𝑳𝒂 𝑴𝒂𝒇𝒊𝒂 𝑱𝒂𝒑𝒐𝒏𝒆𝒔𝒂 ✔

Capítulo 18

Mi mano izquierda pesa debido al anillo de compromiso, tiene dos bandas de oro entrelazadas con diminutos diamantes blancos incrustados, los cuales envuelven el diamante central. La piedra más grande es una esmeralda. La joya es muy hermosa.

La manera de entregarme la sortija no fue de las mejores, siempre soñé con algo romántico y que sería con Yamcha pero el destino me da una bofetada burlándose de mí.

—Es apresurado.

—No perderé mi tiempo en nimiedades, llévalo siempre —señala el anillo— contrataré a una organizadora de bodas, ella se encargará de todo, no tienes que hacer nada, le pasaré una lista de los invitados.

—¡Uy! ¡que romántico —digo con ironía.

—Aquí nadie está hablando de amor, sácate esa basura de la cabeza.

Con el cubierto comienzo a jugar con mi comida.

《Soy su esclava》

—¿Quiénes vendrán?

—Personas importantes y con poder —responde mientras come elegantemente.

—¿No vendrá mi familia? —pregunto con un hilo de voz.

—Sí, podríamos poner una mesa para tus amigos agentes —la ironía es absoluta.

—¿Al menos puedo invitar a mi mejor amiga?

—Si te portas bien lo tendré en cuenta, ahora come —dice firme dando por concluida nuestra conversación.

***

Corro lo más rápido que puedo, la máquina registra mi velocidad, es la única manera de despejar mi mente de lo que es mi vida actualmente,  soy una completa prisionera del Príncipe de la Mafia.

Krilin ha sido reclutado como uno más de los peones, lo están entrenando para ser un Ejecutor trate de ayudarlo pero aquí el que manda es él.

Dejo de correr dejando que mi pecho se llene de oxígeno.

Unos gritos desgarradores se escuchan, corro siguiendo los gritos, uno guardias esperan en la puerta impidiéndome entrar.

—Regrese a su alcoba, Princesa —dice uno— no tiene permitido esta ala del Palacio.

—¿Qué esta pasando detrás de las puertas? —pregunto.

—No puedo decirle —responde— Cat la llevará —le hace una con la cabeza a la chica.

—Sígame por favor —obedezco.

Volteo cuando un tercer grito desgarrador se escucha.

《Están torturando a personas, estoy segura》

Caminamos hasta la última torre donde está mi alcoba.

—Si necesita algo dígale a cualquiera de sus sirvientes —dice haciendo una reverencia para después irse.

Me  asomo por la terraza, aquí nunca nadie descansa, los guerreros siempre están vigilando o entrenando, los botes llegan cada dos días, traen mercancía.

《Podríamos subirnos a uno y escapar》

—Señora —doy un pequeño salto de susto, volteo encontrándome a Pink— traigo su almuerzo, el señor no podrá acompañarla —deja la bandeja con comida en la mesa que se encuentra en la terraza— provecho.

Se va dejándome sola en mi jaula de oro, las emociones tristes me invaden, odio sentirme así, debo ser fuerte si quiero salir de aquí.

Trato de visualizar los movimientos que hacen al transferir la mercancía.

Vegeta es un maldito genocida sin escrúpulos, en cualquier momento puede ordenar matarme si lo desobedezco, pero no puedo estar encerrada aquí para siempre.

Salgo de la habitación después de comer, aquí o eres fuerte o mueres y no quiero morir.

***

—Señora, la están esperando en el jardín —avisa Pink— es la organizadora de bodas.

Apenas han pasado dos días desde la propuesta de matrimonio.

Salgo al jardín lateral donde hay un pequeño laberinto de arbustos.

—Señora Vegeta —saluda alegre dándome dos besos— me llamo Post y seré la organizadora ¿por dónde quiere empezar? Ya tengo una lista de la comida y bebidas, también varios diseños de las invitaciones y decoración, usted solo pida y lo tendrá —comenta con una radiante sonrisa.

Post es muy linda y esbelta, su cabellera castaña casi rubia le brilla, la típica mujer que viste a la moda. Me agrada.

—Solo dilo —dice esperando ansiosa mi respuesta.

Una idea cruza por mi mente, le regalo una sonrisa traviesa.

《Tengo un plan》

***

En las siguientes horas la pasamos haciendo de todo desde los diferentes platos de comida a servir hasta las bebidas. Champagne Moët & Chandon Brut Imperial. Estoy gastando dinero, desperdiciándolo. Quiero hacerlo rabiar, nada funcionó, cambien mi táctica un poco. Lencerías, la mejor de Victoria’ Secret, estoy en una maldita isla, tengo de disfrutar del mar, compro bikinis, y todo lo necesarios para un día en La Playa pero de lo más caro. Gasto una fortuna en ropa y nada de eso es suficiente.

Hice unas cuantas llamadas para traer a la diseñadora de vestidos de bodas más prestigiosa del mundo desde Francia, su vuelvo llegará mañana.

Llego cansada a mi alcoba dejándome caer en la enorme cama.

***

Tengo puesto un vestido de dos millones de dólares, tengo a Mira Marshall frente a mi más que contenta. Sonrío cuando veo su nombre en la pantalla del celular.

—Hola, querido —respondo.

—¿Te diviertes, pequeña? —me sorprende su estado de ánimo, creí que estaría más que furioso por gastar una fortuna en tonterías.

—Mmm, algo —respondo viendo mi reflejo en el espejo.

—Has pasado el límite de la tarjeta ¿sabías?

—Mi prometido es millonario, no creo que haya un inconveniente.

—Billonario —corrige— añade unas joyas Tiffany —responde— quiero que lo más lujoso y caro adorne tu hermoso cuerpo —responde y cuelga.

《¿Qué sentido tiene ir en su contra? Claramente el dinero no es un problema para él 》

Ya no es divertido gastar dinero si tengo su permiso ¡Maldito! Me subo en otro coche diferente al de Marshall.

—Llévame con el Príncipe —exijo.

—El Príncipe Vegeta está ocupado, sus ordenes fueron llevarla directamente al Palacio —responde pacifico.

—Y mi orden es, llévame con él. No quiero molestar a mi futuro esposo, perdería el nervio ¿verdad? Una llamada mía no sería de su agrado, menos llorando por que mi chófer no cumple mis ordenes.

—Señora…

—Y no lo pongas sobre aviso, quiero darle una sorpresa.

El Príncipe Vegeta es mi dueño, quiere convertirme en Princesa, bien, le daré una, endureceré mi caparazón. No más lamentaciones, es hora de ponerme mi corona y gobernar a Vegeta.