𝑳𝒂 𝑴𝒂𝒇𝒊𝒂 𝑱𝒂𝒑𝒐𝒏𝒆𝒔𝒂 ✔

Capítulo 21

Bulma.

Sirven más jugo de toronja en mi vaso mientras corto un pedazo de carne y lo llevo a mi boca.

Los empleados están distribuidos en el enorme salón y a pesar de que son varios no logro sacar esta sensación de Soledad de mi pecho.

Una oleada de tensión me golpea, miro a todos lados y los sirvientes están con la cabeza inclinada avisándome una sola cosa.

《Él está aquí》

Dirijo mi vista a un solo punto encontrándome con sus ojos fríos y calculadores, les lanza una mirada dura a los empleados que salen más rápido que flash, camina directo a mí.

Su cabello esta mojado por una reciente ducha, gotas de agua le resbalan por el cuello haciéndolo lucir tremendamente sexy.

《¿Cómo alguien puede envidiar tanto unas gotas de agua como yo?》

-Estas en mi lugar -dice refiriéndose a la silla que encabeza el comedor.

-Es mío por hoy -respondo bañando una fresa con chocolate, le doy un mordisco seductoramente- ¿gustas? -pregunto coqueta al ver cómo traga saliva.

-Lo dejaré pasar por hoy -toma asiento a mi lado.

Una mucama entra y deja su bandeja de comida frente a él para después marcharse.

-¿Tienes planes para hoy? -pregunta untando mantequilla en su pan.

-Sí -respondo ironía- últimamente mi pasatiempo favorito es estar aquí encerrada.

-Bien porque ya ordené que te alistaran ropa, nos marchamos en dos horas -sentencia.

-¿Y eso? -coloco la palma de mi mano en su pecho- ¿acaso mi prometido quiere ser cariñoso conmigo? -paso mi mano por su torso acariciándolo.

Bajo un poco más mi mano con a intensión de tocar su entrepierna pero me detiene.

-No hagas eso -dice firme mirándome a los ojos.

-¿O qué? -lo reto.

-Te tomaré, aquí mismo, sobre la mesa -dice poniendo mi piel de gallina.

-No eres capaz -levanto la ceja retándolo.

Me toma rápido del antebrazo levantándose y levantándome. Choco contra su fuerte torso.

-Ya verás -dice tumbándome en la mesa.

Separa mis piernas subiendo mi vestido, sus manos recorriendo mis muslos me pone jadeante.

-No las necesitas -dice antes de romper mis pequeñas bragas- te comeré completa, te gustará tanto que gritaras por más.

Sus palabras me ponen caliente y deseosa, amo que me diga con presión lo que me hará antes de hacérmelo, es como tener una muestra gratis del pastel.

-Ah -suelto un pequeño gemido cuando su respiración choca contra mi monte de venus.

Su lengua cálida y rígida me recorre desde mi centro hasta mi monte poniéndome a jadear.

La idea de que cualquiera que cruce aquellas puertas y pueda vernos me pone más excitada y caliente.

Mis gemidos son apaciguados por su enorme mano que cubre mi boca.

Su dedos separan mis labios mientras que su boca sigue ese increíble trabajo intensificando los espasmos de placer que me recorren todo el cuerpo.

Pongo mi mano en su nuca para que acelere los movimientos al mismo tiempo en que muevo mi cadera contra él.

Una deliciosa presión se instala en mi vientre, en cualquier momento me voy a correr, trato de decirle pero su mano me lo impide.