dijo Sebastián, al ver la mirada de sorpresa de su hijo, Agustín suspiró y respondió a su padre. 

EL CONTRATODonde viven las historias. Descúbrelo ahora