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- Fué un 7 de Octubre, eran las 00:10 y subía a tu habitación para saludarte porque cumplias 15 años. Cuándo te toqué, estabas helado hijo y no respirabas. En ese momento no sabía que hacer y grité llamándolo a tu papá. "Camilo vení!,rápido por favor!".
Federico nos llevó al hospital y de ahí a intensivos. No eras vos, no era mi hijo el que yo veía en mis brazos cuando íbamos en el auto. Nunca entenderé cómo me pudiste hacer esto, nunca lo entenderé. No iba a poder superarlo de ninguna manera si te perdiamos. Estuviste cuatro años en coma Mariano.
Contaba mi madre con lágrimas en su rostro.- ¿Cómo pudiste hacerme esto?, ¿Que pasaba por tu mente?, No entiendo cómo no me pude haber dado cuenta.
No sabía que decirle, la verdad tenía miedo de recaer en estos tres meses de recuperación. Pero es que no quería hacerlo por ella. Sentados en el sillón nos abrazamos y quise tranquilizarla.
- No lo sé ma, solo pasó, solo puedo pedirte perdón. Recuerdo cuando desperté del coma, a primera vista estaba mi madre sentada en una silla al lado de la camilla leyendo un libro que en cuanto se había dado cuenta que la estaba mirando lo soltó de inmediato dejándolo en la mesita poniendo sus manos calientitas en mis mejillas.
- Gracias a Dios hijo mío despertaste.
Podía notar gotas de lágrimas mojar la pijama del hospital que tenía puesta y sentir sus lágrimas que tenían olor a felicidad pues no dudó dos segundos en rodearme con sus manos y abrazarme dándome calma. No recordaba nada, parecía haber tenido un sueño pero un sueño muy largo puesto que quise moverme pero sentía mi cuerpo pesado y no podía hacerlo solo, así que mi madre había llamado a los doctores y las enfermeras me sentaron en una silla de ruedas. Después ví desde la puerta de otra habitación que una niña con la pijama del hospital repleta de cables, no dejaba de mirarme con mucha atención hasta extender su mano para saludarme y yo respondí a eso que por un momento dejé de ver a mi madre entonces solo miraba con atención las lámparas que alumbraban el oscuro pasillo del gran hospital dirijiéndome hacia una luz que al acercarnos más se hacía más grande y provocaba un entrecerrar en mis ojos pues tuve que tapar la luz con mi mano para ver mejor y cuando llegamos a la luz, en la puerta de salida estaba mi familia, mis hermanos, Mauro, también Pacho y Eddy esperándome todos con sonrisas en sus rostros. No entendía porqué estaban ahí. Hasta que un mesero me tomo de los hombros y me dijo:
"Tienes mucha suerte hijo, no todos salen con una alta recuperación".
Me dí la vuelta mientras había parado el viaje, levantándome lentamente poniendo los pies en el suelo y extendiendole la mano para saludarlo, pero él me la agarró y me acercó hacia él cómo para abrazarme y eso hizo, entonces al ver a mi madre de un costado aún con lágrimas caer por sus mejillas agarrándose de los codos no dudé y fuí por ella y la abracé cómo cuando había sido mi finalización en la primaria y aunque no sentía muy bien las pisadas, quería apresurarme para abrazarla. Los días pasaban y mi madre a sus religiones les rezaba, era volver a empezar de cero otra vez.
En un principio me la pasaba escribiendo, sólo, estaba en mi habitación o a veces en el living. Quería escribir lo que sentía a través de canciones, así pasé un par de semanas, después de un tiempo decidí ir al gimnasio que me sacaba de la rutina diaria, las charlas con mi vieja me hacian ver que la vida no es solamente vivir para o por algo y ser feliz con eso sino que va mucho más allá.
Por primera vez en años me sentía bien. La música que escribía me ayudaba a solucionar los problemas que aún tengo con mi mente, pero que nadie sabe y así trato de ignorarlos, sentía que cada vez iba mejorando. Con 18 años veo todo distinto, la vida muy diferente a cuatro años atrás, muchas cosas cambiadas y que hoy entiendo. Una vida más complicada pero tampoco imposible, con muchas metas en mente y promesas por cumplir.
Al pasar un tiempo había conseguido trabajo en shell me pagaban muy bien no podía quejarme, también en la facultad de física comencé a estudiar así que mejor mi vida no podía ir.
Después de haber tomado veintitrés pastillas y caer en la oscuridad, había vuelto a rehacer mi vida pero de una manera más pacífica e ingeniosa y positiva. Los especialistas no me ayudaron a volver querer vivir como dicen, no, la causa de eso fué mi madre la única que me motivó a seguir adelante y estuvo conmigo estos meses de recapacitación y motivación pero admito haberme querido rendir algunas veces y mi madre estaba ahí para animarme y sobre todo aguantarme, entonces entendí que nada en el mundo supera el amor que puede darte una madre ese amor es único e inigualable. Valoro mucho a mi madre y siempre vivirá en mi corazón… (Leer Capítulo 28).
Mis hermanos estaban con sus vidas, apoyándome desde lejos porque Federico se había ganado una beca para estudiar en la UNT de Tucumán y se quedó ahí a hacer su vida con su mejor amiga. Cristian y Camila me habían hecho tío de Olivia, una bebé hermosa que llegué a conocerla cuando apenas había cumplido su primer añito puesto que lo festejaron juntos con nosotros por videoconferencia. Joaco había sido elegido en las internacionales de skateboard 2018 estaba muy contento por el salto en su hobby que había dado, lo notaba cada vez que hablábamos por vía Skype. Yo estaba muy feliz de verlo crecer y hacer lo que tanto nos apasionaba desde chicos, el vivía ahí en el hotel con mi viejo que se la pasaba viajando y en Toulouse como jefe de una pequeña empreza estaba.
Me dificultó reconocer un poco a mis hermanos, estaban muy cambiados física y emocionalmente. No eran los mismos de chico, ahora pensaban en grande y eso me agradaba mucho; también la noticia de que era tío y ni cuenta me había dado. ¿En qué momento cambio todo?…En casa solo vivíamos mi vieja y yo, que no tenía a veces como darle un rato de mi tiempo porque trabajaba por la mañana y en la tarde iba a la UBA, pero sabía que extrañaba a sus hijos, que tenía un vacío y necesitaba un abrazo de vez en cuando pero esa preocupación que tenía duró por unos pocos meses ya que llegaría alguien quién se terminaría convirtiendo en el amor de mi vida y llenaría todo ese vacío tanto como para mí y como para mí madre. Se había transformado en la hija y hermana que nunca tuvimos, aparte de ser muy simpática y amable era muy comprensible con nosotros y sobretodo muy servicial y con una humildad incomparable.
Es por eso que la amaba demasiado. Era la chica perfecta que se terminaría enamorando de un antipático cómo yo. Nunca creí que después de todo y después de cuatro años encontraría alguien en quién confiar y pasar el tiempo o mejor dicho en quién me enamoraría incondicionalmente, pues eso nunca lo sabes hasta que lo pierdes pero eso no importaba porque a partir de ahora había comenzado en mi vida, el principio del fin.*****
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Besos 💋
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DIME QUE SOY UN PSICÓPATA© ✔️[Completa]
Teen FictionVOLVÍ A NACER DE 14 A 18© Mariano es un adolescente de 18 años que sufre de un trastorno esquizofrenico el cuál desconoce, y debido a eso es que su vida se vuelve más complicada de lo que ya es. Sin importar que continúe, él termina de arruinarlo to...