Capítulo 25

569 60 14
                                    


Vegeta.

He mandado a casar a los maldito Guerreros Z, la mayoría corrió con suerte y saltó al precipicio donde una lancha los acogió.

—¿Dónde está Bulma? —pregunto y siento como entierran la aguja en mi pecho.

Ya han sacado la bala y ahora me están dando unos puntos.

—Al otro lado de la Isla —responde Gine, la esposa de Bardock— está a salvo en la torre.

—Tráiganla —ordeno.

—Rey, no creo que sea lo más seguro…

—¡He dicho que la traigan! —me levanto de inmediato del trono— ¡la quiero ya!

Sentencio antes de salir, el Palacio recibió muchos daños colaterales pero aún así esta de pie.

Esto es una mierda ¿cómo rayos se enteraron de la ubicación?

Camino a paso decidido con el torso desnudo por los pasillos del Palacio hasta llegar a los calabozos.

《Tengo que sacar la furia que merma mi sangre》

Me meto en la cloacas donde están los futuros Ejecutores, son entrenados desde pequeños para ser unos asesinos a sangre fría, la mayoría están listos desde los doce a quince años de edad.

Reviso que todo este bien y que cada quien cumpla sus tareas, la sangre de los animales corre por el lugar, me acerco a una jaula donde meten a un niño de no más de ocho años, se abre una puerta donde entra un dóberaman agresivo y se le echa encima al niño, le jalonea el pantalón pero el pequeño no se acobardada, disfruta del momento enterrándole un pequeño cuchillo que le perfora el ojo enterrándolo hasta más no poder.

Aún recuerdo cuando mi padre estableció las reglas de entrenamiento para los Sayayin, desde la clase baja hasta lo mejor de lo mejor, mi entrenamiento empezó desde que nací, sumergiéndome en cámaras acuáticas mejorando mi fuerza física, a la edad de cinco años era todo un genio en combate y mi fuerza iba más allá de lo esperado, nací para gobernar.

Paso de largo encontrándome con Nila y Krilin que están amarrados, dieciocho se ve algo angustiada y no sé porque.

—¡¿Dónde tienes el maldito rastreador?! —pregunta duramente Nappa a la castaña.

—¡Qué no tenemos rastreadores! —le responde con lagrimas en los ojos— mira, esos solo los poseen los Guerreros Z y yo claramente no soy uno de ellos.

—¿Entonces lo tiene el calvo! —se acerca al enano golpeándolo— ¡habla maldito bastardo!

—Yo se lo quité cuando lo reclutados como Ejecutor —responde la rubia— así que aléjate.

Nappa la ve de mala mirada pero obedece.

—Es algo absurdo, su único objetivo era Bulma —habla la rubia— alguien tuvo que decirles la ubicación y que ella sería la próxima Dama de la Mafia.

—¿Por qué tendrían que saber eso que saber eso para venir a rescatarlaq? —pregunta Nappa.

—El ejército pierde hombres en combate día a día, no arriesgarían a su equipo élite para salvar a una simple sargento —razona dieciocho.

—Averigüen quién está detrás de este incidente —ordeno.

Sea quien sea que lo haya planeado se las verá conmigo.

Raditz entra junto con varios hombres que portan el traje de los Guerreros Z, preparo los cuchillos dispuesto a sacar información de la peor forma posible, de mi nadie se burla.

𝑳𝒂 𝑴𝒂𝒇𝒊𝒂 𝑱𝒂𝒑𝒐𝒏𝒆𝒔𝒂 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora