Capítulo - 51 - Me Crees estupido o que

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Javier fue en busca de Eva y en el camino intentaba comunicarse con Agustín, pero no tuvo suerte.

En el hotel imperio.
Todo ya estaba arreglado, Anna al igual que el hombre a su lado, estaban totalmente inconscientes. El plan ya estaba en marcha.

Por otro lado Agustín estaba que ardía de furia le había llegado un mensaje de un número desconocido junto con una foto, y al verla estallo en ira y aventó el teléfono, este se destrozó al impacto.

Agustin tomo las llaves de su auto, y salio de la oficina a toda prisa, tenia que verlo con sus propios ojos, tenia que asegurarse que no era verdad, con otro teléfono intento llamar varias veces a Anna pero no tuvo respuesta, eso lo estaba matando mas.

Pronto llego a la dirección, subió a toda prisa a la habitación con número 534, se paro frente a ella, intentando calmarse, toco la puerta impaciente mente, pero no obtenía respuesta, entonces empezo a gritar,

— Anna sera mejor que abras esta maldita puerta ahora mismo o la tirare de una patada.

Aun no había respuesta.
Mientras tanto los gritos de Agustin, fueron sacando del sueño a Anna, esta se despertó al escucharlo nuevamente, sacudio su cabeza mareada y adolorida. Se encontro en una habitación extraña, y recordo lo sucedido horas atras, miro a su al rededor, y se dio cuenta que no estaba sola, había un hombre a su lado y ese hombre era Rodrigo.

Ella se dio cuenta que los dos estaban en la cama y peor aun estaban desnudos y no se explicaba como había sucedido, solo recordaba la bodega y un tipo inyectandole algo en el brazo.

Agustin seguía como un loco afuera gritando, y ella no sabia que hacer, el ruido también fue despertando a Rodrigo, al ver a Anna a su lado, este preguntó — Anna ¿que pasa? ¿Porque estamos los dos aquí?

— Rodrigo no se que pasa, acaso tu y yo lo hicimos, Agustin esta afuera, y no tardara mucho en entrar, que voy hacer, no se, quien nos hizo esto.

— yo, no lo sé, no recuerdo nada.

Rodrigo se levantó de la cama busco su ropa, la cual estaba esparcida por la habitación, como si se hubiera tratado de una noche loca de pasión, pero lo mas extraño, es que ninguno de los dos recordaba nada ni como habian llegado a ese lugar.

Pero Agustin, tomo todas sus fuerzas y abrio la puerta, entro y vio a su mujer envuelta en una sabana al igual que el hombre al otro lado de la cama. A Agustín lo nublaron los celos, y se abalanzó sobre Rodrigo, empezo a golpearlo.

Anna intento separarlos, pero Agustin estaba tan furioso, que la aventó a un lado, ese hombre parecía un demonio, y la furia que ardía en su interior, estaba saliendo en ese momento.

— Agustin basta, no se que es lo que pasó aquí, por favor detente.

Agustin soltó a Rodrigo y se dirigió a ella — dices que me calme, ah, te escuchas, escuchas lo que le dices, como diablos quieres que reaccione ante esto, te metiste con este hombre, eres de lo peor Anna, jamás creí que fueras, que fueras una mujer tan barata, para revolcarte con cualquiera.

— basta Agustin, es claro que esto es un mal entendido, que no te das cuenta.

Agustin sonrió sarcástica mente — un mal entendido dices, es un mal entendido es encontarte con mi mujer, en el mismo cuarto envueltos en sabanas y la ropa esparcida por toda la habitación, te metiste con mi esposa.

—eso no es así, Agustin tienes que creerme, yo fui puesta aquí y no se como llegue a este lugar.

— creerte dices, tú y yo tenemos que hablar, y tu Rodrigo atente a las consecuencias.

— Agustin, me estas lastimando, sueltame. — Agustin se llevo a Anna, no le importo lo que la chica decía, llegaron al auto y él la avento adentro, se subio y manejo de regreso a casa.

Mientras todo eso pasaba, Lucía sabia que eso era el fin de ese matrimonio, Agustín era un tipo, el cuál odiaba las traiciones, y era mas que obvio que eso no se lo perdonaría por nada.
Ahora si su plan había rendido frutos y por fin iba a deshacerse de Anna.
Cuando agustin y Anna llegaron a casa, él la bajo a jalones del auto.

— Agustin, me estas lastimando, por favor detente.

— Anna como crees que me siento yo ah, tienes idea de lo que siento.

— Agustin, tienes que creerme no se que fue lo que paso dejame explicarte.

— Haber entonces explicame, te escucho.

— hoy recibí una llamada, la cual me dijeron que tenian a Eva y si no iba, la matarían, y no podia avisarle a nadie por que le harian daño, llegue a ese lugar y tenian a Eva amarrada de pies y manos, Agustín tienes que creerme lo que te estoy diciendo. Luego un tipo me inyecto algo en el brazo, y ya no supe nada después, hasta que desperté en ese lugar. Puedes preguntarle a Eva.. Oh no Eva se quedo en ese lugar tengo que ir por ella.

—  quieres que te crea, por que no me dijiste que te verias con Rodrigo hoy acaso son amantes desde hace mucho tiempo.

— basta Agustin, te estas pasando, entre él y yo no ha pasado nada entiendes, nada.

— quieres que te crea, si no paso nada entre ustedes dos por que estaban desnudos.

— ya te dije, que no lo sé, maldición, porque no me escuchas, no se como llegue a ese lugar, no se por que Rodrigo estaba ahí, no entiendo que es lo que esta pasando, Agustin ayudame a buscar a Eva.

Agustin saco su teléfono y le marco a javier. — Agustin por fin te comunicas.

— Eva esta contigo.

— si, esta a mi lado.

Agustin terminó la llamada, ni siquiera le dio tiempo a Javier de decir algo mas.

— Javier dice que Eva esta con él, dime como quieres que te crea.

— dios gracias pudo escapar, Agustín si no me crees ve a hablar con ella, ella te dira lo que paso.

— me crees estupido o que? Eva es tu amiga y haría cualquier cosa para ayudarte.

— Agustin, es la verdad, no tengo por que mentirte, sabes que eres el único hombre en mi vida.

—el único, eso no lo creo, eres una mujer cualquiera Anna, me alegra que por fin, hayas sacado las uñas y me enseñes lo vulgar que eres.

Agustin salio de la casa y dejo a Anna ahí, él se fue y no volteo siquiera a verla, ahora Anna estaba sufriendo, peor aun, Agustin no le creía nada de lo que ella decía.

Acaso mi vida se trata de puras malditas pesadillas, porque me pasa esto a mí que hice para merecer esto, dios ayudame a salir de esta y que marido comprenda que me tendieron una trampa.

Dijo ella con las lágrimas rodando por sus mejillas.

EL CONTRATODonde viven las historias. Descúbrelo ahora