Sweet Things (Richie Tozier)

Capitulo 21.- We are the losers

_________ "Doce" Anderson

Mi cabeza descansaba sobre el hombro de Bev, mientras ella jugaba con los dedos de mi mano.
Estábamos todos los perdedores reunidos en mi habitación, el lugar estaba inundado de un silencio cómodo, nadie hablaba y nadie preguntaba de lo sucedido, pero estaba segura que en cualquier segundo alguien rompería el hielo.

Mamá y James seguían sin pedirme explicaciones, pero estaban bastante angustiados por lo que haríamos con el hombre. Es decir, Hopper seguía sin aparecer, y no teníamos ni idea de que hacer con el sujeto, nosotros no podíamos deshacernos de él como la bolsa de basura que es, o simplemente dejarlo ir sabiendo que podría ir por ahí y contarle al gobierno que seguía con vida.

El hombre se había quedado atado a una silla, siendo vigilado por James, dudé un poco al dejarlos solos ya que el chico se había puesto bastante intenso con terminar con su vida, pero al final terminé aceptando, no sin antes obligarlo a prometer que no cometería alguna locura.

Estaba más que claro que no lo iba a dejar ir tan fácil, pero tampoco iba a permitir que volviera a suceder algo de esa manera. Por lo pronto, se quedaría atado.

Por otra parte, no dejaba de pensar en lo ocurrido.
Había perdido el control, seguía sin
asimilar que en verdad habia ocurrido. Mi cuerpo, mi mente, de alguna manera estaban sumisos ante las órdenes de Pennywise.
Estuve apunto de matar a ese hombre si no fuera por Bill y Eddie.

Un escalofrío me recorrió por todo el cuerpo de tan solo recordar el desastre que había hecho.
Estaba más que claro que Pennywise podía tener control de mi cuando el quisiera, cuando él se le antojaba una marioneta para jugar con ella, y que claramente, soy una amenaza.

Pero si es así, ¿por qué no me había utilizado antes? ¿O acaso es que solo puede hacerlo cuando estoy vulnerable?
Tenía cierta razón en ese aspecto. Si hubiera querido acabar con los perdedores, lo pudo haber hecho desde hace mucho, con el simple hecho de manejarme, pero sigue sin conseguirlo.

¡Claro! Sigue sin poder tener control total sobre mi, eso explica porque algunas veces sentía como si volviera a la realidad.

Sea lo que sea, tengo que terminar con ese payaso de una vez por todas.

— ¿Van a hablar de lo que sucedió o esperan que adivinemos? — habló Richie ganando todas las miradas en él, incluso la mía — No me miren así — soltó un bufido — ¿De verdad van a fingir que no se mueren de curiosidad?

Bill y Eddie me miraron esperando una respuesta

— Richie, no es el momento — lo regaño Mike cruzándose de brazos.

— Está bien, Mike — me resigne — Richie tiene razón. Ustedes merecen saber.

Me acomodé en mi lugar sintiendo sus miradas en mi.
Comencé a jugar con mis manos como era costumbre cuándo me sentía nerviosa. No sabía muy bien lo que iba a decirles, pero no quería seguir ocultando cosas.

— Richie, ¿Recuerdas de lo que hablamos? — nuestras miradas conectaron — Sobre papá.

El asintió después de varios segundos sin entender, poco a poco esa confusión fue cambiando a una de preocupación y sorpresa, al parecer había conseguido descifrar el mensaje.

— Oh, nena.

Él se puso de pie y se dirigió a mi apresurado. Le dió un empujón a Beverly, quién lo miró con desagradó, y se sentó en medio de las dos, para después rodearme con sus brazos, dejando que mi cabeza quedará recargada contra su pecho.

Su olor impregnó en mi de inmediato, y una pequeña sonrisita incomprensible se dibujó en mis labios. Hoy usaba perfume, era suave y fresco, pero eso no dejaba de lado que seguía oliendo a él.