Capítulo 31

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Contiene escenas fuertes y subidas de tono, no quiero que nadie se sienta ofendido, se pide la mayor discreción posible.
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Bulma.


—¿Qué haces? —le pregunto a Vegeta mientras camino hacia él.

—Estoy trabajando —responde sin quitarle la mirada a los papeles que tiene en la mano.

—Eso ya lo sé, tontito —suelto una pequeña risita, me poso atrás de él y comienzo a masajearle los hombros— pero que clase de trabajo.

—Unos contratos con la ciudad de Nueva York y San Francisco.

—¿Les proveerás drogas? —me mofo.

—Me han pedido un hotel en esas ciudades, estoy viendo que todo este bien en los estándares económicos

Lo veo y es imposible no pensar lo jodidamente sexy que se ve cuando se concentra en algo.

—Las organizaciones policiacas no tienen fotos tuyas, y sin embargo en el mundo te conocen por ser un hombre de negocios —asiente— entonces ¿Por qué no tener una vida normal? Como cualquier otra persona —no dice nada— ¿te imaginas? Tu y yo, viviendo una vida en paz lejos de aquí —insisto.

—Déjate de tonterías, Bulma —me regaña— no pienso dejar esto.

—No te estoy diciendo que lo dejes, simplemente que lo manejes desde fuera, ya me estoy haciendo a la idea de que siempre voy a vivir entre la Mafia…

—Si no tienes algo coherente que decir mejor vete —me corta— estoy demasiado ocupado y estresado. 18 aún no encuentra a Cooler y eso me enfurece.

—Vege…

—¡Estoy trabajando! —voltea a verme totalmente furioso haciendo que retroceda— ¡deja de estar jodiendo!

Mis ojos se cristalizan, retrocedo aún más, la barbilla me tiembla por el miedo que me invadió unos pocos segundos.

¿Qué estaba pensando al preguntar tal cosa? Él nunca va a cambiar, me limpio la lágrima que resbala de mi mejilla y salgo de su oficina lo más rápido posible.

Es insoportable, odio sentirme impotente ante él, ¿así será siempre mi vida? ¿quiero vivir así?

***

Camino agarrada del brazo de Vegeta, Frezeer y Jiren nos siguen caminando atrás de nosotros, estamos en la parte trasera de la mansión, lugar que nunca había explotado.

Entramos a un enorme salón lleno de personas, me imagino que son cabecillas de grupos criminales. En el fondo del salón, una orquesta interpreta una media baja.

Hombres vestidos de traje, mujeres con vestidos de seda, se pasean de un lado a otro mientras se divierten con juegos, todos beben y disfrutan de la noche.

Vegeta habla con varios hombres mientras yo me mantengo a su lado.

Hoy llegaron muchos soldados que en mi vida había visto, escoltaban a muchas personas por los sótanos, me pareció muy extraño, aún me pregunto que esta sucediendo.

Tomo una copa de champagne que me da el mesero, me siento sofocada con tanta gente.

—¿Por qué no pasamos al salón privado? —propone el hombre con el que Vegeta ha hablado por más de diez minutos,  me dirige una mirada rápida— tu esposa puede esperar con las demás.

𝑳𝒂 𝑴𝒂𝒇𝒊𝒂 𝑱𝒂𝒑𝒐𝒏𝒆𝒔𝒂 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora