Sweet Things (Richie Tozier)

Capítulo 34.- Nothing's gonna hurt you baby

________ "Doce" Anderson

Después de varias horas de estar jugando en el agua, decidimos salir por unos instantes a tomar el sol, y para que la ropa de Richie se secara tan solo un poco. Es decir, el chico se había lanzado al agua con todo y zapatos, así que ahora temía que atrapará algún resfriado.
Eddie no había dejado de repetirle las consecuencias de enfermarse en estos tiempos, algo que había empezado a molestarle a Tozier.

Estoy un poco mas apartada de todos ellos, donde el sol pega con menos intensidad, y el agua logra cubrir mis pies.
Tengo puesta aún la camisa de Bill, me la dio cuando notó que me sentía algo incómoda estando solo en ropa interior.
Últimamente ha estado muy atento conmigo, tanto que incluso me siento extraña recibiendo cariño de su parte. Es un gran amigo.

Hace mucho tiempo que no sentía el calor del sol tocar sobre mi piel, y debo de admitir, que es una sensación que te llena de felicidad y energía.

¿Quién diría que en una semana todo esto probablemente termine?

Había comenzado la cuenta regresiva para darle una respuesta a Pennywise, y seguía sin saber que decidir al respecto.

¿Aceptar la propuesta de Eso y salvar a mis amigos? O ¿no aceptar y pelear poniendo mi vida y la de ellos en riesgo?

Solté un suspiro pesado, mientras pasaba una mano por mi cabello frustrada.
Nunca imaginé que venir aquí a Derry sería vivir otra pesadilla.

Mire por unos segundos mi tatuaje y acaricié un poco de él, ¿Soy lo suficientemente fuerte como para enfrentarme a Eso?

— Hola — me sobresalté — ¿Me puedo sentar?

— Claro — aparte un mechón de mi cabello, algo agitada.

Mike se sentó junto a mi, de igual manera metiendo sus pies al agua.

— ¿Estás bien? — pregunto, viendo hacia el frente.

— Si — sonreí a medias — solo algo... Pensativa.

Mi mente no deja de pedirme a gritos que le confiese a los perdedores lo que realmente soy. Estoy cansada de fingir ser alguien que no existe, o al menos no en su totalidad.

— ¿Mike?

Pero temo tanto que ellos no me acepten como soy en realidad.

— ¿Si?

Vacile unos instantes mi pregunta, y aunque no estaba lo suficientemente convencida de hacerlo, cuestioné:

— ¿Alguna vez has ocultado algo por miedo a lo que llegue a ocurrir?

Sentí la mirada del chico sobre mi por unos instantes, no me animé a verlo; entonces él sabría la verdad.

— Si — confesó — la muerte de mis padres.

Me tense por su respuesta, algo que él pareció notar, sin embargo, continuo hablando.

— Cuando era pequeño mis padres murieron en un incendio — suspiro — Lo peor de todo es que yo estaba ahí, viendo cómo sucedía todo, y no hice nada para ayudarlos.

Hizo una larga y pesada pausa. Me mantuve quieta, escuchando su respiración algo entrecortada a mi lado.
Es más que evidente que aún le cuesta hablar sobre ello, pero tal vez decirlo a pesar de las dificultades, lo hace sentir mejor.

— No le conté a nadie la verdad, ni siquiera a mis abuelos por miedo a lo que llegarán a creer.

Lo mire por unos instantes, a lo que él me regreso la vista un tanto aturdido, después, volvio a ver al frente.