Sweet Things (Richie Tozier)

Capitulo 40.- I want her to choose for me

_________ "Doce" Anderson.

“Los monstruos más temibles, son los que se esconden en nuestras almas”

Una manta sobre mis hombros me hizo dar un pequeño sobresalto del susto.

— T-tranquila — tomo asiento a mi lado — soy yo.

Solté un suspiro de alivio, intentando calmar mis nervios de nuevo.

— Gracias, Bill.

Él me regaló una sonrisa reconfortante.

Después de la pesadilla vivida con Pennywise, tuve que tomar una larga ducha para lavarme toda la sangre impregnada a mi cuerpo, con el temor que Eso volviera a atacar.

En ningún momento había dejado de temblar, aún podía sentir la sensación de la sangre recorrerme por todos lados, su fuerte olor, y el sabor a hierro en mi boca.

Esa no fue la peor parte, ni el hecho de haber estado muerta por unos minutos, sino por fin haberme enterado de la verdad.

De toda la maldita verdad.

«¡A partir de ahora eres _________ Anderson! ¡Y no ________ Ives! Borrate esa mierda»

«¡Deja de pelear conmigo!»

Cerré los ojos con fuerza al sentir las lágrimas inundar de nuevo mis ojos. No podía romperme a llorar enfrente de los chicos.

— Nos diste un buen susto — la voz de Eddie, me hizo abrir los ojos.

— Lo siento — murmuré, abrazándome al calor de la manta.

La mano de Bill posarse en mi hombro me hizo sentir escalofríos, y un extraño impulso de querer apartarme.
La escena de Pennywise hundiendome en la bañera regreso.

— ¿Q-quieres hablar de lo o-ocurrido?

No. No tenía la fuerza necesaria para hacerlo.
¿Cómo les explico que todo esté tiempo he estado viviendo con unos completos desconocidos? ¿Qué todo esté tiempo me han estado borrando la memoria con esas estúpidas píldoras?

Por el rabillo del ojo descubrí a Richie viéndome con extrañeza, y preocupación.

— Nos preocupas — le siguió, Ben — queremos ayudarte.

Respiré hondo, intentando no dejar salir esa rabia acumulada dentro de mi. Es decir, ellos no tienen la culpa de lo que está ocurriendo en mi vida, no podía desquitarme con alguien así de la nada.

«Esconde tu tristeza a nadie le importa» resonó, su voz en mi cabeza.

¿Cómo es que logro entrar a mi mente? No lo sé, pero quería darme golpes hasta lograr sacarlo de ahí.

— Estoy bien — me limité a responder.

«Tranquila niña, ya estás bien» recordé uno de los recuerdos que había visto.

Hopper. Esa había sido su voz.

Claro, el sobre. Tal vez ahí tenía todas mis respuestas, y por eso Hopper quería que lo mantuviera oculto de Charlotte y James.

Él sabía la verdad, el fue quien me entrego a ellos, y nunca pudo decirme la verdad desde un principio.

Sea lo que sea, tenía que encontrar ese sobre, y el único lugar donde no había buscado era la habitación de Charlotte.

Me puse de pie sintiendo como las piernas me temblaban, y camine en dirección a la puerta con un ligero tambaleó, pero justo antes de salir, Richie me detuvo: