Capítulo 3

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Bulma.


El sonido del aparato que toma los latidos del corazón es el único sonido que se escucha.

Me duele ver a Yamcha en este estado, acostado en la cama blanca conectado a los aparatos, a pesar de que está entrenado para combatir al enemigo no fue rival para su oponente, esos hombres tienen un poder sobrenatural, una lágrima resbala por mi mejilla sin poder contenerla.

—Por favor despierta —le ruego en un susurro tirándome sobre su pecho, un carraspeo me saca de mis pensamientos.

Volteo encontrándome con la cara seria de Piccolo, rápido me levanto limpiándome las lágrimas dirigiéndole un saludo militar.

—Basta de formalidades, Bulma —responde tranquilo— vine como un amigo, no como tu coronel —sus palabra me alivian, no podía fingir tanto tiempo la formalidad.

Corro a sus brazos como niña chiquita abrazándolo y haciendo un mar de llanto, se remueve incómodo, Piccolo no es de muchas muestras de afecto que digamos, podría decirse que hasta le producen asco, pero no me importa, solo quiero que alguien me mime en mi dolor.

—Todo va a estar bien —me consuela dándome unas palmaditas en la espalda— Yamcha es un guerrero fuerte, no tienes de qué preocuparte.

—Ahh —un jadeo se escucha, ambos volteamos a ver a Yamcha que se remueve incómodo.

—¡Yamcha! —grito emocionada llegando a su lugar— ¡Despertaste!

Dirige su mano a su cabeza sosteniéndola, sigue jadeando de dolor, lentamente abre sus ojos.

—¿Qué ha pasado? —pregunta  asustado.

Limpio mis lágrimas y le sonrío, estoy tan feliz.

—En el enfrentamiento que tuvieron con los Sayayin saliste lesionado —respondo tranquila.

—Pensé que no ibas a despertar bello durmiente —dice Piccolo sarcástico— llevas dos días inconsciente —la mirada de Yamcha se dirige a Piccolo.

—Lo lamento, señor, prometo entrenar más para poder llegar a su nivel —le responde decidido.

En la milicia se respetan los rangos estés donde estés y Piccolo es unos rangos más alto que nosotros y debemos de tenerle el debido respeto.

El máximo jerarca es el ministro, después el viceministro, el general, el coronel, el capitán, los tenientes, los sargentos y los oficiales.

—Déjate de tonterías —le responde Piccolo— ahora preocúpate por recuperarte lo más rápido posible.

Un teléfono comienza a sonar, Piccolo mete su mano en su bolsillo sacando el aparato contestando.

—Ministro —responde— ¿Qué? ¿Entonces ya es un hecho de que la nueva droga ya está en el mercado? —sus facciones se tornan molestas— Okey, muchas gracias Ministro Hit.

—¿E…era el Ministro? —titubeo.

—Sí —responde serio— el nacimiento de la nueva droga ya es un hecho, muchos le llaman el oro azul pero su nombre oficial es la DX (de equis), es una droga muy adictiva, se usa usualmente en las prostitutas para tenerlas controladas.

—¿Quién la lanzó al mercado? —le pregunta Yamcha ya recargado sobre las almohadas.

—La mafia Japonesa, se cree que tienen científicos rusos, americanos y japoneses trabajando para ellos —responde frustrado agarrándose el puente de la nariz y suspirando.

—Ya mismo me pongo a trabajar en eso —le respondo levantándome.

—Bulma… —me llama Piccolo pero es interrumpido nuevamente por su teléfono— iré a contestar afuera —dice y sale de la habitación.

Volteo a ver a Yamcha, una enfermera entra dejando la bandeja de comida sobre sus piernas y él se ve cómodamente viéndola de pies a cabeza, ruedo los ojos.

—Provecho —le dice amistosa la enfermera.

—Muchas gracias, bonita —le responde él sonriéndole demás, viéndole el escote y el trasero cuando se voltea.

Le doy un golpe en el hombro y la enfermera sale casi corriendo.

—Tranquilízate, Bulma —me responde a la defensiva sobándose el hombro.

—Siempre es lo mismo contigo —contesto enojada y salgo de ahí.

Yamcha es un mujeriego al cien por ciento, creí que sería el típico cliché de que enamoraría al fuckboy pero al parecer no es así, siempre que tiene la oportunidad de coquetearle a una chica no la desaprovecha, ¡incluso en mi cara!



***



Las semanas pasan, todo vuelve a la normalidad, pero en el Parlamento Bicameral todo es un caos, la nueva droga es un éxito en el mercado, la he estudiado con mi padre día y noche pero aún no desciframos que elementos químicos componen la DX, las ojeras en mi rostro demuestran la falta de sueño.

Mi relación con Yamcha es otra historia, se ha recuperado del todo pero no deja de ser un patán, me rompe el corazón cada que pasa un chica a su lado y él no tarda en mirarla, me hace sentir que no valgo nada.

Nila chasquea los dedos en mi cara sacándome de mis pensamientos.

—Perdón, ¿qué decías? —pregunto y bebo de mi malteada.

—¿Dónde estas, Bulma? —pregunta molesta— llevo todo el día platicando sobre mi pato aventura con mi profesor de aeronáutica —contesta la castaña.

Nila ha sido mi amiga y confidente desde que tengo memoria, ambas estudiamos cosas diferentes, pertenecemos a la milicia pero ella más bien es un piloto de combate, forma parte de la fuerza aérea japonesa, esta en su último año de prácticas así que viaja mucho y casi no nos vemos pero esta al tanto de mi vida como yo de la suya.

—Lo siento —me disculpo avergonzada.

Seguimos en la plática, creo que se está enamorando de su profesor aunque ella no lo quiera admitir, pero es un amor imposible por que él está casado.

《¡Patrañas!》

Le cuento todo sobre Yamcha y me dice que soy una tonta por dejar que me trate como basura, sinceramente ya no sé qué hacer con mi vida amorosa, siento que es más falsa que Los Reyes Magos.

Salimos de la cafetería que se encuentra en el centro de la capital, esperamos a que el semáforo se ponga en verde para poder cruzar la calle, pero una camioneta se nos atraviesa en el camino.

Dos hombres altos y corpulentos salen de está encapuchados y sé lo que significa.

《Moriré》

Uno se me viene encima y el otro sobre mi amiga, tenemos entrenamiento especializado en artes marciales, trato de defenderme como puedo, la gente solo se asusta pero no hacen nada.

Mi amiga inmoviliza al sujeto que la sostiene, mi cuello se ve envuelto por un brazo peludo asfixiándome, trato de arañarlo pero todo es en vano, hasta que me llegan las palabras que Krilin siempre me repite.

《Si quieres inmovilizar a un hombre dale una patada en los huevos》

Sin pensarlo dos veces levanto la rodilla para impulsarla patentado hacia atrás, un golpe certero, me suelta y cae de rodillas sosteniendo su pipi, me sobo la garganta, el aire llega a mis pulmones y es como un alivio.

—¡Corre, Bulma! —grita Nila sosteniendo mi antebrazo, rápido reacciono y salgo disparada de ahí junto a la castaña.


***


El viento hace que mi cabello se mueva contra él, el caballo relincha y salta sobre un tronco. Mi caballo Kabardin blanco traído desde Rusia es mi mayor tesoro, mi padre me lo regaló cuando tenía quince, hace tres años y realmente es un hermoso semental.

Le puse el mismo nombre de su raza: Kabardin.

La equitación me relaja demasiado, estoy al borde del estrés por el trabajo, todo el equipo élite está día y noche investigando donde se encuentra el Príncipe Vegeta, ya que él es el protagonista de todo este desastre, nunca se le ha visto en persona ni en fotografías, hay unas cuantas pero no son de buena calidad y sin ninguna evidencia facial no podemos hacer mucho para encontrarlo.

《Esto es una pesadilla》

Sigo cabalgando por el bosque, lo que me paso el fin de semana me tiene alterada, tuve suerte de poder salir huyendo pero sé que la próxima no será igual, solo queda esperar y que pase lo que tenga que pasar.


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Holaaaa, espero que les haya gustado el capítulo, acá abajo dejo una imagen de la jerarquía policiaca y quienes ocupan dicho cargo, es para entender un poco más sobre los Guerreros Z.

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𝑳𝒂 𝑴𝒂𝒇𝒊𝒂 𝑱𝒂𝒑𝒐𝒏𝒆𝒔𝒂 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora