Capítulo 16

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Vegeta.

—¡Respóndeme! —ordena Cherry clavando un cuchillo en el pecho del hombre que cae al suelo.

Desde la desaparición de la hija del General Brief toda la organización policiaca está poniendo más seguridad y está mandando escuadrones a investigar en todo el país.

Capturamos a todo un escuadrón que rondaban en la isla vecina, no solo la seguridad se reforzó por el secuestro de Bulma sino que también por el programa antidrogas.

—Sabemos que ustedes lo robaron ¡¿Dónde esta?! —pregunta la pelinegra fuera de sus casillas.

Ver a Cherry en esta situación me pone. Me gusta ver como tortura a los demás.

Voltea a verme sé que igual está excitada, se acerca a besarme la boca y coloca descaradamente su pana en mi erección.

—Hay que arreglar esto —susurra sobre mis labios —asiento y ahora yo la beso.


***

Nos malditos militares si que saben guardar secretos, sigo frotando mis manos contra el jabón para quitarme la sangre.

Hay algo que no me cuadra ¿porqué se doblaron la seguridad? Todos los años secuestran a personas importantes del gobierno y nunca hacen esto.

《Algo ocultan. Lo averiguaré》

Cansado por el entrenamiento de hoy me dirijo a mi alcoba, veo un tazón grande de chocolate que va por la mitad tirado en el suelo junto con envolturas de otras golosinas.

《Esa mocosa》

Abro la puerta del jacuzzi y entro en el encendiéndolo.

Me relajo cuando de pronto la puerta se abre y aparece la peliazul con un albornoz negro caminando directamente en mi dirección.

Con una mirada desafiante, se acerca al jacuzzi, se desanuda el albornoz y lo deja caer al suelo.

Sin moverme, paseo la vista por el cuerpo de ella, la boca se me seca.

Sus pechos son exquisitos. Las areolas se contraen ante mi mirada y los pezones se le han puesto duros.

Es excesivamente tentadora. Paseo la mirada por su cuerpo clavándola en su cuidado y depilado monte de Venus. Deseo tocarlo, lamerlo y chuparlo.

Coge uno de los preservativos que hay en el mesón y me lo arroja.

—Póntelo. No digas nada y hagámoslo.

No cojo el preservativo ¿me está dando órdenes?

Con lujuria, sonrio.

—¿Y si ahora no me viene bien?

Cambia el peso de pie y añade con los brazos en jarras.

—¡Ponte el jodido preservativo ya!

—No… no… no… A mí las órdenes no me van, pequeña. Además, estoy esperando a alguien.

—Creo que tu acompañante tardará un poquito en llegar —dice divertida.

Asombrado por sus palabras, la interrogo frunciendo el cejo.

—¿Qué has hecho con Cherry?

—Yo nada. Sólo sé que tardará —responde simple

Sonrío ante su gesto travieso.

《Bien, juguemos tu juego》

Tomo el preservativo que flota en el agua y me pongo de pie tomando mi polla con la mano.

𝑳𝒂 𝑴𝒂𝒇𝒊𝒂 𝑱𝒂𝒑𝒐𝒏𝒆𝒔𝒂 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora