Capítulo 19

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Maratón
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Contiene escenas fuertes y subidas de tono, no quiero que nadie se sienta ofendido, se pide la mayor discreción posible.
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Vegeta.

—Por favor no…. ¡piedad! —pide la mujer que es detenida por mi hombres.

—Esto será más divertido, te mataré frente a tu esposa, al menos se valiente como un hombre —le digo a Pascual que está de rodillas frente a mí con las manos atadas a su espalda.

—Te lo devolveré todo, lo juro —responde el hombre regordete al borde de las lágrimas.

—Demasiado tarde, todo el mundo sabe que al Príncipe de la Mafia no se le roba, ahora prepárate para morir —sentencio sacando del estuche un cuchillo de carnicero.

—¡Ay! —se escucha el ensordecedor grito de la mujer.

Camino de nuevo al maldito cenador que se ha robado cien millones de Yenes de mi dinero.

—¿En que lo has gastado? ¿En tus putas? Siempre te gustaron las mujeres exóticas —digo paseándome a su alrededor— apuesto que eran niñas vírgenes, eres todo un depravado ¿Cuánto te costaba cada una? ¿Mil, cien mil? —miro la fila de la hoja, tan brillosa y pulcra, pronto estará cubierta de su sangre— ¿tu mujer sabía que te follabas niñas de la misma edad que tus hijas?

Miro por un momento a la mujer, llorando desconsolada en el piso sin creer lo que acabo de decir, no le tengo lastima pero si me divierto con su sufrimiento.

—Por favor, perdóname —suplica.

—¿Quién te las vendía? ¿Frezeer o Jiren?

—No… no sé de que habla —baja rápido la mirada.

—Sí —entierro el cuchillo en su brazo sacándole un grito desgarrador— si sabes, ahora dime quién te las vendía.

《Esto es tan excitante, jodidamente sí,  torturar a mis víctimas y que su sangre caliente y espesa abandone sus cuerpos》

—Por favor no —su ineptitud me cansa, muevo el cuchillo dándole vuelta como si de un tornillo se tratara— ¡piedad! —comienza a jadear de forma pesada— no fue ninguno —responde entre jadeos— un, un nuevo diseñador de modas, recluta chicas jóvenes diciéndoles que se convertirán en modelos, la mayoría son rusas —su voz se vuelve más pesada— pero también hay latinas, esas son las más exóticas… por favor ya no me lastime.

Necesito controlar la trata de blancas, mi mercancía cada vez es más baja.

—Dime su nombre —me vuelvo otra vez hacia el estuche, saco una pequeña segueta.

—Wall Windows —responde rápido.

—Llévenlo a los calabozos —sentencio— será tratado como tal.

—Muchas gracias por dejarme vivir —dice emocionado.

Le hago una seña a Nappa, mis hombres salen junto con el mandito cenador y su esposa.

《No me agradezcas, aún no sabes lo que tengo preparado para ti》

—Esto es una completa pérdida de tiempo —entra 18— no puedo hacer nada desde esta maldita isla —se queja— tendré que ir a visitar a un par de enemigos.

—¿Me estas pidiendo permiso? —me cruzo de brazos— nunca lo haces.

—Te quería pedir algo, sí, pero no permiso, más bien que me dejes llevar a alguien conmigo —dice caminado de un lado a otro batiendo más la sangre.

𝑳𝒂 𝑴𝒂𝒇𝒊𝒂 𝑱𝒂𝒑𝒐𝒏𝒆𝒔𝒂 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora