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Capítulo 43

Escrito por: Alendra Mac
Wattpad: AleMacAmor

Me despierto a la mañana siguiente, siento que mi cabeza está por estallar, no es mi dormitorio donde me encuentro, estoy solo en ropa interior y me susto, siento la presencia de alguien más a mi lado, me siento aterrorizada, en una habitación que no es la mía, en ropa íntima, sin recordar nada, me siento despacio a la orilla de la cama y volteo de apoco con los ojos cerrados, maldito alcohol ya me hizo cometer una estupidez, abro un ojo con lentitud.

—¡Gracias al cielo!

Digo al ver la negra melena de Alana detrás de mí, se encuentra sentada al otro extremo de la cama, me dejo caer de espaldas y golpeo la suya con mi cabeza.

—¡Ouch!— se queja por ello —Lárgate a bañar que apestas a alcohol— dice mientras se hidrata la piel.

—No tengo ropa aquí— respondo.

—Somos la misma talla y sabes que puedes usar lo que sea de lo mío— golpea mi frente con la punta de sus dedos.

—No seas boba, eso ha retumbado hasta mi cerebro— digo tomando mi cabeza con ambas manos —Además dudo que hayas traigo algo cómodo, tu siempre andas en tacones y vestidos ajustados. Eso desde que trabajas con Evans.

—Tengo más estilo que tú zorrita— golpea nuevamente mi frente. Mi prima suele ser tan irritante, esta vez deja puntos de crema en ella.

—No lunática, lo que sucede es que yo no ando provocando a mi jefe, tipo que no me gusta, tipo que no me interesa y tipo con él cual no quiero acostarme, ah que tampoco es mi tipo— mi sarcasmo a su máxima expresión.

—Ja ja ja ja— su risa completamente fingida.

Siento como el estomago se me revuelve y quiero vomitar, corro hacia el baño, jamás había pasado por esto como pueden embriagarse si saben que esto les espera al día siguiente. Enseguida me ducho, creo que tardo casi una hora debajo de la regadera, mi dolor de cabeza casi ha desaparecido y mi estómago está más tranquilo, mi cabeza ahora se posa en Gabriel y en que ya no estoy con él, derramo algunas lágrimas antes de salir.

Salgo de la ducha envuelta en una toalla y frotando mi cabello con otra. Siento que mi cuerpo tiembla y el piso poco estable supongo que es parte de la resaca.

Alana arroja hacia  mí un vestido de encaje, lo extiendo, es corto pero francamente hermoso, mi lunática prima siempre ha tenido un gusto excelente en  cuanto a ropa se refiere.

—¿Y lo usaré con tacones?— sonrío al cuestionarla.

—En ese equipaje puedes encontrar unas mini wedge camel, que son hasta el tobillo, ¿algo más?

—Ropa interior que nunca haya sido usada para noche de sexo— sonrío y ella pone sus ojos en blanco.

Alana da algunos pasos hasta quedar frente a al buró —Esto es nuevo puedes quedártelo así como puedes quedarte el vestido— dice sonriendo.

Me visto sin inhibiciones frente a Alana, en tanto ella termina de arreglarse, me maquillo un poco, puesto que pretendo bajar a desayunar, ya sin náuseas me ha dado apetito.

—¿Pretendes matar de deseo a Evans?. Porque si es así con este atuendo lo fulminarás— digo halagando su vestimenta al ver que lucha por subir la cremallera de su vestido.

Lleva un vestido blanco muy corto con escote a ambos lados de la piernas y una mini wedge de color beige que llegan hasta la mitad de la pierna.

—Estamos en la playa, no iría de tacones y vestidos hasta la rodilla o ¿si?— trata de ocultar su intención de provocar al pobre Evans pero la conozco demasiado bien para créele.

—¡Ah, si!, como sea— digo con una sonrisa.

—La reunión es el restaurante, así que después de hablar con Gabriel te quedas aquí para contarme todo.

— No atenderé las llamadas de ese idiota— digo molesta.

—No será necesario que atiendas ninguna llamada— responde.

Alana abre la puerta y veo entrar a Gabriel, mi corazón se acelera como un loco, yo estoy paralizada, su hermosa sonrisa decora su rostro, en verdad me resulta muy difícil no lanzarme a sus brazos y llenarlo de besos, esta tan hermoso como siempre. Me mantengo como una roca, sólo lo veo sin expresión alguna.

—En el buró del lado derecho, en la primera gaveta hay condones, por favor úsenlos, no quiero sobrinos, soy muy joven para ello— dice Alana antes de cerrar la puerta.

Aunque quiero sonreír por su comentario me mantengo seria y Gabriel no despega su mirada de mí, camina y me abraza, yo se lo permito pero no le correspondo, cierro mis ojos e inhalo profundo para inundar mis sentidos con su delicioso aroma, mi piel se eriza al sentir su respiración en mi cuello. Después de unos segundos me escapo de sus brazos y me alejo de él.

—No debiste venir, tu presencia no solucionará nada— digo con mi mirada puesta en sus ojos.

—No voy a perderte mi amor, no volveré a Nueva York si tú no vuelves conmigo.

Al escucharlo agrando los ojos, como que no volverá sin mí, eso me llena de alegría al escucharlo pero necesito y merezco explicaciones.

—¿Si?, como quieras pero aunque te quedes tú y yo ya no estamos juntos.

—Estas hermosa, mi amor eres la chica más hermosa del universo— me toma del rostro con ambas manos y me besa.

Siento sus cálidos labios moviéndose sobre los míos, muero por corresponder pero me contengo, aún así no me aparto, extrañaba su dulce sabor, no soporto mas y muevo los míos a su ritmo, baja una de sus manos a mi cintura mientras con la otra sostiene la parte trasera de mi cuello, coloco mis manos al rededor de su cuello y él me ajusta a su cuerpo, intensificamos nuestro beso.

—Cásate conmigo— dice mientras sus labios bajan a mi cuello para besarlos.

—¡Detente!— trato de apartarlo.

Pienso por un momento que lo nuestro siempre concluye en sexo, y no debería de ser así. Él ignora mi petición, baja sus manos a mis piernas para acariciarme, si no lo alejo ahora mismo de mí terminaremos en la cama como siempre.

—¡Basta Gabriel!— digo molesta y lo empujó con fuerza para apartarlo de mí
—¿A esto has venido?, ¿por sexo?.

Gabriel cierra los ojos y me doy cuenta que está molesto.

—¿Qué más quieres que haga para demostrarte que te amo?, te dije que no volveré a Nueva York sin ti, te he pedido que te cases conmigo, ¿crees que si tuviese algo con Allison hubiese viajado como un maldito desesperado hasta aquí para no perderte?. ¿Qué hago Artemisa, dime que debo hacer?

—Vienes como un  desesperado solo para llevarme a la cama, eso no es amor Gabriel, es puro maldito deseo— digo molesta.

Soy una estúpida como si yo no lo deseara con la misma maldita pasión que el muestra cuando me besa.

—¡Joder Artemisa!, ¿qué hay de malo que desee como un loco a la mujer que amo?. ¿Cómo crees que se hacen los niños en un matrimonio, conversando a caso?, y dime, ¿las personas sólo se casan para tener sexo?, con el amor está inmerso el deseo y el placer de estar con quien amas, ¿qué hay de malo en ello Artemisa?, ¿por qué me crees un maldito adicto al sexo?, tú eres mi adicción mi amor... so-lo tú.

—¿Crees que con tus palabrerías vas a convencerme que esa estúpida y tú no han tenido nada?— digo molesta recordando la desagradable voz de Allison.

—Es una lástima que no creas en mí, si has decidido ya no confiar entonces estoy perdiendo el tiempo, ya no sé qué hacer para que me creas Artemisa— su voz denota tristeza.

No puedo estar sin él pero me molesta demasiado el hecho que haya tenido tan cerca a la estúpida flacucha esa y que me lo haya ocultado. Gabriel se da vuelta y sale de la habitación, quisiera ir tras él pero es lo que siempre hago y hoy no pretendo seguir su juego donde siempre el indignado es él.

MI IMPERFECTA VIDA AMOROSA  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora