Capítulo 7

705 65 17
                                    


Bulma.

—¡¿Qué?! ¡¿Cómo que te acostaste con él?! —pregunta Nila llena de pánico caminando de un lado a otro en la sala.

—Solo… paso —le respondo cabizbaja sentada en el sofá.

—No lo puedo creer, nunca debí de haberte convencido para que le hablaras —se reprocha a si misma— regla de oro: nunca te acuestes con un chico que acabas de conocer —me mira fijamente regañándome como si de mi madre se tratara.

—Yo…

—¡Ey! —soy interrumpida por una voz masculina.

Volteo encontrándome con un tipo recién bañado y vestido, camina hacia mí amiga y la besa, que digo la besa ¡se la está tragando!

Es guapo el hombre, como veinte años ha de tener. ¿De dónde salió?

—¿Te veo después? —le pregunta el rubio.

—Claro —le responde falsamente la castaña.

El chico se echa a andar a la entrada pero gira con el entrecejo fruncido.

—Por cierto ¿cuál es tu nombre? —le pregunta.

—Nila —responde simple Nila.

—Oh, cierto, lo siento lo olvidé, con eso de que estuvimos ocupados toda la noche —responde el chico sonriéndole de manera pervertida, incomodándome.

A Nila no parece molestarle porque se acerca a la puerta y antes de cerrarla le da una nalgada al rubio junto con una sonrisa.

—¿Okey? ¿Qué fue eso? —le pregunto— ¿dónde dejaste la regla de oro? —le reprocho ahora yo a ella cruzándome de brazos.

—Puf ¿eso? —pregunta haciéndose la mensa— no es nada —hace un movimiento con la mano restándole importancia— mejor cuéntame —se sienta a mi lado tomando un cojín entre sus manos— ¿cómo te fue? Se veía muy mono el tipo ese.

Sus ojos no dejan de verme y sé que ya hay un fuerte rubor en mis mejillas, intento desviar la mirada pero Nila me toma de la mandíbula impidiéndolo.

—De acuerdo… —tomo una bocanada de aire nerviosa— … estuvo… bien.

—¿Bien? —pregunta incrédula— me acosté con este chico anoche y fue un completo asco, así que quiero detalles de toooodo lo que hiciste, para despejar mi mente de una vez por todas —responde sin rodeos.

—No lo sé, Nila, me es vergonzoso hablar de eso —me rasco la nuca.

—¡Vamos! Somos mejores amigas, yo siempre lo hago —responde— ¡anda! —me ruega haciendo un puchero.

—Bueno —acepto— creo que descubrí lo que es un orgasmo de verdad —respondo avergonzada jugando con mis dedos— de verdad que nunca en mi vida había experimentado tanto calor, lujuria y deseo en una misma noche, simplemente fue sensacional. ¡Ni siquiera había dado un paso en la habitación cuando me empotro contra la puerta! —Nila abre los ojos de par en par sorprendida— no sé qué me pasó, pero después de eso yo tomé la iniciativa ¡yo! —me cubro el rostro llena de vergüenza— tuvimos sexo oral —le respondo en un susurro.

𝑳𝒂 𝑴𝒂𝒇𝒊𝒂 𝑱𝒂𝒑𝒐𝒏𝒆𝒔𝒂 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora