Capitulo 4.- 012

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_________ "Doce" Anderson

Eddie estaba sentado en mi cama observando cada movimiento mío en silencio, mientras yo cerraba la puerta con seguro.

- ¿Es necesario esto? - preguntó, timido.

- Muy necesario - respondí.

Él suspiro y solo se dedicó a jugar con su reloj ansioso, en tanto yo terminaba de asegurarme que nadie nos estuviera vigilando.
Una vez concluida mi inspección, solté un suspiro y me gire a verlo.

- De acuerdo - capte su atención - todo lo que te voy a decir, se queda en esta habitación, y no saldrá de entre tú y yo.

Eso sólo logró asustarlo más de lo que ya estaba.

- E-entiendo - tartamudeo.

No quería alterarlo aún más, pero debía saber en lo que se estaba apunto de meter.

- Mi vida corre peligro si alguien llega a enterarse de esto, Eddie - me puse de cuclillas frente a él - ellos me buscan.

- ¿Q-quienes te buscan?

Tome sus manos, y lo vi directo a los ojos.

- Los hombres malos.

Él dio una bocanada de aire, como si aquello le hubiera robado todo el oxígeno, con desesperación saco el inhalador de su pantalón y lo uso varias veces.

- ¿Estás bien?

- Si, si - su voz temblo - continúa...

- Esto no es fácil para mí - proseguí - te estoy metiendo en un gran lío, como a todas aquellas personas que estan enteradas de ésto, pero... Debes saber la verdad.

Bien no estoy nerviosa, estoy a punto de colapsar. Me daba miedo que no vaya a reaccionar bien.

- Tomate tu tiempo - sonrió, forzado.

Bien, aquí vamos.

- De acuerdo - respire hondo - Yo...

Cerré mis ojos.

- Tengopoderes.

Pasaron los segundo y él no menciono nada. Abrí un ojo para asegurarme que aún seguía vivió, pero en vez de eso vi a un Eddie totalmente confundido.

- ¿Qué?

¿Es en serio?

Contuve el aire unos instantes, y después lo deje salir despacio.

- Tengo poderes, Eddie - hable más tranquila, sin despegar mi vista ni un segundo de él.

El pecoso ni siquiera pestañeo, inclusive pensé que había dejado de respirar, pero eso cambio cuando una risa ronca salió de su boca.

- De acuerdo, ahora dime la verdad.

Quede atónita por su reacción. ¿De verdad creía que esto era un juego?

- Esa es la verdad - me puse de pie, y fruncí el ceño - esa es la razón por la que mis ojos cambian de color. Tengo poderes.

Él volvió a reír, meneando la cabeza.

- Escucha, ________, si armaste todo esto junto con Beverly para asustarme. Lo lograron. Ustedes ganan

Él se paró de la cama, y comenzó a caminar a la puerta.

- ¿A dónde vas? No es ninguna broma ¡esto es real! - insistí.

- Si, claro, y yo soy Batman.

Eddie quito el seguro de la puerta aún riendo y abrió la puerta.

Sweet Things (Richie Tozier)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora