Capítulo 15

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Bulma.

Creí que saldríamos de la isla pero hay una pequeña ciudad aquí

《La isla es más grande de lo que pensé. Debo de idear otro plan》

—Iré al baño —le aviso al pelinegro que se ve más que fastidiado.

《Bien, Bulma, piensa como vamos a salir de aquí》

Entro al baño y cierro de tras de mi, tengo que pedir ayuda a alguien, en el fondo del baño hay una pequeña ventana, me escabullo silenciosamente, también soy pequeña, cabré a la perfección, saco mi brazo y mi pierna izquierda para después salir completamente dejándome caer en el pasto que no es tan suave como pasan en las películas.

Me sacudo rápido el vestido y corro lo más rápido que puedo, volteo un momento para atrás pero mi cuerpo choca con el de alguien más.

—Lo… lo siento —me disculpo con la persona— ¿usted es oficial? —pregunto al ver su uniforme y asiente confundido— por favor ayúdame —lo sacudo de los brazos— me han secuestrado y necesito su ayuda.

—Tranquila niña —dice desconcertado— dime que es lo que pasa.

—Es que hay…hay un hombre que…

—¡Ey! —escucho como la voz de Nappa me interrumpe.

—¡Él es uno de ellos! —lo señalo escondiéndome atrás del oficial.

Veo como llega el príncipe de las tinieblas junto con el pelilargo.

—¡Son ellos! —le vuelvo a decir al oficial.

—Príncipe Vegeta —lo nombra el oficial von un hilo de voz haciendo un reverencia.

《No me digan que…》

—¿Todo bien, señor? —vuelve a decir.

—Tienes algo que es mío —dice simple.

El oficial rápido me aleja de él como si fuera un bicho raro. Lo miro mal.

《Maldito traicionero》

—Disculpe —dice y se marcha.

—¿Acaso todos aquí te obedecen? —le pregunto irónica.

—Sí y tú también me obedecerás —afirma— andando que no tengo todo el día.

Camina con elegancia. Al ver que no me muevo de mi lugar sus dos gorilas me toman de los brazos cargándome.

—¡Bájenme! —espeto enojada pero me dan la ignorada del año.

Cansada de patalear dejo que me lleven cargando hasta una boutique, todas las personas nos ven pero guardan su debida distancia.

Me dejan en el piso y la tienda queda abandonada por completo, solo se quedan los que atienden.

—Escoge lo que quieras pero muévete —dice el peliflama y se sienta en un sillón blanco.

—Bien.

Okey, debo decir que ir de compras siempre me ha fascinado y este día no será la excepción.

Me pruebo todo tipo de ropa: vestidos, faldas, blusas, shorts, pantalones, zapatos. Y lo modelo en los espejos que están cerca del pelinegro.

Me doy cuenta de que siempre que salgo del probador su mirada me recorre de pies a cabeza, puedo ver su deseo por mi.

《Tengo que usar eso a mi favor si quiero salir de aquí》

—¿Qué tal me queda este? —pregunto coqueta paseando mis manos por el vestido plateado que apenas y me cubre el trasero.

𝑳𝒂 𝑴𝒂𝒇𝒊𝒂 𝑱𝒂𝒑𝒐𝒏𝒆𝒔𝒂 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora